Equinácea: ¿cuáles son las propiedades de esta planta?
La equinácea es un tipo de planta que se ha utilizado para tratar los síntomas del resfriado y otras alteraciones del sistema inmunitario, incluyendo algunas tan graves como el cáncer; sin embargo, la investigación disponible no apoya la eficacia de esta planta para ninguna aplicación terapéutica.
En este artículo analizaremos los usos, los efectos secundarios y la eficacia terapéutica de la equinácea a partir de los estudios que se han realizado en torno a este remedio natural.
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¿Qué es la equinácea?
Las plantas del género de las equináceas son originarias de América del Norte. Desde tiempos antiguos se les ha atribuido propiedades curativas diversas; así, los indios Pawnee utilizaban la equinácea para el dolor de cabeza y los Lakotah como analgésico general, mientras que la tribu Kiowa y la Cheyenne la usaban para el resfriado y el dolor de garganta.
Existen nueve especies de planta que se categorizan en el género de las equináceas. Las dos más utilizadas como suplementos dietéticos son la Echinacea purpurea y la Echinacea angustifolia; también encontramos la Echinacea pallida, la paradoxa, la simulata, la atrorubens, la laevigata, la sanguinea y la tennesseensis.
El consumo oral (principalmente en forma de té y de zumo) y la utilización de la equinácea como medicamento se llevan a cabo a partir de la preparación de sus raíces y de sus flores, o bien de extractos de otras partes de su organismo. En ocasiones los segmentos de la planta se dejan secar, mientras que en otros casos se utilizan frescos y recién extraídos.
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¿Para qué se utiliza?
En la actualidad la equinácea se usa para tratar distintos tipos de alteraciones físicas. Las aplicaciones más comunes de estas plantas incluyen el tratamiento del resfriado común, aunque también se han descrito otras propiedades diversas. En este sentido la equinácea se consume como suplemento nutricional o bien se aplica en la piel en formato tópico.
Así, algunos medicamentos con equinácea se utilizan para tratar problemas de la piel; es habitual que se aplique este tipo de productos para prevenir infecciones en heridas recientes, entre otros usos. Incluso hay quien ha llegado a afirmar que la equinácea puede ser utilizada como remedio para trastornos inmunológicos muy graves, particularmente el cáncer.
Esta última aplicación se relaciona con la creencia de que la equinácea tiene efectos estimulantes sobre el sistema inmunitario, haciendo que su actividad sea más efectiva al combatir todo tipo de infecciones, incluyendo las asociadas al resfriado y los catarros.
Por otra parte, algunas especies de equinácea también se utilizan con cierta frecuencia con propósitos decorativos, sobre todo en jardines. También se planta equinácea con el objetivo de rehabilitar áreas naturales dañadas o empobrecidas, en particular praderas; se trata de plantas que se reproducen de forma rápida y con flores muy resistentes al clima y a las estaciones.
¿Tiene realmente efectos terapéuticos?
La mayor parte de las investigaciones sobre la eficacia de la equinácea como medicamento se ha llevado a cabo en relación a su aplicación más habitual: el tratamiento del resfriado común. No obstante, todavía necesitamos más estudios científicos para poder valorar de forma fiable los posibles efectos terapéuticos de la equinácea en otras alteraciones.
Los resultados de los estudios disponibles afirman de forma fiable que la equinácea no reduce la duración de los síntomas del resfriado una vez éste ya se ha producido. En este sentido, la eficacia de la equinácea para tratar el catarro sería similar a la del placebo.
Por el momento no está claro si esta planta puede resultar útil para prevenir el resfriado; algunas investigaciones sugieren que podría tener este efecto en algún grado, si bien no se ha demostrado de forma definitiva. En la actualidad se están analizando los posibles componentes activos y la acción de las bacterias de la equinácea en el sistema inmunitario humano.
Por otro lado, la fundación británica Cancer Research UK afirmó en un estudio del año 2012 que no existe ninguna prueba de la eficacia de la equinácea para tratar el cáncer. Lo mismo sucede con la utilización de esta planta para minimizar los efectos secundarios de la quimioterapia y de la radioterapia.
Efectos secundarios y reacciones adversas
Los efectos de los productos que contienen equinácea pueden variar de forma significativa en función de distintos factores. No sólo son relevantes la especie o la parte de la planta que se utilice, sino también el resto de componentes que compongan el producto en cuestión.
Las investigaciones sugieren que la equinácea es bastante segura para la mayoría de personas a corto plazo, aunque no se han estudiado sus efectos a largo plazo. Cuando aparecen reacciones adversas, las más comunes afectan al sistema gastrointestinal; por ejemplo, son relativamente habituales las náuseas, los vómitos y el dolor de estómago.
En algunos casos aparecen reacciones alérgicas que pueden llegar a tener un grado de severidad importante. Este tipo de respuestas fisiológicas son más frecuentes en personas predispuestas y que tengan otras alergias distintas.
Conviene tener en cuenta que en muchos casos los suplementos dietéticos y los remedios o medicamentos con equinácea no han sido fabricados de forma regulada, y también es muy habitual que no hayan sido probados en seres humanos antes de ser comercializados. Por tanto, hay que recomendar precaución al utilizar productos con equinácea.