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​Personalidad pesimista: ¿qué 6 rasgos la caracterizan?


Los diferentes tipos de personalidad de los que hace gala nuestra especie muestran hasta qué punto cada ser humano es diferente. Sin embargo, no todas estas variantes de formas de pensar y de actuar están igual de reconocidas. Por ejemplo, en los países occidentales la extraversión está mejor valorada que la introversión.

Pero, si hay una forma de manera de ser que recibe valoraciones negativas, esa es la personalidad pesimista, muy asociada a la tristeza de forma errónea.

¿Qué es la personalidad pesimista?

La personalidad pesimista es una manera de pensar y de comportarse caracterizada porque la persona lo juzga doto del peor modo posible, en el sentido de que realiza interpretaciones negativas de lo que ocurre y de lo que va a ocurrir.

Dicho de otro modo, la gente con personalidad pesimista cree que vive en el peor de los mundo posibles, o casi.

El pesimismo y la tristeza

Es cierto que la personalidad pesimista está vinculada a la tristeza, pero no todos los individuos que piensen de esta manera sienten algún tipo de dolor emocional o síntomas depresivos.

Por un lado, interpretar la realidad de forma pesimista puede hacer que se pierda la esperanza de mejorar la situación y esto produce tristeza, desasosiego a incluso puede ir de la mano de la indefensión aprendida, en la que la persona deja de luchar y de esforzarse por progresar.

Además, no todos los tipos de pesimismo son iguales, y algunas de sus formas dejan una puerta abierta a la esperanza. Por ejemplo, se puede creer que todo va mucho peor de lo que el resto de la humanidad cree cuando se da importancia a injusticias o a situaciones de opresión, pero también es posible creer que tener en mente esos problemas que la mayoría ignora es una manera de empezar a construir un futuro mejor y que, de otro modo, seguirían existiendo.

Las características de las personas pesimistas

La personalidad pesimista se apoya en una serie de características que la definen:

1. La búsqueda de la verdad

Las personas que presentan esta forma de personalidad prefieren aceptar verdades desagradables e incómodas a acogerse a creencias que consuelen y que no expliquen la realidad fielmente.

Sin embargo, esto no significa que sean mejores a la hora de entender lo que ocurre; simplemente, creen que gran parte de las creencias populares y extendidas por l población se basan en falsedades convenientes.

2. Centran su atención en lo malo

En la personalidad pesimista aquello que produce dolor o malestar es enfatizado, ya que se asume que todo aquello que funciona correctamente entra dentro de lo que cabría esperar y, por consiguiente, no llama la atención. De este modo, el pesimismo puede ser un elemento que predisponga a la denuncia social y a llamar la atención sobre problemas que pasan desapercibidos o que son normalizados.

3. Mantienen bajas expectativas

El pesimismo actúa también como un escudo ante la frustración. Como este tipo de personas esperan pocas cosas buenas del futuro, no dan por sentado que las cosas irán a mejor automáticamente o sin realizar sacrificios. 

Es por eso que es más raro que se sientan decepcionadas, y eso hace que por lo general los accidentes o los problemas inesperados no produzcan una gran alteración emocional en ellas (en comparación a lo que ocurre con otras personas).

4. Más resistentes ante el duelo

Los procesos de pérdida, definidos como procesos de duelo (y que no solo comprenden casos en los que la muerte está presente), son vividos de forma diferente por la gente con personalidad pesimista. Como ya van anticipando desde hace tiempo buena parte de las cosas malas que les ocurren, el efecto de estas queda amortiguado. De algún modo, se muestra una mayor estabilidad emocional.

5. No tiene por qué ser patológica

La personalidad pesimista no es ningún trastorno mental, es simplemente un patrón psicológico alejado de lo que caracteriza a la mayoría de personas, que no es especialmente pesimista ni optimista.

Sin embargo, ciertas patologías sí van de la mano de la forma de pensar pesimista, como por ejemplo los trastornos depresivos cuando son manifestados mediante sus síntomas.

6. Puede llegar a estar oculto

El pesimismo no está bien valorado socialmente, y eso hace que algunas personas lo oculten para que sus relaciones no queden deterioradas. Esto, a su vez, sí puede suponer un problema, ya que comportarse de manera poco natral durante mucho tiempo resulta estresante, al mantener siempre alta la guardia para que lo que se piensa no quede revelado.

Una forma más de personalidad

En definitiva, la personalidad pesimista no es ni patológica ni tiene por qué equivaler a vivir en un constante estado de tristeza. En ciertos casos puede incluir ciertas predicciones de situaciones esperanzadoras y en otros casos no, pero en todo caso también hay algunas características positivas que son propias de esta manera de ser.

Entre ellas está la honestidad que se mantiene con uno mismo y la estabilidad emocional que ofrece ante ciertos procesos de duelo, así como el espíritu constructivo y propenso a las reivindicaciones al que va asociado en muchos casos.

Es por eso que, aunque suene paradójico, la personalidad pesimista, caracterizada por interpretarlo casi todo del peor modo posible, puede servir para construir un futuro mejor en el que el optimismo gane terreno y las condiciones de bienestar sean disfrutadas por más gente. Es por eso que este tipo de personalidad encierra en sí mismo su propia negación y es capaz de contribuir a la sociedad.