Estilos comunicativos y asertividad
La forma que las personas tenemos de comunicarnos determina nuestras relaciones interpersonales. Mantener una buena comunicación con las personas que nos rodean es esencial a la hora de tener relaciones sanas, sentirnos bien con los demás y con nosotros mismos.
En este sentido, el hecho de presentar un estilo de comunicación u otro determina nuestra manera de estar en el mundo y de relacionarnos con los demás.
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Los principales estilos comunicativos
Existen principalmente cuatro estilos de comunicación que pueden usarse de forma verbal y no verbal.
1. Comunicación pasiva
La comunicación pasiva es aquella en la que la persona no informa de sus necesidades, deseos, opiniones. Se caracteriza por ser una comunicación ambigua, sin mensajes claros y en la que la persona no expresa lo que realmente piensa. Puede denotar inseguridad y baja autoestima.
Por otro lado, las personas que se comunican de forma pasiva suelen ser complacientes con los demás, les resulta difícil mantener el contacto visual y suelen ser incapaces de decir que “no”. Las personas con este estilo de comunicación no suelen responder ante situaciones que les molesta o les entristece, acumulándose malestar.
Una vez que ya no soportan este malestar, pueden llegar a explotar y comportarse de forma que, a posteriori, les hace sentirse culpables o avergonzados.
Frases comunes: “no sé…”, “supongo”, “no pasa nada”.
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2. Comunicación agresiva
Este estilo de comunicación se caracteriza por la imposición de ideas y opiniones por encima de los demás. Destaca la postura egocéntrica de quien utiliza este estilo de comunicación y por no respetar los sentimientos y necesidades del otro.
Suele ser un estilo de comunicación unidireccional, donde se expresan las opiniones de forma exigente y amenazante. Las personas con este estilo de comunicación suelen tener una postura tensa y autoritaria, con tono de voz elevado. También suelen interrumpir con frecuencia a la otra persona.
Este tipo de comunicación puede acarrear consecuencias negativas para la persona. Por ejemplo, en el mundo laboral y en las relaciones sociales puede desencadenar conflictos y rechazo de los demás, alejándose. Así mismo, la comunicación agresiva puede conllevar alteraciones emocionales caracterizadas por la impotencia, la rabia o la frustración.
Frases comunes: “deberías…”, “tendrías que…”, “eso no es así”.
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3. Comunicación pasivo-agresiva
Como su nombre indica, es una combinación de los dos estilos anteriores. Las personas pasivo-agresivas se caracterizan por no ser directas, es decir, utilizan maneras indirectas de decir lo que piensan. Evitan resolver el conflicto de forma directa con la persona concreta y recurrirá a otras personas para aliviar su malestar. Puede que su lenguaje no verbal no se corresponda con el verbal. Por ejemplo, pueden lanzar malas miradas, pero no expresar que están molestos.
4. Comunicación asertiva
Voz estable y firme. No denota inseguridad, y la persona se mantiene firme en el mensaje que quiere transmitir. La persona habla de sus sentimientos y necesidades de forma honesta y abierta. Se muestra tranquila y la postura corporal es sosegada. No se caracteriza por recriminar al otro, suele centrarse en cómo ha vivido la propia persona la situación, como se ha sentido y cómo le gustaría que fuera. A diferencia de la comunicación agresiva, es un estilo bidireccional, donde se tiene en cuenta a la otra persona.
Frases comunes: “¿Qué te parece?” “pienso que…” “quiero…”.
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¿Qué hacer?
Dependiendo de las circunstancias de cada persona y de su historia de aprendizaje, puede que exista una tendencia a presentar un estilo de comunicación u otro. Sin embargo, esto no es impedimento para entrenar un estilo de comunicación adecuado, que promueva el desarrollo de relaciones personales, laborales o familiares sanas.
Desde el apoyo psicológico profesional como el ofrecido por PsicoAlmería se utilizan terapias orientadas a mejorar tanto el estilo de comunicación asertivo como a mejorar las diferentes habilidades sociales. Trabajando estas técnicas conseguiremos un incremento de la autoestima.
Además, para trabajar una comunicación asertiva existen distintas herramientas que se pueden utilizar tanto en el ámbito personal como en el laboral. Una persona asertiva:
- Sabe decir que “no” cuando lo ve necesario y muestra su postura hacia algo.
- Puede pedir favores y reaccionar de forma adecuada ante un ataque.
- Sabe expresar sus sentimientos. Para conseguir una comunicación asertiva existen tres pasos básicos:
- Describir la situación de forma objetiva.
- Expresar cómo te sientes desde el yo, sin recriminar a la otra persona.
- Realizar la petición.
Se pueden mostrar estos pasos con un ejemplo cualquiera. Imagina que tu pareja o tu compañera/o de piso siempre se deja las zapatillas tiradas por el salón. Es algo que te molesta, ya que te gusta tener la casa ordenada. Un día llegas a casa y tropiezas con las zapatillas. Te enfadas y esperas a que tu compañera/o llegue a casa para recriminarle que siempre hace lo mismo, que es un/a dejado/o y que estás harta/o. Al final, acabáis discutiendo y dejáis de hablar durante unos días.
Utilizando la misma situación, imagina que una vez que esta persona llega a casa del trabajo, decides hablar con él/ella.
Primero, describes la situación de forma objetiva: “he llegado a casa y me he tropezado con tus zapatillas que estaban en el salón”. Después dices cómo te sientes: “me ha molestado, ya que no me gusta ver el salón desordenado” y finalmente se realiza la petición: “¿podrías no dejar las zapatillas en el salón, por favor?” Seguir estos pasos no asegura que mañana las zapatillas no vuelvan a estar en el salón, pero al menos se evita un conflicto derivado de la mala comunicación.
Concluyendo…
En definitiva, para tener relaciones sanas es fundamental la asertividad, saber decir lo que pensamos de forma honesta y respetuosa con el otro. La ayuda de un/a psicólogo/a puede ser de gran ayuda para cambiar estos estilos comunicativos que se alejan de la asertividad.
Por lo tanto, si te identificas con alguno de estos estilos de comunicación, puedes solicitar la ayuda de un profesional, como los psicólogos de PsicoAlmería tanto online como presencial, que te proporcionará las herramientas necesarias para tener una comunicación asertiva.