La importancia de los límites en las relaciones interpersonales
Al ser conscientes de la importancia de los autoesquemas y los valores, una relación puede desarrollarse de manera saludable, creando un vínculo especial.
Para esto es necesario reconocer sentimientos, emociones y asumir errores. Jamás podemos esperar que nuestra felicidad dependa de las personas; debemos proveer, administrar y trabajar en nosotros mismos, nunca funciona esperar a que el otro/a haga lo que deseamos.
Toda relación debe de estar unida por el apoyo, el compromiso y el amor incondicional; esforzándonos cada día en ser la mejor versión de nosotros mismos para acompañarnos con ese/a otro/a mediante la paciencia, dejando el orgullo que estropea relaciones, pero manteniendo los límites que hacen relaciones sanas.
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Estableciendo los límites en las relaciones
El ser humano nace con la necesidad de ser amado; sin embargo, antes de buscar amor, debe de aprender a amarse, aceptarse y valorarse; cuando alcanza este nivel, tendrá siempre en cuenta cuáles son los límites tanto de las personas que se encuentran a su alrededor, como los propios. Es decir, los límites deben de ser claros y respetados para el bienestar de toda relación, y estos se forman a través del amor propio.
Cuando conoces a una persona, aprendes a conocer sus límites de manera implícita, no es necesario mencionarlos. La línea divisoria que hay en toda relación se traza desde el comienzo. Sin embargo, hay muchas personas que no leen entre líneas y que generalmente se pasan de la raya. En casos así es necesario esclarecerles estos límites propios con la finalidad de "tener la fiesta en paz”.
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¿Cómo se definen los cinco autoesquemas?
Por otro lado, el ser humano desarrolla a través de las circunstancias vividas la resiliencia y sus autoesquemas; estos últimos son los que determinarán el avance de las relaciones saludables, no solo de manera interpersonal, sino también, propia.
Los autoesquemas forman a un individuo para enfrentarse a un mundo perverso y egocéntrico, del cual es difícil salir si no hay claridad en lo que se quiere y en lo que se tiene. Esto quiere decir que la persona debe de apropiarse y ser consciente de los cinco autoesquemas que le rigen: su autoimagen, autoconcepto, autoeficacia, autoaceptación y autoestima. Aunque el más mencionado es la autoestima, es de vital importancia no desatender a los otros cuatro elementos para tener unos autoesquemas sanos, ya que los cinco están interrelacionados, formando parte del carácter de la persona, el vínculo propio y con el medio.
- Autoimagen: Es el criterio de Imagen Corporal que se tiene de sí mismo.
- Autoconcepto: Es la Referencia de sí mismo.
- Autoeficacia: Son las Habilidades propias y desarrolladas.
- Autoaceptación: Es el Amor Incondicional por sí mismo.
- Autoestima: Es el Valor que se tiene de sí mismo.
No obstante, es importante reconocer que los autoesquemas no solo son fundamentales en toda relación, también son necesarios los valores que hoy en día se están marchitando y pisoteando con frecuencia. Valores y principios como: el respeto, la confianza, la humildad, la tolerancia, la ascucha activa, la amabilidad, el servicio, la entrega, el compromiso y el amor.
Teniendo presente los autoesquemas y los valores anteriormente mencionados, las relaciones se inician con el conocimiento de los límites propios y el fundamento de la felicidad para reconocer el de las personas que están a nuestro alrededor, más aún con la pareja.
La felicidad es un estado de ánimo que se logra cuando hay satisfacción y gozo en lo que se es, en lo que se hace, y en lo que se tiene; esta proviene de ti y depende de uno/a mismo/a; tu pareja solo está para complementarla y compartir tus alegrías, sueños, ideales y realizaciones que se establezcan en mutuo acuerdo.
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A modo de conclusión...
El deber de tu pareja no es hacerte feliz, el tuyo sí; es tu deber trabajar por tus deseos internos y por tu estabilidad emocional.
La persona que elijas para compartir tu vida es un ser humano imperfecto, lleno de errores, con sueños, deseos y límites, igual que tú. Ninguna será tu fuente segura, ninguna podrá ser tu salvador/a, ya que solo tú eres quien gobierna tu vida, tus emociones y sentimientos; sólo tú tienes la capacidad de rehacerte una y mil veces; levantarte cuando estés caído/a.
Es complejo, pero tienes todas las herramientas para hacerlo, eres una creación perfecta, eres dueño/a de ti mismo/a.
Una relación sentimental es una decisión de dos personas que jamás terminarán de conocerse, ya que nadie tiene la capacidad de hacerlo de manera definitiva, porque somos seres cambiantes y en constante construcción. Pero son dos personas que deciden amarse, acompañarse y compartir una vida juntos en comunión saludable, reconociendo que hay miles de diferencias, límites que respetar y un sentimiento en común: el amor.
Para mantener buenas relaciones interpersonales, es necesario trabajar en los auto esquemas; esto perfectamente lo puedes hacer con tu terapeuta.