Las 70 mejores frases de Miguel Hernández
Miguel Hernández Gilabert (1910 - 1942) fue un poeta y dramaturgo español nacido en el año 1910 en Orihuela, España.
Durante un viaje a Portugal, donde intentaba eludir la persecución del bando franquista, Hernández fue detenido por la policía de Salazar (dictador portugués) los cuales lo dejaron en manos franquistas. Se dictaminó su traslado al reformatorio de adultos de Alicante, donde enfermó y más tarde acabaría muriendo de tuberculosis a los 32 años de edad.
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Frases y reflexiones de Miguel Hernández
Las obras de Miguel Hernández son dignas de ser recordadas y si no las conocéis seguro os gustarán, por eso hemos realizado esta selección de las 70 mejores frases de Miguel Hernández para que podáis conocer un poco más sobre la vida y la obra de este fantástico autor.
1. Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento.
En esta cita, Miguel Hernández nos anima a ser combativos durante la batalla y a luchar con bravura.
2. Desperté de ser niño. Nunca despiertes. Triste llevo la boca. Ríete siempre. Siempre en la cuna, defendiendo la risa pluma por pluma.
La niñez es una etapa en la que todos somos más felices, al llegar a la madurez la vida se complica mucho.
3. Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes. Tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes. Tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes. Tristes.
La guerra es una etapa muy triste para todos aquellos que tienen la mala fortuna de vivirla.
4. Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde.
Ser valientes nos permitirá alcanzar nuestro objetivo y posiblemente también sobrevivir.
5. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.
Las situaciones difíciles son muy complicadas para todos y Miguel Hernández se vio envuelto en algunas realmente muy enrevesadas.
6. ¿Qué poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras…
Cuando vivimos entre trincheras solemos tener la mala compañía de todo tipo de alimañas.
7. ¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada.
La muerte nos puede llegar a todos por sorpresa y de forma inesperada acabar con nuestra vida.
8. El mundo es como aparece ante mis cinco sentidos, y ante los tuyos que son las orillas de los míos.
Todos vemos el mundo bajo nuestra propia percepción, solo es una representación de lo que percibimos.
9. Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde ahora y desde siempre.
Una frase realmente muy bonita en la que Hernández nos habla sobre sus intenciones de vivir la vida al máximo.
10. Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen.
Efectivamente durante nuestra juventud es cuando más valientes y osados somos, con todo lo que ello nos conlleva.
11. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.
En ocasiones vivimos momentos muy difíciles por los cuales desearíamos no tener que haber pasado.
12. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
La guerra puede llevarnos a las situaciones más difíciles por los que uno puede pasar.
13. Aunque bajo la tierra mi amante cuerpo esté, escríbeme a la tierra, que yo te escribiré.
Este escritor tenía la firme convicción de dejar huella en la tierra y sin duda lo logró.
14. Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido, jamás renunciaremos ni al más viejo de nuestros sueños.
Luchar por cumplir nuestros sueños es algo que todos debemos hacer.
15. Cada día lo desea más mi sangre y se me agranda de amor y se me desbanda, y no llego a comprender por qué no lo he de querer si el corazón me lo manda.
Debemos cumplir con los designios de nuestro corazón, él nos guiará en el camino de la vida.
16. Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué ponerse, hambriento y sin qué comer, el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento justamente.
Las penurias por las que pasa un pueblo son muchas veces las que lo llevan a enfrascarse en una guerra.
17. Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas, cicatrices y heridas, señales y recuerdos del hambre, contra tantas barrigas satisfechas: cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Hernández tenía claros sus ideales y contra los ideales que luchaba, fue un firme defensor de sus propias ideas.
18. No sé qué es de mi oreja sin tu acento, ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento y la olvidada imagen de tu huella, que en ti principia, amor, y en mí termina.
Una frase muy poética en la que este escritor nos desvela el amor que sentía dentro de su propio ser.
19. Se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía.
Efectivamente el tiempo pasa para todos, sin prisa pero sin pausa nos llega a todos el olvido.
20. En este campo estuvo el mar. Alguna vez volverá. Si alguna vez una gota roza este campo, este campo siente el recuerdo del mar. Alguna vez volverá.
Con el pasar del tiempo los paisajes cambian y la naturaleza se amolda a cada situación, nosotros debemos saber vivir de la misma manera.
21. Encarnación, yo digo en mi corazón, si soy tonto que lo sea. No me importa: no me muero por ser tonto, tonto estoy, y sí sé que tonto soy, sé que hasta tonto te quiero.
El amor que sentía este escritor le llevó muchas veces a escribir sobre el mismo, esta cita es un claro ejemplo.
