10 Ejemplos de
Monólogo sobre la amistad
Un monólogo sobre la amistad es un discurso en el que un solo participante conversa consigo mismo o reflexiona acerca de esta relación de compañerismo, cariño y confianza.
A diferencia del diálogo, en el monólogo hay un solo personaje que, a través de enunciados, interrogantes y respuestas, busca saber más sobre sí mismo, analizar su vida, sus emociones y sus estados de ánimo o elaborar un pensamiento sobre un asunto.
Los monólogos son muy frecuentes en textos dramáticos, poéticos y narrativos y les permiten a los espectadores o a los lectores conocer las características psicológicas, los pensamientos y los sentimientos de los personajes.
Existen tres tipos de monólogos:
- Monólogo dramático o soliloquio. Es una obra de teatro completa o una parte de ella en la que un personaje habla consigo mismo sobre sus pensamientos y sentimientos.
- Monólogo cómico. Es un discurso que enuncia un comediante para reflexionar con humor sobre uno o varios temas.
- Monólogo interior o fluir de la conciencia. Es la narración, generalmente, en primera persona de los pensamientos de un personaje de una novela o de un relato. Se utiliza para representar los sentimientos, los pensamientos y las percepciones tal cual ocurren en la mente de un personaje, por eso, la sintaxis se puede ver alterada y la conexión de ideas no siempre es lógica o coherente.
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Ejemplos de monólogo sobre la amistad
- Fragmento de Lelio o de la amistad, de Marco Tulio Cicerón. El personaje reflexiona sobre la importancia de la amistad.
Lelio: Yo verdaderamente no pondría reparos, si yo mismo confiara en mí; pues, la cosa es preclara, y estamos, como dijo Fanio, ociosos. Pero ¿quién soy yo? o ¿qué talento hay en mí? Esa costumbre es propia de doctos, y de los griegos, de tal manera que se les puede proponer a ellos algo sobre lo que diserten, aunque sea súbitamente; la empresa es grande y necesita de práctica no pequeña. Por lo que opino que pidáis las cosas que pueden ser disertadas sobre la amistad a aquellos que se dedican esas cosas; yo solo puedo exhortaros a que antepongáis la amistad a todas las cosas humanas; pues nada es tan apropiado a la naturaleza, tan conveniente a las cosas bien favorables bien adversas.
(…) En primer lugar, ¿cómo puede ser, como dice Enio, ‘vivible’ una vida que no descansa en la mutua benevolencia de un amigo? ¿Qué más dulce que tener con quien te atrevas a hablar todas las cosas así como contigo? ¿Qué fruto tan grande habría en las cosas prósperas, si no tuvieras quien se alegrara con ellas igual que tú mismo? Y sería difícil sobrellevar las adversas sin aquel que las sobrellevara más gravemente incluso que tú.
(…) Por un lado, la amistad contiene muchísimas y grandísimas ventajas, por otro supera ciertamente a todas, porque hace brillar una buena esperanza para el futuro y no permite que los espíritus se debiliten o decaigan. Pues quien contempla a un verdadero amigo, contempla como un retrato de sí mismo.
- Fragmento de Cómo han de ser los amigos, de Tirso de Molina. El protagonista de esta obra, Manrique, reflexiona sobre la importancia de la amistad, porque cree que es mejor renunciar a su amor y a la fidelidad al rey que traicionar a un amigo.
Manrique: Preso don Gastón, mi amigo,
¿su hacienda usurparle intento?
Quimeras sin fundamento
son; mas si en prisión cruel
muere, ¿qué he de hacer? Ser fiel
y, a pesar de armas y miedo,
libertalle, y si no puedo,
morir en prisión con él.
Mandolo el rey de Aragón;
cuando el amigo es de ley,
atropella vida y rey.
¿ Qué importa si entrambos son
amigos? La obligación
que tengo al rey y su amor
no ha de manchar mi valor
para que su intento siga,
que no es amigo el que obliga
a su amigo a ser traidor.
Estas consecuencias claras,
por más seguras elijo,
que bien dijo aquel que dijo:
«el amigo, hasta las aras».
Mas ¡ay, alma! ¿No reparas
que a Armesinda me han de dar?
Gran premio, no hay que dudar,
porque si se ha de romper
la amistad, solo ha de ser
por amor o por remar.
Interés y amor me llama;
pero, en fin, soy don Manrique;
padezca yo, y no publique
de mí tal caso la fama.
Amo a quien mi amigo ama,
sin poder mi libertad
olvidar tanta beldad;
pero atorménteme y muera
mi amor, como quede entera
la ley de nuestra amistad.
- Fragmento de El mayor desengaño, de Tirso de Molina. El personaje reflexiona sobre la amistad y la traición.
Bruno: Quien maldiciones no teme,
razón será que le alcancen;
quien en amigos confía,
bien merece que le engañen;
quien guarda en cofres de vidrio
tesoros que han de quebrarse,
siembra arena, funda en vientos,
fía en juegos, carga en naves:
cuando sus pérdidas sienta,
ni se queje, ni se aparte;
porque amigos y mujeres
vidrios son, que no diamantes.
¡Oh desengaños del mundo!
Cúrenme vuestras verdades,
pues experimento en mí
el desengaño más grande.
¿Con qué ojos podré volver
a los ojos de mi padre,
que no los ciegue mi afrenta,
que su rigor no me ultraje?
¿Volveré a cursar escuelas?
No, que aunque puedan honrarme,
mientras viviere he de ser,
si desdichado constante.
Pues ni en letras, ni en amores
tuve dicha, condenarme
quiero a la guerra, castigo
de vicios y mocedades.
Adiós, patria; adiós, amores;
adiós, amigos mudables;
cruel padre, casa ingrata;
mujeres interesables,
que si hazañas dan ventura,
hoy tengo de aventurarme,
y dejar ejemplo en mí
del desengaño más grande.
- Fragmento de Áyax, de Sófocles. El personaje reflexiona sobre el valor de la amistad y cambia su manera de ver a los enemigos.
Áyax: ¿Y nosotros no vamos a aprender a ser prudentes? Por mi parte, acabo de saber que no ha de odiarse al enemigo, sino en la idea de que podemos tenerle amistad después, y que al amigo querré ayudar con mi favor, en la idea de que no siempre tiene por qué serlo; porque para todos los mortales inseguro es el puerto de la amistad.
- Fragmento de Amistad exiliada, de Teodoro Pródromos. El personaje, Amistad, reflexiona sobre su importancia en la vida de las personas.
Amistad: Yo, la Amistad, urbanizo las urbes,
aunque alguien diga que son urbes estas urbes,
aunque más bien sea esto la multitud de ciudadanos.
Pues ladrillos cocidos y pesantez de piedras pulidas
convergen gracias a mí en la creación de un solo muro,
dos paredes en torno de un solo ángulo
y cuatro ángulos para una morada completa.
Yo doy consistencia a las artes entre los hombres
y al cardador lo amigo con el cuero;
y con el fabricante de frenos al jefe de ejército
y vinculo al obrero con el labrador
y a todo artesano con todo artesano.
Pues realmente todo pescador necesita del agricultor,
pues dándole el pez recibe a cambio el pan;
y todo agricultor, del pescador,
pues dándole el pan recibe a cambio el pescado.
Y todo artesano está necesitado del otro
y de ahí que todas las urbes se encuentren bien.
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