La búsqueda del bienestar a través de 3 principios básicos
Desde el inicio mismo de su consciencia, el ser humano viene haciéndose preguntas que versan sobre los mismos temas. Se entiende que la continuidad de estas cuestiones a lo largo de la historia se debe al no hallazgo de respuesta completamente satisfactoria.
Entre las preguntas con mayúscula que nos hemos hecho a lo largo de la historia, se encuentra en lugar de honor la pregunta por la conquista del bienestar. Por ello, hace ya mucho tiempo que se conocen ideas y principios desde los que podemos empezar a sentirnos bien.
La conquista del bienestar
Hoy en día conocemos con mucho más detalle aspectos nuevos de nuestra anatomía, nuestro comportamiento, nuestra forma de vida, nuestro entorno etc. Aún con todo este conocimiento, no cesamos en la búsqueda de este estado que en su ideal nos promete una experiencia completa y satisfactoria de nuestro curso vital. Quizás esto sucede porque la existencia de muchos y muchas hoy en día no está siendo completa.
Han sido muchos los que se han preguntado y han sido muchos los que han aportado respuestas. Respuestas que por razones diversas parecen no haber sido escuchadas o que si lo fueron, se perdieron por el sendero de la planificación, la consecución de objetivos y la inmediatez que nos dejó de herencia la etapa industrial de nuestra época reciente.
Existe tres aspectos que han aparecido frecuentemente a lo largo de la historia y que como especie hemos intuído que “algo” tienen que ver con eso que llamamos “estar bien”.
1. La compañía y el afecto
Empezaría por destacar la tremenda importancia que tiene en nuestro inicio como seres humanos el poder ser acompañados desde incluso antes del nacimiento por otros semejantes que con amor sincero nos regalan unas primeras relaciones sociales en las que poder plantar las semillas de la seguridad, la confianza y la bondad que solo se logran a través del reconocimiento en los ojos y el rostro de la otra persona.
Sentirnos sostenidos por otro que nos estabiliza y nos regula en este nuevo mundo que empezamos a conocer es fundamental. A partir de ahí es donde comenzamos a reconocernos a nosotros mismos como seres que se descubrirán diferenciados más adelante.
Es en esas caricias, en esas miradas donde empiezan los primeros trazos de nuestra visión del mundo, donde empezamos a configurar en nuestro mundo interno quiénes somos y el lugar al que venimos.
Si estos cuidados no ocurren o son negligentes, nuestro sistema nervioso comenzará su andadura en esta vida con acuciantes señales de alarma que le indicarán que el entorno es peligroso y la gente indigna de confianza. Cuanto antes ocurra esta catástrofe, más profundos y perdurables serán los efectos de la inseguridad y la desconfianza que se instalarán en el primer boceto del Yo que será ese bebé.
Por el contrario, si en ese inicio somos acompañados con amor, miradas y caricias, y si nuestras necesidades son suficientemente cubiertas, el mundo que comenzaremos a descubrir será un entorno que percibiremos como seguro para poder explorarlo, y se nos presentará de manera alentadora y estimulante.
2. No estar siempre bajo un bombardeo de información
Por otro lado, y continuando con estas claves del bienestar tan arraigadas con nuestra historia, es importante referir la vital relación entre la mente y el cuerpo y mencionar la famosa frase que recoge muy bien esta realidad: “mens sana in corpore sano”.
Vivimos una época acelerada y ruidosa que bombardea nuestra mente con innumerables y diversos estímulos que hacen que estemos todo el tiempo en procesos de percepción y asimilación de contenido.
Unido a esto, las experiencias vitales suceden tan rápido y queremos que sean tan numerosas que pasamos la mayoría del tiempo inmersos en pura actividad mental. Esto provoca que nuestro cuerpo quede descolgado de nosotros mismos y la experiencia y el aprendizaje vital que siempre dejan su huella en él, queden inaccesibles y bloqueados.
Las señales corporales que siempre han sido guía y brújula para el crecimiento y desarrollo de las personas quedan acalladas por una inagotable sucesión de pensamientos que nos mantienen en estado de desconexión y tensión casi permanente.
3. Vivir el momento presente
El contenido de estos pensamientos, me lleva a mencionar la tercera de estas cualidades que parecen ligadas a nuestro bienestar. Hace varios miles de años que el ser humano conoce la importancia de saber acallar la mente, de separarse de los pensamientos y de su contenido, para poder volver al momento presente del que nos alejan las planificaciones y los recuerdos.
Es en el “ahora” donde nos encontramos y donde vivimos, y es en el “aquí” donde se encuentra nuestro cuerpo percibiendo todo lo que sucede en el entorno y aprendiendo de ello.
En la medida en la que conseguimos estar presentes en el espacio y en el tiempo los cambios comienzan a surgir: la mente se libera y el cuerpo respira, los músculos se destensan y el ritmo de nuestro corazón decelera preparando el conjunto cuerpo mente para una experiencia más completa. La conexión corporal y la vivencia del momento presente es una pareja de difícil separación, la una y la otra aparecen y desaparecen en conjunto.
Una concepción integral del bienestar
Todas las personas que trabajamos en el Centro de Psicología Vitaliza compartimos este enfoque que nos ayuda integrar nuestra forma de visualizar y acercarnos al bienestar con nuestra labor diaria en los procesos terapéuticos.
Destacar estas tres características no pretende ser receta maravillosa para todos los males, ni cura para todas las enfermedades. Solo busca ser recordatorio de que mucho antes que nosotros, ya hubo aportaciones a alguna de las preguntas de nuestro tiempo.
En Vitaliza creemos en el valor de echar una mirada atrás y recorrer las reflexiones y hallazgos de los que nos precedieron, como un ejercicio que nos abre los ojos ante lo que tenemos delante y nos permite verlo de una manera diferente. Incluso nos permite descubrir que lo que se muestra, en ocasiones como una nueva luz, no deja de ser lo clásico vestido de moderno, aquello que con las prisas y los planes hemos olvidado que ya sabíamos.
Para terminar, poner de manifiesto que nada de lo mencionado en este artículo, que es cultura de Vitaliza y es creencia de los y las que trabajamos aquí, es novedoso. Nada de lo descrito es un hallazgo revelador, nada hay que no supiéramos ya. Como dicen los que tienen largo recorrido en alguna disciplina y experiencia a sus espaldas, nada nuevo ocurre bajo el Sol. Quizás lo único que tenemos que hacer sea pararnos y mirar como brillan los objetos que lucen bajo el astro rey. Esto es lo que intentamos cuando desde nuestro centro tocamos almas acompañando personas.