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Meditar: ¿ciencia o tradición?


La meditación siempre había sido terreno de investigación en el ámbito espiritual, y hasta los años 90 no ha habido investigación científica exhaustiva sobre este tema.

Un hecho relevante se dio en el año 1991, cuando los científicos Francisco Varela y Adam Engle, junto al Dalai Lama, crearon el Instituto Mind and Life en los Estados Unidos con el objetivo de explorar la interfaz entre la ciencia y la meditación. Otro hecho relevante fue a finales de los 90, cuando el neurólogo Marcus Raichle incorporó técnicas como la resonancia magnética a la investigación de la red neuronal por defecto.

A partir de ahí se ha dado un acercamiento progresivo entre la ciencia y la tradición. La comunidad científica se ha ido dando cuenta del análisis pormenorizado de la mente que las tradiciones meditativas llevaban haciendo desde hace siglos y ha puesto la meditación como un foco más de sus investigaciones.

Actualmente, la comunidad científica en este ámbito, liderada entre otros por Richard Davidson, está encontrando enormes similitudes sobre los resultados prácticos de la meditación entre sus avances en neurociencia y lo que estaba escrito en antiguos textos como el Satipatthana Sutta.

¿En que consiste el proceso de meditación?

El proceso de meditación es algo sencillo de entender y, en cambio, más difícil de hacer. Es como hacer un “hoyo en 1” en golf, la instrucción es introducir la pelota dentro del hoyo con un solo golpe. Es fácil de entender ¿verdad? Pero no tan fácil de hacer y menos todavía de hacer a voluntad en cada golpe.

Lo primero que uno aprende cuando empieza son el conjunto de técnicas de meditación; quizás las más conocidas sean las de atención focalizada, basadas en atender a un objeto del presente de forma constante y, cuando la atención se va y te das cuenta, vuelves de nuevo.

Pero si uno va progresando adecuadamente, se va dando cuenta que la meditación es algo más que traer la mente al objeto cada vez que se distrae. La práctica de meditación te permite estar en este mundo con un mayor sentimiento de felicidad, de fluidez, de presencia y de claridad.

En mi experiencia como profesor de meditación puedo decir que la progresión en el aprendizaje no es lineal, hay semanas en las que un estudiante progresa mucho y otras que parece que va hacia atrás. Eso es normal, dado que es una experiencia muy subjetiva y depende mucho del estado emocional del estudiante.

¿Cuáles son los beneficios de la meditación?

El beneficio de la meditación se puede dividir en cuatro grandes áreas, aspectos positivos que se obtienen gracias a la neuroplasticidad cerebral. Son las siguientes.

1. El proceso atencional

Aumentando la capacidad de atención sostenida, la meditación nos permite mejorar la focalización y concentración.

2. La conciencia corporal

Disminuyendo la tendencia a juzgar la experiencia interna, nos ayuda a comprender la experiencia externa y nos otorga una mayor capacidad de tomar decisiones.

3. La regulación emocional

Experimentando lo que está presente en el campo de la conciencia, observando estas experiencias sin alterarlas o reaccionar a ellas, nos permite atender a las emociones o sensaciones desagradables desde una actitud que genera habituación, aceptación y mayor capacidad de sostener las emociones difíciles y regularlas.

4. Cambios en la perspectiva del Yo

Observando sin juicio y siendo ecuánime, permite la desidentificación de los contenidos por parte de la conciencia; este hecho sucede al experimentar la naturaleza cambiante e impropia de la realidad. El hecho de experimentarse uno mismo como algo no separado del resto cambia el proceso de repercepción de uno mismo y facilita el cambio.

¿Cómo ayuda la neurotecnologia en el aprendizaje de la meditación?

Una opción que descubrí hace un tiempo y que permite a los estudiantes progresar más rápidamente es la aplicación de neurotecnología, que consiste en el uso de equipos electrónicos para analizar nuestra práctica de meditación.

Con la neurotecnologia, se consigue algo crucial en el proceso de aprendizaje: tener datos objetivos. Así, podemos comparar los datos numéricos de la práctica con la experiencia subjetiva y con datos de prácticas anteriores. Tener datos precisos y en tiempo real sobre lo que sucede en el cerebro (neurofeedback), y en el corazón, en la respiración (biofeedback) mientras meditas permite que el proceso de autoaprendizaje sea más fluido y más rápido.

En mi caso, uso un electroencefalógrafo (EEG), que el alumno utiliza durante las meditaciones; de esta manera, de los cuatro puntos anteriores, se pueden trabajar ampliamente los dos primeros y en parte también el tercero. El cuarto, desde mi punto de vista, forma parte exclusivamente del terreno espiritual.

Con el EEG detectamos los distintos tipos de ondas cerebrales y trabajamos principalmente las ondas Alpha, relacionadas con estados de meditación, relajación y calma, las ondas Theta, que tienen que ver con estados profundos de meditación y las primeras fases del sueño, y las ondas Beta, relacionadas con estados de alerta y concentración activa.

Es interesante el debate que se genera entre alumno y profesor cuando se observa la evolución de las distintas ondas cerebrales con su estado atencional, en qué momentos ha estado más concentrado o más distraído, cuántas veces uno se distrae, etc. Y también es relevante conocer el movimiento corporal durante la práctica, o cómo cambia la frecuencia cardíaca en la práctica.

La meditación está de moda, pero.... ¿ha venido para quedarse?

Todo está avanzando muy rápidamente, y es que 10 años atrás, cuando alguien decía que meditaba, se le clasificaba como alguien extraño o con una vida demasiado espiritual. Hace 50 años, quienes hacían deporte o se lavaban los dientes, eran considerados gente rara o muy refinada, y fijémonos ahora: todos tenemos claros los beneficios de la práctica sostenida de deporte y de una buena higiene dental.

La percepción está cambiando, igual que ocurrió con el deporte o la higiene dental, y cada vez se sabe más que las personas que meditan obtienen beneficios mejorando su salud, sus relaciones y estableciéndose en su vida de una manera más consciente.

Va llegando el momento en que tenemos claro que hay cuidar nuestra mente, y la meditación se está uniendo de forma imparable a otras actividades indispensables para gozar de una buena salud física y mental.

La ciencia nos aporta herramientas o vehículos que ayudan a la comprensión del camino de vida, es lo que llamo “tecnología al servicio de la consciencia”. Y ello se suma a lo importante, a lo trascendental, que sigue siendo el vivir la vida a cada instante.

Autor: Òscar Carrera, miembro de Mental Area.

Referencias bibliográficas:

  • Cebolla i Martí, A.; Albear Morón, D. Psicología positiva contemplativa.
  • Goleman, D.; Davidson, R.J. Altered Traits: Science Reveals How Meditation Changes Your Mind, Brain, and Body.
  • Lazar, S.W.; Bush, G.; Gollub, R.L.; Fricchione, G.L.; Khalsa, G.; Benson, H.: Functional brain mapping of the relaxation response and meditation [Lippincott, Williams and Wilkins].
  • Lazar, S.; Olendzki, A.; Meissner, T. Meditation Research. Mind the hype: A critical evaluation and prescriptive agenda for research on mindfulness and meditation.