22. El mar también elige puertos donde reír como los marineros. El mar de los que son. El mar también elige puertos donde morir. Como los marineros. El mar de los que fueron.
Sin duda el mar es algo que siempre le gustó a este escritor y al cual dedicó estas palabras.
23. No te asomes a la ventana, que no hay nada en esta casa. Asómate a mi alma.
Debemos saber ver en el interior de las personas y poder escudriñar entre sus sentimientos, para conocer cómo son realmente.
24. A mí me ha de enamorar,de una manera acendrada, mujer que no luzca nada sino este particular: como la tierra ha de ser de sencilla y amorosa, que así será más esposa y así será más mujer.
En esta frase vemos los gustos por los cuales este escritor elegiría a su propia mujer.
25. Rueda que irás muy lejos, vuela que irás muy alto. Torre del día eres, del tiempo y del espacio.
A principios del siglo XX la tecnología sufrió grandes avances y cambio la sociedad para siempre.
26. No vale entristecerse. La sombra que te lo ha dado. La sombra que se lo lleve.
No debemos pensar en cosas que realmente no nos aporten nada positivo, debemos dejar caer en el olvido a los pensamientos negativos.
27. Boca que arrastra mi boca. Boca que me has arrastrado: boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos. Alba que das a mis noches un resplandor rojo y blanco. Boca poblada de bocas: pájaro lleno de pájaros.
El don de la palabra es algo muy importante para el ser humano, con nuestras palabras podemos cambiar el día de los demás y animar a nuestros compañeros en situaciones complicadas.
28. No me llaga ningún mal ni ninguna cuerda rota: lo que tu atención hoy nota fue siempre en mí natural.
En esta cita podemos descubrir cómo este escrito nos habla sobre que su personalidad siempre fue tal y como la vemos.
29. Adiós, hermanos, camaradas y amigos. Despedidme del sol y de los trigos.
Una bonita cita en la cual Hernández se despide de todos nosotros.
30. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen.
Debemos luchar por aquello que para nosotros es importante, exactamente de eso se trata la vida.
31. No hay quien sitie la vida, no hay quien cerque la sangre cuando empuña sus alas y las clava en el aire.
La vida brota en los lugares más insospechados y brota con una fuerza que puede ser arrolladora.
32. Muchos tragos es la vida y un solo trago es la muerte.
La vida es todo lo que tenemos y debemos aprovechar de ella hasta el último aliento.
33. Aunque el otoño de la historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido.
La guerra civil española fue una época durísima en la cual murieron miles de personas y a las que debemos mucho de la sociedad actual.
34. La fábrica se halla guardada por las flores, los niños, los cristales, en dirección al día. Dentro de ella son leves trabajos y sudores, porque la libertad puso allí la alegría.
La vida en paz y armonía nos brinda la oportunidad de trabajar para poder prosperar en la vida.
35. Coloco relicarios de mi especie a tu talón mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto.
Debemos ayudar a quienes nos rodean, incluso aunque ellos no nos lo agradezcan.
36. Las armas que más brillan en mis manos y con ellas tengo que transformar la vida.
En los conflictos bélicos nos vemos forzados a empuñar las armas aunque nosotros no lo deseemos.
37. Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.
Dónde mejor que un paisaje floreado para yacer tranquilamente.
38. Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
La valentía de este escritor queda patente en esta bonita frase.
39. En vuestra mano está la libertad del ala, la libertad del mundo, soldados voladores: y arrancaréis del cielo la codiciosa y mala hierba de otros motores.
En la guerra civil las fuerzas aéreas eran de vital importancia, pues el dominio del aire es esencial en cualquier conflicto bélico.
40. Sangre remota. Remoto cuerpo, dentro de todo: dentro, muy dentro de mis pasiones, de mis deseos.
Los hombres nos movemos por pasiones y deseos en casi todas las circunstancias de la vida.
41. El hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende.
El hambre es una necesidad que todos debemos combatir, durante la guerra civil la población pasó muchísima hambre.
42. Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera.
Tras nuestra muerte volvemos con nuestros seres queridos y a aquellos lugares que tanto nos gustaban.
43. El vuelo significa la alegría más alta, la agilidad más viva, la juventud más firme.
Volar a principios de siglo era algo muy novedoso y que conllevaba un gran romanticismo.
44. ¿Quieres bajo la tierra? Bajo la tierra quiero porque hacia donde corras quiere correr mi cuerpo. Ardo desde allí abajo y alumbro tus recuerdos.
Durante la guerra el soldado hace gala de no temer a la muerte como bien podemos ver en esta frase.
