5 consejos para superar el duelo por muerte perinatal
El duelo por la muerte de nuestro bebé es una de las experiencias más dolorosas emocionalmente a las que se puede enfrentar una madre o un padre. De hecho, la gestión de estos sentimientos puede llegar a resultar muy complicada e incluso requerir el apoyo psicoterapéutico.
En este artículo veremos algunas de las ideas clave para facilitar la elaboración adecuada del duelo por muerte perinatal, empezando por definir los conceptos más importantes.
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¿Qué es el duelo en psicología?
El duelo es el proceso a través del cual la persona trata de reajustar sus emociones y sus expectativas ante una situación de pérdida de algo significativo, con lo que la unía un vínculo de apego o amor.
Esta pérdida puede tener que ver con el hecho de dejar atrás una posesión material con valor sentimental (por ejemplo, haberse olvidado en el tren un reloj que nos regaló nuestro abuelo) o puede estar relacionada con la muerte de un ser querido.
Por supuesto, el duelo puede presentarse en diferentes grados de intensidad, y aunque siempre va e la mano de una serie de emociones negativas y una sensación de malestar, en la mayoría de los casos no da lugar a un trastorno psicológico.
Las implicaciones del duelo por la muerte del bebé
Tal y como su nombre indica, la muerte perinatal es la muerte del bebé o feto cuyo desarrollo se encontraba en la etapa perinatal, es decir, la fase que va aproximadamente de las 28 semanas de embarazo a la primera semana de vida tras el parto. No se trata solo de un tipo de suelo especial porque esta franja de edad es la que tiene un mayor riesgo de mortalidad en la primera infancia; además, lo es porque tiene algunas características cualitativamente diferentes a las de otras formas de duelo por la muerte de un familiar.
Lo más representativo del duelo por la muerte del bebé es que apenas nos ha dado tiempo a establecer un vínculo en el que ambos participéis activamente. Nos enfrentamos a la experiencia de plantearnos las dudas de si hemos existido para nuestro hijo o hija, dado el poco desarrollo de su sistema nervioso. La idea de no haber tenido tiempo de establecer una relación significativa hace que a algunas personas les cueste más superar este tipo de duelo, porque le dan vueltas a la idea de estar sufriendo por un espejismo, apenas un proyecto de relación materno-filial o paterno-filial.
De hecho, en algunos casos incluso llegan a sentirse mal porque creen que el resto de personas esperan que se sobrepongan con mayor rapidez ante esa pérdida, y experimentan culpa bajo la sensación de que a través de las expectativas de los demás, quedan como exagerados o exageradas (independientemente de que esa presión social sea real o no).
Las claves de la elaboración del duelo por muerte perinatal
Estas son varias pautas a seguir para elaborar adecuadamente el duelo por la pérdida de un bebé, si bien no sustituyen la eficacia de la psicoterapia.
1. No te obligues a olvidar
Parte de lo que hace del duelo por muerte de familiar o ser querido algo muy doloroso tiene que ver con las estrategias disfuncionales que adoptamos para gestionar ese malestar. Muchas veces, participamos activamente en mantener a flote la tristeza y la angustia aunque no nos demos cuenta.
Por supuesto, resulta imposible realizar una gestión perfecta de estos sentimientos y emociones, y fijarse esto como objetivo contribuiría al problema porque nos llevaría a un estado de hipervigilancia ante nuestros propios pensamientos. Sin embargo, sí podemos tener en mente algunas pautas acerca de qué es lo que no funciona.
Y en este sentido, algo que está claro que no funciona en ningún caso es intentar bloquear los pensamientos relacionados con la muerte de esa persona. Si lo intentas, tan solo adoptarás una mayor predisposición a atraer a tu mente esos pensamientos e imágenes dolorosas que estás intentando dejar fuera de tu consciencia, favoreciendo con ello la rumiación psicológica.
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2. Plasma en palabras lo que sientes
Ante cualquier experiencia de duelo, es importante tener la oportunidad de expresar en palabras el malestar emocional.
Este es un principio psicológico usado en terapia: a través de lo que se conoce como “etiquetado emocional”, los profesionales de la psicología ayudamos a las personas a transformar sus sentimientos en frases y sintagmas creando un conjunto más o menos coherente, pues se ha demostrado que hacerlo ayuda a procesar ese dolor emocional. Al concretar la carga emocional de lo que se siente utilizando para ello el léxico del que disponemos, limitamos también el poder que esas emociones negativas tienen en nosotros y aprendemos a no evitar pensar en eso.
De hecho, este procedimiento ayuda a recuperarse no solo de situaciones de duelo, sino también de traumas, y sus efectos beneficiosos permanecen a largo plazo.
3. Combina el descanso con la implicación en actividades que te estimulen
Pasados los primeros días de recuperación, es un error tanto pasarse todo el día en la cama como dedicarse a trabajar de manera obsesiva con tal de no tener ni un minuto para pensar en la muerte de nuestro hijo o hija.
Es necesario poder descansar y dormir lo suficiente para que nuestro cuerpo no experimente desgaste físico (lo cual debilita nuestro sistema inmune y nos predispone a sufrir ansiedad y síntomas de tipo depresivo), y no depender totalmente de fuentes de estimulación externa, pero también es importante no aislarse, porque si toda nuestra vida mental se basa en estar a solas con nuestros pensamientos, es fácil que caigamos en la rumiación psicológica dándole vueltas una y otra vez a lo mismo.
4. Cierra el ciclo de la vida de tu bebé mediante un ritual de despedida
Los rituales funerarios son un universal cultural, estando presentes en casi todas las culturas, etnias y tribus, y eso es por algo. Nos ayuda a despedirnos de esa persona y a adoptar una mentalidad en la que asumimos que ese ser querido pasa existir en nuestros recuerdos. De ese modo, no nos frustramos constantemente ante la expectativa de no poder interactuar con ella tal y como lo hacemos con las personas vivas.
Por supuesto, los efectos de esta clase de eventos no son inmediatos, pero a medio y largo plazo, acostumbran a ayudar. Y por cierto, no es necesario que el ritual esté ligado a una religión o que tenga que amoldarse a los estándares de un sistema de costumbres y creencias. Lo importante es que te permita despedirte a tu manera, o a la manera de los amigos y familiares. También es posible hacer un evento para la familia y otro más sencillo y privado para ti.
5. Si desarrollas un duelo complicado, busca ayuda profesional
Saber elaborar el duelo también pasa por saber reconocer el punto en el que necesitas apoyo psicoterapéutico. A veces, el duelo pasa a ser duelo complicado y amenaza con dar lugar a un desajuste emocional crónico. Por eso, si pasadas varias semanas notas que sigues sin poder hacer vida normal, es importante que vayas al psicólogo.
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