10 formas prácticas de construir resiliencia
«Lo que no me mata, me hace más fuerte».
—Friedrich Nietzsche (1844 - 1900) - El ocaso de los ídolos.
¿Cómo nos enfrentamos a los eventos difíciles y a las circunstancias adversas que cambian nuestras vidas? La muerte de un ser querido, la pérdida de un puesto de trabajo, una enfermedad grave, un ataque terrorista, una catástrofe natural u otros eventos traumáticos: todo esto son ejemplos de experiencias difíciles que cualquiera puede padecer en algún momento. La mayoría de las personas reaccionan en estas situaciones con emociones fuertes e incertidumbre, aunque generalmente son capaces de adaptarse a estas condiciones estresantes. ¿Qué les permite hacerlo?
La resiliencia es la capacidad que está involucrado en este proceso, un proceso continuo que requiere tiempo y esfuerzo y que permite a las personas sobrellevar estas desafiantes situaciones paso a paso.
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A continuación puedes encontrar ideas para entender el concepto de resiliencia y unas indicaciones acerca de cómo desarrollarla y mejorarla.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es el proceso mediante el cual realizamos una correcta adaptación de cara a la adversidad, eventos traumáticos, tragedias, amenazas diversas o fuentes de estrés significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, graves problemas de salud o estresores financieros y laborales. Significa recuperarse o restablecerse después de una experiencia difícil.
Estudios realizados muestran que la resiliencia es algo habitual; no se trata de una habilidad extraordinaria. Las personas normalmente demuestran resiliencia a lo largo de sus vidas; ejemplos de ello son las personas que buscan empleo de nuevo después de haber sido despedidas por sus antiguas empresas, las familias que vuelven a reconstruir sus hogares después de un incendio, o los familiares de las víctimas de un ataque terrorista, que hacen el esfuerzo de seguir con sus vidas a pesar de la pérdida de un ser querido.
La capacidad para sobreponerse a una situación de pérdida
Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso. La resiliencia conlleva mantener flexibilidad y balance en la vida en la medida que se afrontan circunstancias difíciles y eventos traumáticos.
Ser resiliente no significa que la persona no experimente dificultades o estrés psicológico. El dolor emocional y la tristeza son emociones comunes entre las personas que han sufrido grandes adversidades o momentos traumáticos en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia no es sencillo, y probablemente esté lleno de obstáculos y situaciones de inestabilidad que pueden afectar a nuestro estado emocional.
Es importante saber que la resiliencia no es un rasgo que las personas tienen o no tienen, sino que es un concepto que incluye una serie de comportamientos, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidos y progresivamente desarrollados por cualquier persona que se lo proponga. El ser resiliente no es un ser extraordinario: esta capacidad está en toda persona. La tarea está en desarrollar esta capacidad con actitud y firmeza.
10 maneras de desarrollar resiliencia
Ir generando capacidad para crear resiliencia es un proyecto personal. No todas las personas reaccionan de la misma manera frente a situaciones traumáticas o estresantes. Un enfoque para mejorar la resiliencia puede funcionar en una persona pero no en otra, así que se pueden usar diferentes estrategias para promover un buen afrontamiento.
Algunas de estas variaciones suelen reflejar diferencias culturales. La cultura puede tener un impacto en cómo la persona comunica sus sentimientos y en cómo se enfrenta a la adversidad. Un ejemplo de ello son las diferentes concepciones que existen de la muerte en varias culturas; mientras que para la mayoría de países de occidente la muerte se representa como el fin de todo lo bueno, es visto como un hecho extremadamente negativo y suele ser un tema tabú, para los orientales constituye el paso hacia la regeneración y la reafirmación de los valores ancestrales que conformaron su comunidad.
La clave está en identificar qué consejos pueden funcionar con nosotros y de qué manera pueden formar parte de nuestra propia estrategia personal para mejorarla. A continuación puedes encontrar diez estrategias que te ayudarán a desarrollar la resiliencia por ti mismo.
1. Establece relaciones de apoyo dentro y fuera de la familia
Es importante construir buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes en nuestras vidas. Aceptar ayuda y apoyo de personas que nos quieren y escuchan ayuda a proveer modelos a seguir y ofrecen estímulos y seguridad. Algunas personas encuentran que estar activo en grupos de la comunidad, organizaciones basadas en la ayuda a desfavorecidos, y otros grupos locales les pueden proveer sostén social y les ayudan a tener esperanza.
2. Evita ver las crisis como obstáculos insuperables
No se puede evitar que ocurran eventos que producen tensión, pero se puede cambiar la manera en que se interpreta y se reacciona ante ellos. Trata de mirar más allá del presente y piensa que en el futuro las cosas mejorarán. Observa si existe alguna forma sutil de sentirse mejor mientras te enfrenta a las situaciones difíciles.