45. Ríete tanto que mi alma al oírte bata el espacio.
Nuestra actitud determinará en gran medida nuestras posibilidades de alcanzar el éxito.
46. No te hieran por la espalda, vive cara a cara y muere con el pecho ante las balas, ancho como las paredes.
Debemos ser consecuentes con nuestros pensamientos y poner todo nuestro ímpetu por ello.
47. Pero el silencio puede más que tanto instrumento.
El silencio puede llegar a ser realmente ensordecedor y guardar un gran significado.
48. Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias.
Los colores pueden transmitirnos un gran número de sentimientos y llevarnos a recordar momentos pasados.
49. Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro, toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Una gran cita de Miguel Hernández que guarda un gran significado y que representa muy bien la sociedad española en su conjunto.
50. Aquí tengo una voz enardecida, aquí tengo un vida combatida y airada, aquí tengo un rumor, aquí tengo una vida.
Luchar por nuestros pensamientos e ilusiones es lo correcto, nuestra felicidad personal puede depender de ello.
51. ¿Quién llenará este vacío de cielo desalentado que deja tu cuerpo al mío?
Este escritor siempre nos demuestra en sus textos sus profundos y nobles sentimientos.
52. Hoy el amor es muerte, y el hombre acecha al hombre.
Durante la guerra todos podemos ser un posible objetivo.
53. Entro despacio, se me cae la frente despacio, el corazón se me desgarra despacio, y despaciosa y negramente vuelvo a llorar al pie de una guitarra.
La pérdida de un ser querido siempre es uno de los momentos más duros a los que podemos enfrentarnos.
54. Basta mirar: se cubre de verdad la mirada.
Con la mirada podemos decir muchas cosas.
55. Basta escuchar: retumba la sangre en las orejas.
Debemos saber escuchar a nuestros amigos y familiares.
56. De cada aliento sale la ardiente bocanada de tantos corazones unidos por parejas.
En cada avión de combate van montados dos tripulantes y ambos se juegan la vida en cada misión.
57. La mujer sin el hombre apagada va. Apagado va el hombre sin luz de mujer.
Las parejas se rompen frecuentemente durante cualquier conflicto bélico, una desgracia para ambos.
58. Cuerpos como un mar voraz, entrechocado, furioso. Solitariamente atados por el amor, por el odio, por las venas surgen hombres, cruzan las ciudades, torvos.
Las muertes pueden contarse por miles en ciertas batallas de la guerra civil española.
59. España, piedra estoica que se abrió en dos pedazos de dolor y de piedra profunda para darme: no me separarán de tus altas entrañas, madre.
Este escritor siempre fue un firme defensor de su país, ante todo fue todo un patriota.
60. Un carnívoro cuchillo de ala dulce y homicida sostiene un vuelo y un brillo alrededor de mi vida.
Los aviones eran vistos como vehículos maravillosos en aquellos momentos.
61. Sigue, pues, sigue cuchillo, volando, hiriendo.
Como un cuchillo que corta el viento describía este escritor a las aeronaves que surcaban los cielos.
62. Teme que el barro crezca en un momento, teme que crezca y suba y cubra tierna, tierna y celosamente tu tobillo de junco, mi tormento, teme que inunde el nardo de tu pierna y crezca más y ascienda hasta tu frente.
Durante la guerra las condiciones climatológicas que sufrían los combatientes eran durísimas.
63. El número de sangres que el mundo iluminó en dos halló el principio: tú y yo.
Incluso en los momentos más difíciles siempre podemos encontrar personas afines a nosotros.
64. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave.
Por culpa del odio se han empezado las peores guerras y entablado las peores batallas.
65. Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego júbilo exhala.
Miguel Hernández no tenía ninguna intención de dejarse doblegar por las adversidades.
66. Sólo te nutre tu vívida esencia. Duermes al borde del hoyo y la espada.
Inconscientemente todos estamos permanentemente entre la espada y la pared, la vida es muy frágil.
67. Eres mi casa, Madrid: mi existencia, ¡Qué atravesada!
Durante la guerra civil Madrid se vio sometida a un bombardeo constante, cosa que afectó gravemente a su población.
68. Dime desde allá abajo la palabra te quiero. ¿Hablas bajo la tierra? Hablo con el silencio.
El amor es un sentimiento que muchas veces llevamos hasta la tumba, siempre nos acompañará.
69. Dejadme la esperanza.
La esperanza es una arma muy poderosa, debemos tenerla siempre con nosotros.
70. En la pasión del vuelo truena la luz, y exalta alas con que batirme.
Este fantástico escritor nunca se rehusó a la batalla, defendió firmemente sus ideales.