Autoconfianza: descubre las 7 claves para mejorarla
En un mundo en el que cada vez se nos exigen más cosas, trabajar en mejorar los niveles de autoconfianza sigue siendo la gran asignatura pendiente.
Tener déficits en este aspecto no sólo causa dolor emocional, sino que nos predispone a actuar como personas que no se fían de sí mismas. Y eso, además de ser una fuente de problemas, hace que los demás nos traten como si necesitáramos ayuda para cualquier cosa.
Consejos para trabajar tu autoconfianza
Contra esta dinámica destructiva, aquí tienes algunos puntos de partida para mejorar los niveles de autoconfianza y autoestima y hacer que la imagen que tienes de ti mismo/a se ponga a trabajar a tu favor.
1. Considera fríamente tus opciones
Distanciarte de tu propia persona y analizar las cosas que haces como si fueses un observador externo te ayudará a reconocer aquellas situaciones y hábitos en los que te haces auto-sabotajes. Si hace tiempo que te notas con poca autoestima, es muy probable que hayas entrado en un círculo vicioso de ansiedad y mala autoimagen del que es difícil salir sin proponérselo. Por eso, tomar un punto de vista en tercera persona te ayudará a ver este círculo vicioso al completo y será más fácil tomar cartas en el asunto.
¿Cómo hacer esto? Muy sencillo. Cuando notes que hay algo que te crea angustia y que mina tu autoconfianza, párate a pensar en las distintas opciones con las que puedes afrontar esta situación y elige la que crees que vaya a beneficiarte a medio o largo plazo.
La clave: superar la tendencia a permanecer en tu burbuja
Vigila que tu concepción de lo que es "mejor" a largo plazo no se vea influida por tus ganas de decantarte por la solución cómoda. Si quieres hacer las cosas distintas a como las sueles hacer, tendrás que salir de tu zona de confort. Por ejemplo, si crees que uno de tus trabajos académicos ha recibido una puntuación más baja de lo esperado, la opción más fácil puede ser no hacer nada, pero si acudes a la revisión de la corrección para que la persona que te lo ha corregido te explique en qué has fallado es probable que aprendas cosas, aunque el hecho de enfrentarte a tus errores pueda resultar algo incómodo.
2. Haz lo mismo con tus hábitos negativos
Este punto de vista distanciado no debería actuar sólo a la hora de considerar tus posibilidades de acción, sino también como método para detectar aquellos pensamientos que menoscaban tus niveles de autoconfianza. Tener una buena imagen de uno mismo no consiste en tener una imagen objetiva de uno mismo (eso resultaría imposible, con la cantidad de cosas que sabes sobre tu persona), sino en tener una autoimagen que te resulte útil.
Lo que marca la diferencia a la hora de construirte una autoimagen positiva es la atención selectiva. Cuando no te tienes en muy buena consideración, toda aquella información sobre ti y tus acciones te llegan habiendo pasado por un filtro que haces que lo veas todo en clave pesimista. De este modo, tendrás propensión a prestarle mucha atención a las cosas que te salen mal, mientras que tus méritos te pasarán desapercibidos. Ya que este sesgo va a estar ahí hagas lo que hagas, ¡sácale partido! Detectar aquellos pensamientos sobre tu persona que son injustos y reconocerlos como tales te ayudará a restarles importancia.
Cambiando tus pensamientos para que jueguen a tu favor
A la vez que vas viendo la cantidad de pensamientos negativos poco realistas acerca de tu propia persona, serás más consciente de tu capacidad para participar activamente en la construcción de unos niveles de autoconfianza adecuados, porque te darás cuenta de que lo que sabías de ti estaba sesgado por tu estado de ánimo. También podrás darle un vuelco a la situación contraatacando con pensamientos positivos y prestando más atención a las cosas que hablan bien sobre ti. Esto no cambiará sólo tu percepción sobre tu personalidad, sino que además hará que actúes de manera diferente y, como efecto final, mejorará tus niveles de autoconfianza.
