6 consejos para disfrutar de la Navidad
La Navidades son, más allá de una tradición o una celebración religiosa, unas fechas que pueden disfrutarlas tanto creyentes, como no creyentes.
Todo el mundo, en general las vive en mayor o menor medida. Esto se debe a que ha adquirido un carácter transversal, donde una de las cosas más importantes es poder reunirse con seres queridos.
Sin embargo, precisamente este hecho que hace especial las festividades navideñas, lleva a algunas personas a tener dificultades para gestionar emocionalmente estos días. Por eso, a continuación daremos varios consejos para disfrutarlos al máximo.
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Consejos para disfrutar de la Navidad y sacarle partido
Para experimentar la Navidad aprovechando su potencial, sigue estos consejos de carácter psicológico.
1. No a todo el mundo le gustan, pero no te conviertas en un Gringe
Una cosa es no tener ningún interés especial en las festividades de Navidad, algo completamente normal y legítimo, y otra cosa es implicarse activamente en que nadie más las disfrute.
Esto no solo hará que estas fechas te generen malestar al comparar tu estado emocional con el de los demás constantemente, sino que además, hará que las personas que te rodean prefieran evitarte a ti y a tu actitud negativa y tengan una actitud distante o incluso hostil hacia ti, lo cual probablemente contribuirá a que te pongas a la defensiva y entres en un bucle de reafirmar constantemente tus críticas a la Navidad.
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2. Recuerda a los que ya no están
La Navidad es, para muchas personas cristianas y no cristianas, una excusa para reunirse en familia. Sin embargo, más allá de ser una ocasión para conversar, esta clase de reuniones también tienen un trasfondo emocional cuando hace relativamente poco que ha muerto un familiar.
En este sentido, las comidas y cenas de Navidad pueden ser una oportunidad para rememorar a los que ya no están y así, hacer que en cierto modo estén presentes en la reunión. Es una muy buena manera de gestionar esos sentimientos de añoranza ante pérdidas que, si bien ya no se plasman en un duelo (porque ya ha pasado un tiempo desde esa muerte), sí han dejado una huella emocional importante que emerge en nuestra consciencia de vez en cuando, para lo bueno y para lo malo.
Plasmar en palabras lo que vivimos junto a esas personas, compartir recuerdos, o incluso hacer pequeños rituales (por ejemplo, dejar una silla vacía en memoria de esa persona) es una buena manera de dar continuidad a la existencia de ese ser querido y a la vez de arropar a quienes más sienten esa pérdida, reforzando ese clima de afecto y apoyo mutuo.
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3. Simplifica ante las compras navideñas
No es ningún secreto que actualmente las fiestas de Navidad son mucho más que una festividad cristiana, y alrededor de ella se ha formado una dinámica de consumismo reforzada a lo largo de las últimas décadas. Esto puede llevar a algunas personas a sentir que están “obligadas” a comprar sin necesidad real de hacerlo, únicamente por evitar el malestar de sentir que no han hecho de estos días algo lo suficientemente “especial”.
En este sentido, es recomendable ir a lo simple, por un lado, y controlar la cantidad de dinero que deberíamos gastar, por el otro. Fija de antemano un máximo de gasto durante estas fechas y planifica tus compras principales para que no pasen de esta cifra, de manera que no tengas que estar dudando constantemente acerca de qué y cuánto comprar. Además, recuerda que los regalos y las compras con carácter simbólico también pueden tener una gran fuerza a la hora de expresar amor o afecto. No hace falta que dediques grandes sumas de dinero en productos lujosos, ni que compres muchas cosas.
Pero para lograrlo, lo mejor es que hagas las compras de navidad cuanto antes, porque de este modo no te encontrarás en una situación en la que dudes a última hora acerca de qué regalos comprar (estas ocasiones propician que compremos mucho o muy caro para compensar la falta de ideas acerca de cuál es el obsequio “ideal”). Y por otro lado, no te preocupes con la idea de hacer el regalo perfecto, lo importante es la intención.
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4. ¡Cuidado con comer y beber en exceso!
Las cenas y comidas de Navidad tienen sus propias características: en ellas se sirve mucha comida, mucho alcohol (es una dinámica cultural muy arraigada) y además es posible que se hagan varias de ellas en relativamente poco tiempo. Por ello, es importante dedicar algo de cuidado en lo que se come y se bebe. Recuerda que el alcohol no deja de ser una droga que, aunque legal, daña al organismo si se abusa de su consumo.
Si te estás planteando dejar de beber, haz lo necesario con antelación para que haya otras bebidas disponibles, y practica la asertividad a la hora de decir que no quieres o no debes de beber alcohol. Aunque haya una cierta presión social, no quedarás mal por optar por otros productos.
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5. No cedas a la presión social participando en eventos que no te hagan bien
En la línea de lo anterior, recuerda que tu salud es lo primero y que no deberías ceder a la presión social generada por las costumbres y tradiciones de Navidad: si tienes una lesión y no deberías moverte, lo adecuado es que priorices esto.
Si estás superando una adicción y crees que estas cenas pueden llevarte a recaer, es perfectamente normal dejarlas de lado hasta otro año. Si eres una persona con la salud delicada y temes el riesgo de contagio, también es razonable que prefieras no asistir. Eso sí, recuerda que actualmente hay alternativas como la videollamada que pueden propiciar pequeños encuentros “virtuales” en tiempo real.
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6. No te obsesiones con dar una imagen perfecta
Para muchas personas, la Navidad es la ocasión en la que vemos por primera vez tras mucho tiempo a personas importantes para nosotros. Si es tu caso, no cedas a la obsesión por dar una imagen perfecta; esto entorpecería la relación dificultando una comunicación fluida por el miedo a causar rechazo.
Dado que la Navidad propicia las situaciones en las que se puede estrechar vínculos afectivos, aprovéchalo y no apuestes por lo contrario generando una barrera entre tú y otras personas.
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