3. Acepta que el cambio es parte de la vida
Es posible que como resultado de una situación adversa no te sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no se pueden cambiar te puede ayudar a enfocarte en las circunstancias que sí pueden mejorar.
4. Dirígete hacia tus metas
Desarrolla tu capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo. Actúa siempre para acercarte a tus metas, aunque parezcan logros pequeños. En vez de enfocarte en tareas que parece que no se pueden lograr, pregúntate acerca de las cosas que puedes mejorar hoy y que te van a ayudar a caminar en la dirección hacia la cual quieres ir.
5. Lleva a cabo acciones decisivas
En situaciones adversas, llevar a cabo acciones decisivas es mejor que ignorar los problemas y las tensiones y desear que desaparezcan. No tengas miedo de reflexionar sobre la situación que tienes delante y, en el momento en que creas que has llegado a una conclusión, tira hacia delante.
6. Busca oportunidades para descubrirte a ti mismo
Muchas veces, como resultado de una lucha contra la adversidad, las personas pueden aprender algo sobre sí mismas y sentir que han crecido de alguna forma a nivel personal. Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.
7. Mejora tus destrezas en comunicación y en solución de problemas
Cuanto más desarrollemos estas capacidades, mejor sabremos resolver nuestros conflictos interpersonales y menos carga estresante recaerá sobre nuestra persona. También es importante saber manejar sentimientos e impulsos fuertes, permitirse experimentarlos y también reconocer cuando se tiene que evitarlos para poder seguir funcionando.
8. Cultiva una visión positiva de ti mismo
Nadie es perfecto, cada uno de nosotros posee puntos fuertes y áreas de mejora. Es importante aceptarnos y querernos tal y como somos, confiar en nuestras fortalezas y habilidades e intentar mejorar nuestras capacidades en la medida de lo posible.
9. Nunca pierdas la esperanza
Cuando somos optimistas a pesar de los problemas seremos más capaces de esperar que ocurran cosas buenas en la vida. Trata de visualizar lo que quieres conseguir en vez de preocuparte excesivamente por lo que temes que ocurra o por lo que podría haber sido y no fue. Aun cuando te enfrentes a eventos muy dolorosos y que te causan un gran malestar, trata de considerar la situación que te está causando tensión en un contexto más amplio, y mantén una perspectiva a largo plazo.
10. Cuida de ti mismo
Es necesario que prestes atención a lo inmaterial y a ti mismo: por ejemplo, debes pensar en tus necesidades y deseos. Interésate en actividades que disfrutes y encuentres relajantes. Haz ejercicio regularmente, es beneficioso tanto para tu salud física como psicológica. Mens sana in corpore sano. Cuidar de uno mismo ayuda a mantener mente y cuerpo en un buen estado de forma y listos para enfrentarse a situaciones que requieren resiliencia.
Otras maneras de promover tu fortaleza interior
Algunas formas adicionales de fortalecer la resiliencia podrían serte de gran ayuda. Por ejemplo, te sugiero que pruebes a escribir sobre tus pensamientos, emociones y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes de tu vida y que te causan malestar y desazón en la actualidad.
La meditación y algunas prácticas espirituales como el yoga o el Mindfulness también pueden ayudar a algunas personas a establecer relaciones positivas, a mejorar su calidad de vida y a enfocar el futuro con una mejor perspectiva.
Algunas preguntas para hacerse a uno mismo
Enfocarse en las experiencias pasadas positivas, desarrollar estados de ánimo positivos y mejorar las fuentes de fortaleza personal, son factores que pueden ayudarte decisivamente a identificar las cualidades personales y conocer las estrategias que funcionan para ti a la hora de desarrollar resiliencia.
Preguntas para la autoexploración
Con este pequeño ejercicio de autoexploración contestando a las siguientes preguntas sobre ti mismo y tus reacciones a los retos en tu vida podrás descubrir cómo responder efectivamente a eventos difíciles.
- ¿Qué tipos de eventos te han resultado más difíciles?
- ¿Cómo te han afectado psicológicamente dichos eventos?
- ¿Cuando te encuentras estresado o desesperanzado, te ha ayudado pensar en tus seres queridos?
- ¿Cuando te enfrentas a una experiencia problemática y difícil, a quién has acudido para que te ayude?
- ¿Qué has podido aprender sobre ti mismo y sobre tu relación con los demás cuando has pasado por circunstancias complicadas?
- ¿Te ha ayudado proporcionar apoyo emocional a otras personas que están pasando por una situación parecida?
- ¿Has podido superar los obstáculos que han ido apareciendo en tu vida? Y si es así, ¿cómo lo has logrado?
- ¿Cuál es el motor principal que consideras que más te ha ayudado a seguir adelante?
Espero que este artículo te haya sido de ayuda para conocerte mejor y descubrir tu capacidad de resiliencia, e irla desarrollando a lo largo de tu vida.