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La pirámide de Maslow tras la pandemia


¿Crees que la pandemia ha cambiado el orden de tus necesidades? ¿Durante el confinamiento viste que tus prioridades eran otras? Y... ¿te suena la pirámide de Maslow?

La pandemia nos ha llegado a todos, quisiéramos o no. Y con ello hemos tenido que dar una vuelta a cómo encajar nuestras necesidades, como si estuviéramos mirando un caleidoscopio y girásemos para ver cuál es la imagen que se adapta más a nuestra nueva realidad.

Maslow y su pirámide de las necesidades

Ya hace mucho tiempo Maslow, psicólogo y uno de los fundadores de la psicología humanista, hablaba de que todas las personas tenemos unas necesidades que están ordenadas de manera jerárquica, y que nos van a llevar a actuar de una determinada manera con el objetivo de satisfacerlas. Las ordenó en 5 bloques que, de menor a mayor, serían las siguientes.

1. Necesidades fisiológicas

Estas serían aquellas más básicas para la supervivencia de carácter más biológico, como la alimentación, el beber agua, la respiración, el descanso, la reproducción o la homeostasis.

2. Necesidades de seguridad

En esta categoría se incluirían la seguridad física, de empleo, de recursos, la seguridad familiar, de salud, de moral y de propiedad privada.

3. Necesidades de afiliación

También conocidas como necesidades sociales, según Maslow quizá menos básicas. Serían la amistad, el afecto y la intimidad sexual.

4. Necesidades de reconocimiento

En este nivel se encontrarían el autorreconocimiento, la autoestima, el respeto, la confianza y el éxito.

5. Necesidades de autorrealización

Sería el nivel más alto, la cúspide, y en esta categoría entrarían el desarrollo potencial, la creatividad, la espontaneidad, la aceptación de hechos, la resolución de problemas y la falta de prejuicios.

Pirámide de Maslow

¿Qué nos dice la pirámide de Maslow sobre nuestras necesidades en pandemia?

Maslow nos decía que para llegar a completar una necesidad superior primero teníamos que haber satisfecho la anterior, es decir, que sin haber cubierto las necesidades fisiológicas y de seguridad no podríamos satisfacer las de afiliación. Pero posteriormente, se vio que no es necesario que estén cubiertas unas necesidades para que surjan otras.

La pandemia, y en concreto el confinamiento, ha hecho que muchas de estas necesidades fueran más urgentes que otras, que algunas no se pudiesen cubrir, o bien nos ha puesto el reto de cambiar la manera de satisfacerlas.

Empezamos por las más básicas, las fisiológicas, que fueron las primeras en ponerse en marcha justo antes del confinamiento. Sólo tenemos que recordar las estanterías de comida vacías o el controvertido acopio de papel higiénico. Si usamos a Maslow de guía parece lógico: las personas intentamos abastecernos de aquello básico para vivir ante una situación sin precedente que no conocíamos.

Una vez cubiertas las necesidades más vitales vino la necesidad de seguridad, de proteger nuestra salud usando geles, mascarillas, guardando la distancia, etc. Pero desafortunadamente muchas personas vieron sus necesidades de seguridad muy afectadas, bien porque pasaron el virus y su salud se vio muy perjudicada a corto y largo plazo, o bien porque perdieron su trabajo o entraron en los sonados EREs. La situación laboral afectó también a la seguridad familiar, a los recursos y a la propiedad, de modo que muchas familias han visto cómo su vida cambiaba 180 grados.

Si por el contrario has sido más afortunado y las necesidades básicas y de seguridad han estado cubiertas, seguro que las necesidades de afiliación (quedar con amigos, charlar, compartir y hacer planes) surgieron con fuerza durante este período que nos tocó estar en casa, y tuviste que recurrir a las videollamadas para ver y relacionarse con muchos de tus seres queridos. Y después, la cosa no se ha puesto más fácil, ya que seguía habiendo restricciones para ver a amigos y familiares.

Desde luego, el verano y las Navidades fueron un reto para no lanzarse a lo loco a todo lo que necesitábamos, y donde hubo que poner primero la salud antes que el afecto para poder estar seguros.

Llegados a este punto, muchas personas comenzaron sentir que sus vidas tenían ciertas carencias a otros niveles superiores, y se inclinaron por ahondar en sus necesidades de autorrealización, pasando a replantearse sus relaciones y sus situaciones de vida con el objetivo de buscar un cambio a mejor, y esto se ha podido notar en un incremento del uso de los servicios psicológicos.

¿Y ahora qué?

Y ahora que podemos decir que vamos saliendo poco a poco de esta pandemia, ¿en qué punto de la pirámide te encuentras? ¿Qué necesitas en este momento? ¿Te ha tocado quizá reorganizar tus prioridades porque tu situación ha cambiado?

