Anorexia nerviosa: síntomas, causas y tratamiento
La imposición de cánones de belleza absolutamente imposibles por parte de la sociedad está cada vez más en aumento y aunque son muchas las revoluciones que estamos viviendo que tienen como objetivo cambiarlos, todavía generan un fuerte impacto en la mente y la autoestima de las personas.
Una de las consecuencias directas de estos modelos de belleza es la aparición y aumento de los casos de trastornos alimenticios, entre ellos la anorexia nerviosa. A lo largo de este artículo hablaremos de las características de este trastorno, así como de sus síntomas, causas y posibles tratamientos.
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¿Qué es la anorexia nerviosa?
Dentro de la clasificación de los trastornos de la conducta alimentaria encontramos un desorden conocido como anorexia nerviosa, o simplemente anorexia. Aunque se da principalmente en mujeres, esta enfermedad afecta cada vez a más hombres, y provoca en quienes la padecen la necesidad de restringir su ingesta alimentaria, con la consiguiente pérdida de peso.
El objetivo de este patrón de comportamiento es perder masa corporal, dado que las personas con anorexia sienten que tienen sobrepeso incluso estando por debajo del peso recomendado para su estatura y edad. Esto hace que la anorexia sea un trastorno de elevada peligrosidad, ya que puede llevar a la muerte por desnutrición, o causar enfermedades debido al debilitamiento de los tejidos del cuerpo y del sistema inmune.
Esta disminución del peso corporal puede llegar a niveles peligrosamente bajos, puesto que la limitación de la ingesta de comida está provocada por un miedo exacerbado a perder peso unido a la percepción distorsionada que se tiene del propio cuerpo.
Esto significa que por muy delgada o mucho peso que pierda la persona nunca es suficiente, ya que al mirarse al espejo esta continuará percibiendo una figura corporal distorsionada que no se ajusta a la realidad. Lo que lleva al paciente a realizar todo tipo de sacrificios en torno a la comida.
Entre estos sacrificios se encuentran todos tipo de conductas encaminadas hacia objetivo de perder peso, o de no ganarlo, las personas con anorexia nerviosa limitan en exceso la cantidad de alimentos ingeridos. De la misma manera, pueden llegar a recurrir a las conductas purgativas, el uso de laxantes y diuréticos y ejercitarse en exceso para quemar calorías.
La realidad es que en la anorexia no es relevante la manera en la que el paciente intente bajar de peso, si no el miedo exagerado que experimenta a que este aumente.
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¿Qué la diferencia de la bulimia?
Aunque las conductas purgativas anteriormente mencionadas pueden ser asociadas a otro trastorno alimenticio conocido como bulimia, existen una serie de diferencias esenciales entre ambos desórdenes: En la anorexia no siempre se dan estos episodios purgativos, mientras que en la bulimia es un requisito esencial para el diagnóstico.
En la bulimia la persona ingiere grandes cantidades de comida, generalmente de alto contenido calórico, en un corto espacio de tiempo. Son los llamados atracones. Sin embargo, en la anorexia la persona evita a toda costa comer y lleva un exhaustivo control de las calorías.
Las personas anoréxicas se caracterizan por presentar un peso corporal peligrosamente bajo, mientras que en la bulimia suelen tener un peso normativo o incluso por encima de lo recomendado.
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¿Cuáles son los síntomas?
Tal y como comentábamos anteriormente, los principales síntomas de la anorexia están relacionados con la negativa o restricción de la ingesta alimentaria, el bajo peso y el temor excesivo a aumentar de peso.
Sin embargo, existe una gran variedad de síntomas dentro de este trastorno alimentario. Estos síntomas pueden clasificarse en dos grupos: sintomatología física y sintomatología conductual y emocional
1. Síntomas físicos
La sintomatología física propia de la anorexia nerviosa incluye:
- Aspecto excesivamente delgado.
- Pérdida de peso desmesurada.
- Sensación de cansancio.
- Insomnio.
- Mareos.
- Desvanecimientos.
- Niveles anormales de los diferentes elemento sanguíneos.
