Nefazodona: usos y efectos secundarios de este antidepresivo
Han sido múltiples los psicofármacos que se han ido elaborando a lo largo de la historia con el fin de tratar diferentes trastornos y enfermedades, tanto físicas como mentales. De entre los diferentes trastornos mentales, la depresión es uno de los más habituales, lo que ha llevado a la síntesis de múltiples tipos de sustancia con el fin de combatir sus síntomas.
Una de ellas es la nefazodona, un antidepresivo poco conocido y utilizado del cual vamos a hablar en este artículo.
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Nefazodona: características básicas del fármaco
La nefazodona es un psicofármaco de tipo antidepresivo, derivado de las fenilpiperazinas y sintetizado con el propósito de aliviar y tratar la sintomatología propia de la depresión: estado de ánimo bajo, ausencia de motivación, anhedonia, pasividad y problemas de sueño, entre otros.
Forma parte de los denominados antidepresivos atípicos, al no coincidir su mecanismo de acción con el de otros antidepresivos. Concretamente, formaría parte del grupo de fármacos conocido como inhibidores débiles de la recaptación de serotonina, noradrenalina y dopamina o SDRI, al igual que el mazindol. Otras sustancias tienen un funcionamiento similar aunque actúen a través de mecanismos de acción diferentes, como la ketamina, la cocaína y el éxtasis.
Al igual que con la mayoría de antidepresivos, tarda en efectuar los cambios cerebrales necesarios para visualizar un efecto real, siendo este tiempo de alrededor de cuatro semanas. Este fármaco es un antidepresivo eficaz, que además cuenta con la ventaja de no producir apenas alteraciones a nivel sexual, aumentos de peso o alteraciones del apetito.
Sin embargo, aunque se trata de una antidepresivo eficaz su prescripción no es habitual y de hecho entre 2003 y 2004 se suspendió su comercialización en diferentes países (incluyendo España y Estados Unidos) debido a que se demostró que podía suponer un elevado riesgo para la salud al ser altamente tóxico a nivel hepático, pudiendo incluso llevar a la muerte.
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Mecanismo de acción
El principal mecanismo de acción de la nefazodona es su acción sobre los receptores de las diferentes monoaminas: serotonina, dopamina y noradrenalina. De una manera similar a los IMAOS no selectivos, aumenta la acción de las tres principales monoaminas pero a un nivel más débil y controlada.
Principalmente actúa como antagonista de los receptores 5-HT2 de serotonina a nivel postsináptico a la par que inhibe la recaptación de la misma. Ello genera un aumento en los niveles de serotonina del cerebro. Asimismo, también contribuye a inhibir la recaptación de noradrenalina y dopamina, aunque a un nivel mucho menor. Por último también tiene un leve efecto a nivel de histamina y acetilcolina, pero estos últimos son prácticamente inapreciables.
Usos y aplicaciones de este medicamento
La nefazodona es principalmente conocida como un antidepresivo, siendo la depresión mayor su principal indicación. También se utiliza en el síndrome premenstrual o en otros tipos de depresiones, como la asociada al padecimiento de diversas patologías. Sin embargo, además de la actividad sobre trastornos depresivos, este fármaco puede ser de utilidad en el tratamiento de otras psicopatologías y problemas.
Entre ellas podemos observar que la nefazodona resulta de utilidad en el tratamiento de diversos problemas de ansiedad y en el trastorno por estrés post-traumático, así como ante problemas de insomnio, si bien aumenta la latencia del sueño REM.
Efectos secundarios de este antidepresivo
A pesar de su gran utilidad, el consumo de nefazodona puede generar diversos efectos secundarios y en algunos casos puede tener sus riesgos, existiendo diferentes contraindicaciones.
Los efectos secundarios de la nefazodon más habituales son la sequedad de boca y la somnolencia, junto con las náuseas y los mareos. La presencia de confusión, problemas de visión y astenia también son relativamente habituales. De forma más rara se ha observado hipotensión y bradicardias, algo peligroso especialmente para aquellos sujetos que ya padezcan patologías cardíacas.
Sin embargo, el problema más grave asociado a este fármaco (y que de hecho llevó a interrumpir su comercialización) es su elevada hepatotoxicidad. En algunos casos se han observado fallos hepáticos que pueden incluso llevar a la muerte, o ictericia. Es por ello que de recetarse (algo no muy habitual), se debe ejercer un control continuado sobre el estado de salud hepática del paciente, realizándose pruebas periódicamente. También puede tener efectos renales, al eliminarse el fármaco principalmente por esta vía.
Otro aspecto a tener en cuenta es el riesgo de padecer un síndrome serotoninérgico, un problema derivado de un exceso de serotonina (a menudo causado por sobredosis o interacciones con otros fármacos y drogas) que puede causar ansiedad, alteraciones de conciencia, hiperactividad, temblores, vómito, taquicardias, descoordinación, midriasis, convulsiones, problemas respiratorios o incluso la muerte.
Contraindicaciones
En lo que respecta a las contraindicaciones, una de las principales se da en aquellas personas que ya padezcan problemas hepáticos, así como trastornos coronarios. También está contraindicada a personas que consuman determinados fármacos y especialmente IMAOs, pues podría generar síndrome serotoninérgico e incluso causar la muerte.
No es recomendable su administración junto a ISRS, ya que interaccionan. Asimismo, algunos retrovirales como los usados con el VIH interactúan con esta sustancia, siendo necesario que en caso de emplearse nefazodona (para tratar depresiones asociadas al padecimiento de esta enfermedad) se regule en gran medida las dosis y la posible interacción.
Menores y embarazadas no deberían consumir este medicamento. Además, personas con epilepsia o historial de intentos de suicidio tampoco deberían consumir este medicamento o hacerlo con especial precaución. Por lo general, no se recomienda en trastornos bipolares.
Referencias bibliográficas:
- Jufe, G. (2001). Psicofarmacología Práctica. Buenos Aires, Editorial Polemos.
- McConville, B.J.; Chaney, R.O.; Browne, K.L. et al. (1998). Newer antidepressants-beyond selective serotonin reuptake inhibitor antidepressants. Ped Clin North Am. 45:1157-71.
- Tatsumi, M.; Groshan, K.; Blakely, R.D. & Richelson, E. (1997). «Pharmacological Profile of Antidepressants and Related Compounds at Human Monoamine Transporters.». Eur J Pharmacol.340 (2–3): 249-258.