Desde luego, todos tenemos claro que la pandemia no nos ha dejado indiferentes. Puede que hayas hecho una revisión de tus valores o que hayas visto que tus prioridades han cambiado.

Siguiendo con la pirámide de Maslow, las necesidades más básicas parece que vuelven a estar cubiertas. Sin embargo, restablecer el segundo nivel de necesidades (las de seguridad, sobre todo relacionadas con el trabajo y la salud) va a ser de lo que más nos va a costar.

En lo laboral el panorama es diverso y plagado de incertidumbre: puede ser que estés desempleado y el camino sea seguir buscando. O que tengas que volver a reactivar tu negocio tras las pérdidas; o que te toque readaptarte y volver a la oficina después de más de un año de teletrabajo.

A nivel de salud física, aunque las vacunas ya están aquí y se atisba la vuelta a la normalidad y el quitarnos las mascarillas, probablemente haya muchas personas que aún sentirán que la incertidumbre y el instinto de protección pesan más, y les costará un tiempo regresar a la normalidad previa, al contacto físico y a eliminar todas las medidas de prevención e higiene.

No podemos olvidarnos de nuestra salud mental y emocional y su cuidado, porque quizá es una de las necesidades que más están surgiendo en esta recuperación progresiva de la “nueva normalidad”.

Antes del COVID-19 y sus múltiples consecuencias, las personas llevábamos unos ritmos más rápidos, realizábamos actividades que en pandemia no son posibles, veíamos a nuestros amigos con más frecuencia y en otras circunstancias, etc. Pero tras el parón obligatorio nos hemos tenido que sentar sí o sí con problemas o incomodidades que llevábamos tiempo sin atender, o con algunas emociones, sentimientos o situaciones nuevas a los que tener que adaptarnos.

Sin lugar a duda, el volver a conectar con nuestra familia y amigos es una de las necesidades más anheladas y que estamos pudiendo retomar. Poder vernos, hacer planes, compartir, abrazarnos (¡cuánto lo hemos echado de menos!)... En este punto es importante que cada uno pueda revisar cómo se encuentra y cuál es el ritmo adecuado para contactar de nuevo.

Es decir, en vez de planear o asistir a una reunión con muchas personas, como las de antes, quizá necesites ir más despacio si te sientes abrumado y quedar sólo unos pocos amigos para dar un paseo al aire libre, por ejemplo. Es importante retomar las relaciones sociales pero más importante aún es hacerlo de la forma más ajustada y respetuosa con uno mismo.

¿Y la autorrealización?

Quizás hayas notado que no hemos hablado nada del último nivel de la jerarquía, el llamado nivel de autorrealización, ya que como decía Maslow, sólo una vez que hayamos cubierto las necesidades inferiores, surgirán y podremos cubrir las superiores. Y parece que, en este caso, la pandemia nos ha tenido muy ocupados tratando de reorganizarnos, adaptarnos y sobrevivir a niveles más básicos.

Sí es cierto que empezaron a sonar ciertas preguntas como, por ejemplo, ¿quién quiero ser cuando todo esto haya acabado? O, ¿cuáles son mis prioridades o aquello más esencial para mí? Pero estas preguntas derivaban en muchos casos de un sentimiento de vacío o pérdida de lo que antes teníamos, y del hecho de disponer de más tiempo con uno mismo para poder auto observarse.

Es posible que según se vayan cubriendo las necesidades de seguridad y las sociales, y volvamos a llenar esos vacíos, estemos en mejor disposición para retomar estas preguntas desde otro ángulo, ya no desde la carencia sino desde la necesidad de crecer.

A pesar del revuelo que ha originado esta pandemia, que casi nos coloca la pirámide del revés, hemos ido afrontando la adversidad, adaptándonos a lo nuevo e inesperado. Ha surgido la famosa resiliencia y la búsqueda de nuevas maneras de hacer y suplir lo que necesitamos.

Hemos visto que algunas de estas necesidades de las que Maslow hablaba se han visto revisadas durante la pandemia o han sido más apremiantes que otras según iba avanzando o cambiando la situación. Ahora mismo, cuando estamos empezando a salir de ella, nos toca volver a chequearlas con conciencia y paciencia.

  • Párate a sentir cómo estás, chequéate. Escucha qué necesitas.
  • Ten en cuenta tu contexto, tu entorno: ¿cuál es tu situación ahora?
  • Respeta y acepta tu ritmo: avanza poco a poco y de manera progresiva.
  • Disfruta de lo que vayas retomando.
  • Reconoce tu trabajo y tus progresos.
  • Y, finalmente, pide ayuda a un profesional si lo necesitas.

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En TherapyChat somos conscientes de que tras el parón obligatorio, hemos modificado nuestras necesidades y nos hemos tenido que sentar sí o sí con algunas emociones, sentimientos o situaciones nuevas a las que tener que adaptarnos.

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