- Coloración azul de los dedos de la mano.
- Amenorrea.
- Pérdida del cabello.
- Estreñimiento.
- Alteración del ritmo cardíaco.
- Hipopresión arterial.
- Deshidratación.
- Osteoporosis.
2. Síntomas conductuales
Incluye todas aquellas conductas que la persona lleva a cabo con el objetivo de perder peso. Entre ellas se encuentran:
- Restricción rigurosa de la ingesta de alimentos.
- Ejercitarse en exceso.
- Conductas purgativas y uso de laxantes, enemas o diuréticos.
3. Síntomas emocionales
La anorexia nerviosa se caracteriza por presentar una sintomatología emocional que incluye los siguientes aspectos:
- Experimentación de un miedo intenso a aumentar de peso.
- Preocupación excesiva por los alimentos.
- Negación de la sensación de hambre.
- Mentir acerca de los alimentos ingeridos.
- Irritabilidad.
- Retraimiento o aislamiento social.
- Alexitimia o incapacidad para experimentar y manifestar emociones.
- Estado de ánimo depresivo.
- Ideaciones suicidas.
- Falta de interés por las relaciones sexuales.
¿Cómo se puede detectar?
Algunos de los síntomas de la anorexia nerviosa pueden ser difícilmente identificables a primera vista, puesto que la propias persona es consciente de ellos y hacen todo lo posible por esconderlos.
No obstante, existen una serie de señales o conductas de alerta en las que nos podemos fijar si no somos profesionales médicos y queremos determinar si alguien de nuestro entorno padece esta afección.
Entre estas señales se encuentran:
- Omitir las comidas constantemente.
- Elaborar alguna excusa para no comer.
- Selección rigurosa de los alimentos, generalmente de bajo contenido calórico.
- Pesarse continuamente.
- Quejas continuas en cuanto a su peso.
- Evitar comer en público.
- Cambiar sus códigos de vestimenta, utilizando cada vez más y más capas.
¿Cuáles son las causas?
Por el momento no se ha podido determinar una causa concreta o exacta que provoque la aparición de la anorexia nerviosa, por lo que se hipotetiza que existen una serie de factores tanto biológicos como psicológicos y del entorno que la precipitan.
La vivencia de sucesos personales o sociales traumáticos o con una carga emocional muy elevada pueden ejercer un papel fundamental a la hora de determinar la aparición de este trastorno alimentario.
Además, recientes estudios apuntan hacia la posibilidad de que existan una serie de genes asociados a las conductas propias de la anorexia, tales como las compulsiones, la depresión, el perfeccionismo y la sensibilidad emocional. No obstante, por el momento no se ha podido encontrar ningún gen o patología orgánica directamente relacionada con la anorexia.
¿Existe un tratamiento?
La anorexia nerviosa es un trastorno muy grave que, en el caso de no ser tratado, puede tener consecuencias fatales para la persona. Hasta el punto de que las estadísticas revelan que un 10% de los casos de anorexia grave no tratados acaban con el fallecimiento del paciente.
Debido al estado de gravedad que puede alcanzar la situación, se hace imprescindible realizar un diagnóstico efectivo e iniciar el tratamiento cuanto antes.
Una pieza clave en la eficacia del tratamiento se encuentra en la implicación del entorno del paciente en el tratamiento. Esta intervención incluye la psicoterapia, en la cual se realiza un trabajo psicológico de los aspectos emocionales y cognitivos del trastorno, incluyendo la percepción corporal distorsionada.
De la misma manera, se deberá realizar un seguimiento somático y del estado físico de la persona, así como la elaboración de una serie de pautas nutricionales que ayude a la persona en su reconciliación con la comida.
Finalmente, en algunos casos se puede recurrir al tratamiento farmacológico mediante antidepresivos o ansiolíticos, que disminuyan la intensidad de los síntomas y faciliten el trabajo psicológico.
Por desgracia, la anorexia nerviosa es una alteración con un alto riesgo de recaída, por lo que tanto familiares como profesionales médicos deberán estar atentos al desarrollo del paciente.
Referencias bibliográficas:
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