Schadenfreude partisana: qué es y cómo afecta a la política
En algunos contextos de la sociedad se forman grupos de tendencias muy diferentes y algunas veces incluso totalmente opuestas.
Pero en algunos casos, como es a nivel político, esas diferencias llegan a traducirse en auténtico odio entre algunas personas. Entonces surgen fenómenos como la schadenfreude partisana, que vamos a analizar en este artículo para conocer su funcionamiento y causas.
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¿Qué es la schadenfreude partisana?
Para entender qué es la schadenfreude partisana, en primer lugar debemos detenernos un momento a comprender qué significa el primero de los elementos de esta expresión, es decir, la palabra "schadenfreude". Dicho término es alemán y se refiere a la experimentación de alegría o satisfacción por parte de una persona o grupo a causa del sufrimiento o los problemas de alguien externo a él o ellos.
Por lo tanto, esta palabra hace referencia al placer o emoción positiva que un individuo estaría sintiendo a raíz de ser consciente de la humillación o dolor de otros. Sería un concepto cercano al sadismo. Una traducción aproximada en español sería regodeo o regodearse. En cualquier caso, estamos hablando de lo opuesto a la compasión por otras personas.
Continuando con las características del primer término de la schadenfreude partisana, debemos saber que dicha emoción es más frecuente en los niños, aunque eso no quiere decir que los adultos no la experimenten en determinadas ocasiones, como veremos más adelante. Lo que sí es cierto es que los adultos son más hábiles a la hora de disimular este sentimiento, pues socialmente no está aceptado en muchos ámbitos.
Etimológicamente, la palabra schadenfreude significa literalmente alegría (freude) por el daño (schaden). Existe un término en griego que intenta realizar una traducción literal de este vocablo alemán, y es epicaricacia. El filósofo alemán Schopenhauer ya mencionó el concepto schadenfreude, afirmando que la envidia era un sentimiento natural en el hombre, pero el disfrute del mal ajeno era algo monstruoso.
Vayamos ahora con la segunda parte de la expresión schadenfreude partisana. El concepto de partisano, originalmente, hacía referencia a los civiles que se organizaban en milicias para combatir frente a un ejército. Pero una acepción más moderna sería la de aquellas personas que siguen fervientemente los ideales de un partido político. De hecho, otra posible expresión para referirse a la schadenfreude partisana podría ser schadenfreude partidaria.
Tras esta primera aproximación a ambos términos ya estamos en disposición de unir ambas definiciones para llegar al significado total de este concepto, que sería el disfrute de las desgracias sufridas por los miembros del partido político de signo contrario al de la persona que lo experimenta. Es decir, es la satisfacción que una persona siente cuando un miembro político o seguidor del partido rival se ve envuelto en una desgracia o en una humillación.
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La schadenfreude partisana en la política estadounidense
Para poder profundizar en las implicaciones de este peculiar fenómeno que es la schadenfreude partisana, vamos a focalizarnos en un reciente estudio acerca de su presencia en algunos votantes de partidos estadounidenses, tradicionalmente los republicanos y los demócratas.
Dicho estudio, llevado a cabo por los investigadores Webster, Glynn y Motta, se cuestiona si los votantes de EEUU caen en la llamada schadenfreude partisana y, si es así, qué influencias tiene en sus sentimientos y en sus decisiones a nivel electoral. Para ello, se analizaron cuáles eran las opiniones al respecto de cuatro grandes temáticas que afectaron a las elecciones del año 2020.
Dichos bloques fueron, en primer lugar, todo lo relativo a la atención sanitaria. Después, las propuestas referidas a los impuestos. El tercer tema estudiado fue el que tenía que ver con las políticas para combatir el cambio climático. Y, por último, se estudió todo el bloque referido a las medidas adoptadas para la lucha contra la pandemia mundial del COVID-19.
Estudiando las actitudes de los votantes en estas cuatro áreas, los autores llegaron a la conclusión de que existía schadenfreude partisana en las posturas más extremas de cada bloque. Es decir, las personas que tenían una opinión polarizada sobre una de estas temáticas, habitualmente manifestaba disfrutar con el sufrimiento de las personas que pensaban exactamente lo contrario.
Otro dato revelador del estudio es que aquellos individuos que manifestaban la schadenfreude partisana eran más dados a expresar sus convicciones políticas así como su candidato favorito que aquellos votantes más moderados que no caían en dichas emociones de disfrute de la desgracia ajena.