3. Deja de compararte siempre con las mismas personas
Debes dejar de compararte con otras personas. Si no puedes evitar compararte, es porque probablemente no las conoces lo suficiente. Hoy en día las redes sociales y los medios de comunicación hacen que sea muy fácil que personas concretas ofrezcan sólo su mejor lado y guarden bajo candado muchas otras cosas. Y todo esto, con o sin un asesor de imagen a sueldo.
La importancia de sentirse a gusto con uno mismo
Piensa, por ejemplo, en el tiempo que le has dedicado a elegir las fotos que vas a subir en tus perfiles virtuales, o en la meticulosidad con la que escoges ciertas frases. Eso mismo es lo que hacen constantemente un buen montón de personas sobre las que te llegan noticias cada día, y es muy posible que muchas de ellas aún se preocupe más que tú en asegurarse que todas estas noticias hablen sobre una personalidad fascinante. Por eso, trabajar en tu autoconfianza debería incluir una fase en la que pasas de idealizar a estas personas a humanizarlas, es decir, considerar sus defectos o la falta de información sobre ellos.
Si nuestra propia manera de pensar ya lleva incorporada unos patrones de atención selectiva, los mass media e Internet hacen que este acceso restringido a unos pocos datos sea aún más definitivo. Lo cual nos lleva al siguiente punto.
4. Reconoce los efectos que la propaganda ejerce sobre tu autoestima
La autoconfianza y la autoestima están íntimamente relacionados, y por eso deberías fijarte en ambos si quieres intervenir sobre tus posibilidades de cambiar de actitud y de estilo emocional. Sin embargo, existen poderosísimos aparatos propagandísticos y publicitarios que se encargan casi exclusivamente de ofrecer nichos de mercado a grandes organizaciones por la vía de crearle inseguridades a la gente. Si eres mujer, por ejemplo, te habrás dado cuenta de que hay una gran presión mediática para presionar a las mujeres con el ideal de belleza femenina, algo que en última instancia no existe.
Algo similar ocurre con prácticamente todos los elementos de nuestra vida: la arquitectura, los coches, la personalidad de los héroes de película, etc.
Desintoxícate de los ideales del cine y la televisión
Darse cuenta de que la autoestima, sea positiva o negativa, es algo que puede aprenderse y desaprenderse y en lo que influyen elementos mediáticos y culturales sirve para ver de que una autoimagen negativa no refleja nuestra propia naturaleza. Por lo tanto, considerar las presiones sociales que influyen en nosotros es imprescindible para conservar la autenticidad y no dejar que la publicidad nos hunda emocionalmente.
5. Cuida de tu salud
Aunque la autoconfianza es algo subjetivo, es más fácil hacer que esta sea positiva si introduces pequeños cambios objetivos en tu vida. Mantener unos buenos hábitos de ejercicio regular, alimentación adecuada e higiene es algo sencillo de conseguir y, además de aportarte beneficios de todo tipo, puede mejorar tu autoestima de manera indirecta.
Mens sana in corpore sano
Cuando nuestro cuerpo funciona mejor, lo nota todo el mundo (y también uno mismo). Hay múltiples estudios que relacionan el bienestar físico con el mental, así que no deberías infravalorar este punto.
6. Duerme bien
No sólo por lo que ya se ha dicho en el punto anterior, sino porque es totalmente esencial. No dormir adecuadamente produce cansancio y estrés, lo cual afecta nuestra manera de interpretar las cosas y, cómo no, también tiene un efecto sobre las posturas que adoptamos. Es difícil confiar en uno mismo cuando se anda todo el día con la cabeza agachada.
7. Enfréntate a retos realistas y cúmplelos
Si quieres trabajar tu autoconfianza deberías enfocar tus acciones pensando en la repercusión que van a tener sobre tu autoestima. De algún modo, debes dejarle recados a tu yo del futuro para que sea este quien se lea a sí mismo con unos ojos más amables (en parte, en eso consiste lo explicado en el primer punto).
El arte de proponerse objetivos ambiciosos pero asequibles
Por eso, deberías ver qué metas u objetivos, lejos de resultar útiles, no hacen más que dañar tu autoimagen por ser poco realistas. Si quieres hacer avances en este sentido, céntrate en los objetivos que puedas abordar y lánzate a ellos, sin dejarlo para el día siguiente.