Moraleja
Te explicamos qué es una moraleja y cuál es su objetivo. Además, a quiénes va dirigida y algunos ejemplos de moralejas.
¿Qué es una moraleja?
Una moraleja es la enseñanza que se desprende de una historia, cuento, fábula o relato. Las moralejas tienen que ver con la vida cotidiana y ayudan a identificar aquello que es moralmente correcto, promueven la enseñanza de valores y llaman a la reflexión sobre ciertos comportamientos.
En general, su tono es didáctico y están pensadas para niños. En algunos casos, como en las fábulas, la moraleja está escrita. En otros casos, en cambio, es el lector quien debe deducir la enseñanza que se desprende del relato.
Ver además: Cuento fantástico
Ejemplos de fabulas cortas con su moraleja
- “El conejo y la tortuga”. Esta fábula es una de las más conocidas y narra una carrera entre un conejo y una tortuga que, inesperadamente, gana la tortuga a pesar de su lento paso. El conejo, confiado en su velocidad, no se tomó la carrera en serio, fue perezoso y confiado, todas cualidades que no le permitieron ganar la carrera. ¿Moraleja? Aquel que trabaje con constancia, dedicación y disciplina obtendrá mejores resultados y será una persona más confiable que aquella que simplemente tiene buenas habilidades o facilidades para llevar adelante una tarea.
- “El chanchito y el caballo”. Esta fábula cuenta la historia de un caballo que estaba tan enfermo que no podía ponerse de pie. Su dueño, en consecuencia, decidió que si durante los siguientes tres días no mejoraba, lo sacrificaría. El chanchito, preocupado por esta decisión, se propuso ayudar al caballo a recuperarse y al tercer día lo logró. El dueño del caballo, al ver la mejoría de su mascota, decidió sacrificar al chanchito para festejar. ¿Moraleja? Se debe ayudar a los demás, pero siempre con la precaución de que nuestro accionar no nos afecte a nosotros mismos.
- “El ratón y el león”. Esta fábula narra la historia de un ratoncito que fue capturado por un león, con la intención de devorárselo. El pequeño ratón le suplicó que no lo comiera y finalmente lo consiguió. Días más tarde, el ratoncito vio cómo unos cazadores atrapaban a ese mismo felino que días atrás lo había liberado y decidió ayudarlo a escapar de esas redes. ¿Moraleja? Las bondades, más temprano que tarde, son recompensadas.
- “La hormiga y la cigarra”. Esta fábula narra la historia de una hormiga que decidió sacrificar su verano construyendo un refugio y guardando alimentos, mientras que la cigarra dedicó todo ese tiempo a descansar. Cuando llegó el invierno, la cigarra sufrió hambre y el frío mientras que la hormiga le sacó provecho a su refugio y comió los alimentos que había ido guardando a lo largo de todo el verano. ¿Moraleja? Aquellos que trabajen y ahorren no deberán alarmarse cuando lleguen tiempos difíciles.
- “La gallina de los huevos de oro”. Esta fábula cuenta la historia de un matrimonio de granjeros que tenían una gallina que ponía cada día un huevo de oro. Los granjeros sospecharon que en su interior la gallina tendría un terrón de oro de gran tamaño y que, si la mataban, obtendrían todo el oro de una vez. Así lo hicieron pero se dieron cuenta de que la gallina en su interior era igual a todas las gallinas comunes y corrientes que tenían en su granja. ¿Moraleja? Por querer hacerse ricos de una sola vez y rápidamente, se quedaron sin aquello que les garantizaba oro, en pocas cantidades, cada día. La ambición les jugó una mala pasada.
- “La lechera”. Esta fábula narra la historia de la hija de un granjero granjero iba al pueblo cada mañana con un recipiente repleto de leche para vender. Una mañana, mientras hacía ese recorrido, se le ocurrió una idea. Con el dinero que recibiera a cambio de la leche, compraría 300 huevos. Calculó que, descontando los pollitos que no nacieran, en poco tiempo tendría cerca de 200, a los que vendería cuando alcancen su mayor precio. De esta manera, se haría de una buena suma de dinero para comprarse el vestido más hermoso, que usaría para las fiestas de fin de año. La lechera siguió imaginando, mientras cargaba el recipiente con leche que, en el baile, todos los jóvenes la pretenderán y ella podría darse el lujo de valorarlos uno por uno. En ese mismo momento, su pie chocó con una piedra y tropezó, toda la leche se derramó en el piso y sus planes se desintegraron. ¿Moraleja? No se debe ser demasiado ambicioso porque nada será suficiente. Anhelar demasiado el futuro nos puede hacer olvidar que ni el presente es seguro.