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Ejemplos de
Cambio social

En sociología, historia y antropología, se habla de cambio social para referir a las modificaciones apreciables de la estructura social de una comunidad determinada: las alteraciones en las reglas de conducta, el surgimiento y crecimiento de organizaciones sociales, los sistemas de valores y/o los símbolos culturales. El cambio social es un cambio de paradigma en la manera de ser de las sociedades.

El cambio social forma parte de la evolución de las sociedades, y puede ocurrir por numerosas causas y traer consigo consecuencias muy variadas. Estas últimas no siempre tienen que ver con la idea del progreso o la mejoría: el cambio social puede deberse al éxito de sistemas sociales o económicos, al surgimiento de nuevos regímenes políticos o incluso a eventos tan traumáticos como la guerra y la revolución; y pueden manifestarse en cambios radicales en el modo de ser de la sociedad, o bien afectar únicamente sus capas más superficiales.

El estudio del cambio social dio sus primeros pasos con la obra del filósofo francés Auguste Comte (1798-1857), quien distinguía teóricamente entre la dinámica social, o sea, el estudio del movimiento continuo hacia el progreso y la transformación de las sociedades; y la estática social, que estudia el modo de ordenamiento y la estabilidad de las sociedades. Ambas perspectivas eran necesarias, según Comte, para entender el cambio social: algunos aspectos de la sociedad son dinámicos y cambiantes (como la moda o el lenguaje, por ejemplo), mientras que otros son estáticos y equilibrados (como el sistema político o los valores trascendentales).

Existe, por otra parte, la idea en el campo de la política de que el cambio social puede conducirse, agenciarse y desencadenarse. Esta es una idea común entre los sectores que anhelan una transformación de la sociedad en ciertos sentidos. Generalmente, en dicho contexto, el término “cambio social” se interpreta como un mejoramiento, algo positivo, deseable.

Ejemplos de cambio social

Algunos ejemplos de cambio social pueden ser los siguientes:

  1. La Revolución Neolítica. Uno de los grandes cambios sociales de la historia humana se produjo en algún momento del período Neolítico (hace alrededor de 9.000 años), cuando los seres humanos, hasta entonces nómadas o seminómadas dedicados a la caza, pesca y recolección, domesticaron las primeras especies de plantas y dieron origen a la agricultura. Esto les permitió producir mucho más alimento de manera más estable y con menos esfuerzo, lo cual puso fin a la necesidad de errar y cambiar de hábitat continuamente. La vida sedentaria tuvo inicio, y con ella nacieron los caseríos que serían pronto las primeras ciudades de la historia.
  2. La caída del Imperio romano. En el siglo IV d. C., el Imperio más grande y poderoso de la antigüedad se derrumbó, lo que provocó su disolución en un conjunto de reinos menores. Esto impulsó la transformación de la sociedad europea y occidental, que perdió para siempre la ciudadanía romana y comenzó a pensarse a sí misma en otros términos: francos, germanos, hispanos, galos, etc. Además, este derrumbe marca el inicio de la transformación del latín en nuevas lenguas romances y convirtió al cristianismo en el único elemento unificador de Europa.
  1. La Revolución Industrial. Se llama así al surgimiento de un nuevo modelo productivo impulsado por el capitalismo temprano y sustentado en la tecnología como elemento para facilitar y potenciar la producción de bienes y servicios, transformando la materia prima en productos elaborados. Este nuevo modelo nació en Gran Bretaña en el siglo XVIII y apostó por las máquinas para crear un mundo nuevo: el de la producción en masa y la sociedad de consumo. A partir de entonces, la mano de obra y la tracción animal cederían terreno a las máquinas y la automatización, gracias en buena medida a la invención de la máquina de vapor en 1769. Nuevas clases sociales nacieron entonces: el proletariado o clase obrera y la burguesía dueña de los medios de producción.
  2. La Revolución de Octubre. En noviembre de 1917, la Rusia zarista cayó ante el alzamiento de los bolcheviques, quienes construyeron en su lugar el primer proyecto de nación comunista de la historia: la Rusia soviética, preludio a la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS). En este nuevo modelo de país no solo se aniquiló a la monarquía y la aristocracia, sino que se dictaron nuevas medidas que transformaron la economía y la sociedad rusas para siempre: jornadas laborales de 8 horas, la declaración de los derechos fundamentales de los pueblos de Rusia, el fin de la educación religiosa y el abandono del calendario juliano en favor del gregoriano, entre muchas otras.

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