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Diferencias entre socialismo y capitalismo

¿Cómo surgió el capitalismo?

El capitalismo es un sistema económico y social que surgió a finales de la Edad Media, cuando una nueva clase social emergió y se fue convirtiendo en la dominante: la burguesía. A diferencia de la aristocracia (o sea, la nobleza que gobernaba en ese entonces), la burguesía era de origen plebeyo (o sea, no tenía “sangre azul”) pero poseía negocios, tiendas y, por lo tanto, dinero.

Eventualmente, la burguesía controló el mundo y derrocó a la aristocracia en una serie de revoluciones (como la Revolución Francesa de 1789) que demolieron el orden feudal y trajeron consigo una sociedad liberal, democrática y republicana.

En esta nueva sociedad, la industrialización tuvo su origen y con ella se impuso el sistema capitalista, que a través de la propiedad privada de los medios de producción (como fábricas y empresas) y de la comercialización de los bienes producidos, generaba riqueza. En este sistema, lo importante ya no era la tenencia de tierras, como en la Edad Media, sino la tenencia de capital, es decir, de dinero para invertir en iniciativas productivas y así generar más dinero.

El capitalismo y la industrialización cambiaron el mundo rural del medioevo por un mundo urbano en el que los antiguos campesinos que servían a los señores feudales pasaron a ser trabajadores asalariados de los burgueses, dando origen así a la clase obrera, o como la denominó el marxismo, el proletariado.

El capitalismo defendió la posibilidad de innovar, invertir y financiar diferentes emprendimientos a través de la competencia para ver cuál era mejor y más rentable. Este sistema supone que, a través de la oferta de los productores y la demanda de los consumidores, se puede alcanzar el equilibrio y la paz social. Bajo esta filosofía se construyó el mundo moderno y contemporáneo, en el que la clase obrera, sin embargo, vivía y trabajaba en condiciones precarias, abusivas y crueles.

¿Cómo surgió el socialismo?

El socialismo fue producto de la reflexión de muchos pensadores humanistas que soñaban con una sociedad futura más justa, en la que hubiera menos desigualdad entre las clases sociales, o que estas últimas, simplemente, no existieran. Estas aspiraciones, sin embargo, se vieron en buena medida frustradas cuando se impuso el capitalismo industrial y se hizo evidente que los nuevos dueños del mundo, la burguesía, no iban a renunciar a sus privilegios voluntariamente.

Cobrar consciencia de ello condujo a la idea de que una nueva revolución era necesaria. Así como los burgueses derrocaron el mundo feudal para instalar el suyo propio, el proletariado debía hacer lo mismo con ellos y construir un mundo socialista, en el que nadie se enriqueciera por el trabajo de los otros. En este contexto aparecieron Karl Marx y Friedrich Engels, quienes formularon una crítica filosófica al capitalismo y unificaron bajo los lemas del marxismo a las distintas posturas socialistas que existían.

La idea del socialismo, pues, era abolir el mundo capitalista, considerado como inherentemente injusto por la filosofía marxista, ya que los dueños del capital se quedaban con la gran tajada de lo producido por la mano de obra de los trabajadores. Solo así se podría avanzar hacia un sistema sin clases sociales: el socialismo o, como se le llamó después, comunismo. El socialismo planteaba una sociedad sin clases, en la que el bienestar común imperara sobre el egoísmo humano.

Capitalismo vs. socialismo

La tensión entre estos dos modelos alcanzó su clímax en el siglo XX, cuando el mundo entero se dividió entre países capitalistas y países socialistas, en una “Guerra fría” que duró casi 50 años. Y a lo largo de ese tiempo, las virtudes y defectos de cada sistema se hicieron evidentes.

El final del enfrentamiento condujo al desplome del bloque socialista, liderado por la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, y a la transformación del bloque capitalista, liderado por los Estados Unidos de América. El comunismo prácticamente desapareció del planeta, y el capitalismo resultante se vio obligado a cambiar y satisfacer en mayor o menor medida las exigencias de la clase obrera organizada, que conquistó con sangre y sacrificios muchos de los derechos que hoy damos por sentados.

Diferencias entre socialismo y capitalismo

Algunas diferencias entre socialismo y capitalismo son:

Economía

  • Capitalismo: libertad económica. La filosofía capitalista defiende la necesidad de la libertad económica, es decir, considera que el mercado debe regularse a sí mismo mediante una “mano invisible” que representa el sentido común de productores, vendedores y consumidores. Y, por ende, nadie debe intervenir en el curso de la economía, pues hacerlo genera distorsiones con consecuencias negativas.
  • Socialismo: economía planificada. En cambio, la filosofía socialista dice que el mercado jamás se regula por sí mismo, sino que los fuertes se devoran a los débiles y que hace falta una conducción que no solo imponga reglas justas de juego, sino que también dirija la producción y planifique la inversión, tomando en cuenta lo que más se necesita colectivamente y no los deseos de un grupo de capitalistas.

Estado

  • Capitalismo: Estado mínimo. Para el capitalismo, el Estado debe garantizar la paz social y las condiciones mínimas necesarias para producir, invertir y hacer dinero. El papel del Estado ha de ser mínimo, y el sector privado debe satisfacer, de manera lucrativa, las necesidades básicas de la sociedad.
  • Socialismo: Estado fuerte. El Estado socialista debe tener una presencia continua en la sociedad y en el mercado, para garantizar el bienestar común. En los países comunistas, por ejemplo, el Estado era dueño de todo y podía intervenir incluso en las decisiones más pequeñas de la vida cotidiana de la población.

Propiedad

  • Capitalismo: propiedad privada. El modelo capitalista defiende la propiedad privada como el único camino hacia la rentabilidad, la innovación y el esfuerzo, de modo que los dueños de los medios de producción (fábricas, industrias, tierras, etc.) deben ser actores privados.
  • Socialismo: propiedad social. En socialismo los medios de producción no deben ser privados, sino públicos, de modo que deben pasar a las manos del Estado como propiedad social o comunitaria, ya que solo así se puede planificar la producción en pro de la colectividad.

Política

  • Capitalismo: diversidad política. En los modelos capitalistas existe libertad política: cualquiera puede fundar un partido o militar en él, y las personas son libres de organizarse social y políticamente. Esto no significa que la política sea justa, que no exista la corrupción o el favoritismo, justamente porque los sectores adinerados ejercen una mayor influencia en la sociedad que los empobrecidos.
  • Socialismo: unipartidismo. En los modelos socialistas imperó durante el siglo XX una dinámica de partido único, en el que la disidencia no era tolerada y era a menudo perseguida. Cualquier intento de cambio en la dirigencia era considerado un acto contrarrevolucionario o proburgués. Las consecuencias de ello fueron la dictadura y el totalitarismo.

Inversión

  • Capitalismo: innovación y emprendimiento. La libertad de empresa propia del capitalismo trae consigo grandes márgenes de maniobra a la hora de invertir el dinero y de producir y comercializar. Los empresarios pueden dedicar su dinero a la causa que mejor consideren y correr riesgos, pudiendo tener éxito o fracasar, producir más de lo mismo o adelantarse a los demás de manera significativa. Esto trae consigo mayor innovación y originalidad, ya que los capitalistas compiten entre sí continuamente.
  • Socialismo: inversión planificada. En el sistema socialista la competencia no existe: la producción es controlada por el Estado, y eso trae consigo menor margen de emprendimiento y menor innovación. Además, no se garantiza la correcta fiscalización de las empresas, ya que el Estado se fiscaliza a sí mismo y puede ocultar al público información impunemente.

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