Igualmente, estas personas tienen mayor tendencia a acudir a las urnas a ejercer el derecho al voto. Es más, una de las conclusiones más sorprendentes de este estudio es que los votantes que caen en la schadenfreude partisana prefieren habitualmente a aquel candidato cuyas políticas de alguna manera garanticen que van a provocar el mayor daño posible a los votantes del signo opuesto.
En otras palabras, aquellos votantes identificados con la schadenfreude partisana siempre van a elegir la opción en la que crean que existen más probabilidades de causar daño, desgracia o humillación a todos aquellos seguidores del partido político contrario al que ellos defienden. Una muestra de la polarización extrema que rige los pensamientos y las conductas de estos individuos.
En términos estadísticos, parece que entre un 5% y un 15% de los votantes aceptan ese tipo de políticas tan agresivas que buscan el daño del grupo rival. Por lo tanto, ese es el porcentaje aproximado de individuos que practican la schadenfreude partisana, o lo que es lo mismo, el gozo con la dolencia del seguidor del partido político contrario.
Existen unas motivaciones básicas en el ser humano, y la búsqueda del placer es una de ellas. La schadenfreude partisana es un mecanismo que activa circuitos cerebrales de placer en los individuos que la están sintiendo. Volviendo a los estudios sobre votantes de EEUU, parece que hace un tiempo el placer que obtenían provenía de los triunfos de su partido.
Pero en los últimos años la situación se ha polarizado. Es entonces cuando ha entrado en juego el concepto de schadenfreude partisana y el porcentaje de votantes que disfruta más con los fracasos del rival que con los triunfos propios. Por lo tanto, estas personas experimentarán más placer si el partido contrario no logra sacar adelante una ley, frente a la posibilidad de que su partido consiga los apoyos para un determinado proyecto.
La schadenfreude en el deporte
Hemos explorado la presencia del fenómeno de la schadenfreude partisana, es decir, el placer por el fracaso o el dolor del rival, en el ámbito de la política. Pero este no es, ni mucho menos, el único contexto en el que podemos observar este efecto. Uno de los escenarios en los que resultaría más visible es sin duda el de los deportes, lo cual no deja de ser paradójico.
Efectivamente, en ciertos deportes y sobre todo entre aficionados de equipos con una cierta rivalidad histórica, puede observarse una suerte de schadenfreude partisana por la cual cada uno disfruta prácticamente más con las derrotas y humillaciones sufridas por dicho equipo rival que por las victorias del suyo propio.
Lógicamente, dicho sentimiento se magnifica y alcanza sus cotas máximas cuando ambos equipos se enfrentan en un duelo directo, especialmente si dicho partido es crucial para la consecución de alguna competición. En esos casos, la schadenfreude partisana puede generar incluso violencia física entre los hinchas más radicales, por lo que no es extraño que se requiera de una intensa vigilancia policial para evitar incidentes.
Otro estudio realizado en Estados Unidos analizó el comportamiento de los aficionados al béisbol, especialmente aquellos que apoyaban al equipo de los Yankees y los que lo hacían para los Red Sox. En este caso se estudiaron las reacciones físicas, y más concretamente la activación de diferentes partes del cerebro ante diferentes situaciones relativas a su equipo y al rival.
Se observó que, ante el triunfo del equipo propio o bien la derrota del rival, se activaba la región estriada ventral del cerebro. Por el contrario, si se presenciaba la derrota de los locales o bien el triunfo de los contrarios (nótese que son eventos equiparables para estos aficionados), dicha activación se detectaba en la ínsula y en la corteza cingulada anterior.
No solo eso, sino que en el primero de los casos, el nivel de activación detectado para los casos de victoria del equipo propio así como de derrota en los contrarios, y por tanto de placer o schadenfreude partisana, se observó una alta correlación con la probabilidad de que estas personas fueran capaces de realizar una agresión a un seguidor del equipo contrario, según su propio autoinforme.
Referencias bibliográficas:
- Cikara, M., Botvinick, M.M., Fiske, S.T. (2011). Us versus them: Social identity shapes neural responses to intergroup competition and harm. Psychological science.
- Leach, C.W., Spears, R., Branscombe, N.R., Doosje, B. (2003). Malicious pleasure: Schadenfreude at the suffering of another group. Journal of Personality and Social Psychology.
- Smith R.H., Turner T.J., Garonzik R., Leach C.W., Urch-Druskat V., Weston C.M. (1996). Envy and Schadenfreude. Personality and Social Psychology Bulletin.
- Webster, S.W., Glynn, A.N., Motta, M.P. (2021). Partisan Schadenfreude and the Demand for Candidate Cruelty.