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Empowerment

Te explicamos qué es el empowerment o empoderamiento en el área empresarial, a qué problemas responde y cuáles son sus ventajas.

¿Qué es el empowerment?

El término “Empowerment”, proveniente del inglés power (“poder”) podría traducirse al español como “empoderamiento”, palabra muy de moda en tiempos de lucha por la reivindicación social sobre el igualitarismo, más o menos equivalente de “potenciamiento” o “habilitación”. Sin embargo, en el área de los negocios, esta expresión remite a un significado totalmente distinto.

En administración de empresas, el Empowerment o Empoderamiento organizacional es una tendencia en la gestión de Recursos Humanos que propone el empoderamiento de los subordinados y los trabajadores. Su objetivo es romper el esquema tradicional de jefatura vertical, en que un jefe asume las riendas de todo y los demás se limitan a cumplir sus órdenes.

Una empresa que empodera a sus trabajadores, en cambio, les confiere autonomía, capacidad de decisión, autoridad y liderazgo. De esta manera, pueden resolver los problemas del trabajo de manera creativa, flexible y autónoma, sin tener que contar con la constante aprobación de sus superiores.

No se trata de abolir la jerarquía de la empresa o de prescindir de jefes, sino de construir trabajadores y subordinados más creativos, productivos y de mayor calidad, en un modelo de empresa descentralizado y desburocratizado. Es una apuesta por la agilidad y la diversidad, en vez de la centralización del poder que hace los procesos, pues todo cambio debe aprobarse por un superior.

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Problemas de las empresas tradicionales

El mundo empresarial persigue la fórmula correcta para aumentar la productividad y rentabilidad, sin disminuir en el proceso la calidad y el talento humano. El empowerment surge como respuesta a las principales problemáticas que las empresas tradicionales deben enfrentar en cuanto a recursos humanos, que son:

  • El “burnout” de los trabajadores. Lidiar con un trabajo repetitivo y sin importancia, cumpliendo órdenes y decisiones de otro sin sentir nunca que la labor desempeñada tiene un vínculo con la propia vida, conduce a una situación de baja productividad y bajísimo compromiso conocida como “burnout” (del inglés “chamuscado”).
  • La burocratización de los procesos. Algo particularmente presente en las organizaciones públicas o semipúblicas, es el enlentecimiento de los procesos. Cosas simples y ágiles, que podrían realizarse en poco tiempo, toman una eternidad debido a exigencias formales, a peldaños intermedios y a formas de la burocracia que no sólo son improductivas, sino que además brindan una falsa sensación de control.
  • Lo urgente no da tiempo a lo importante. Tan simple como suena: no hay tiempo. Los procesos se acumulan a la espera de su resolución y los trabajadores acumulan importantes dosis de frustración, que eventualmente inciden en su compromiso con el trabajo, pues a falta de soluciones reales, el desapego es una forma de no padecer el trabajo.
  • Verticalidad e invisibilización. Tanto para errores como para aciertos, los jefes tradicionales son la única cara visible de los equipos, y sobre ellos recae absolutamente todo, ya que su autoridad en el equipo es incuestionable. Este modelo vertical e inflexible construye trabajadores faltos de confianza, confundidos respecto a su desempeño y que viven resolviendo problemas que otro crea.
  • Falta de perspectivas de ascenso. Dado que los cargos están distribuidos en organigramas muy verticales y muy estrictos, ascender en la empresa se convierte en una misión imposible, que requiere de la salida de un eslabón intermedio para que uno de abajo pueda ocupar su lugar. Esto también atenta contra el sentimiento de pertenencia de los empleados.

Ventajas del empowerment

El empoderamiento organizacional supone una serie de cambios significativos en el modo de hacer las cosas en la empresa, lo cual repercute en los siguientes beneficios:

  • Alto compromiso del trabajador. A la gente le gusta crear, resolver, idear, y ser reconocidos por ello. Cuando esto ocurre, los trabajadores se sienten considerados, respetados y tomados en cuenta, lo cual los mantiene altamente motivados.
  • Mejoras en la productividad. Al contrario de lo que se piensa, muchas veces una estructura más laxa y flexible permite adaptarse mejor a los problemas y gestionar los procesos más eficientemente que una anquilosada, pesada y rígida.
  • Formación constante del empleado. No sólo mediante estudios formales y cursos un empleado crece en una empresa, sino también a media que asume nuevas cuotas de responsabilidad con éxito, aprendiendo así a hacer mucho más que lo estrictamente requerido en su cargo, y abriéndosele perspectivas de ascenso.
  • Toma de decisiones eficiente. Ya que los cargos directivos no suelen estar allí supervisando en persona el proceso, una ventaja del empowerment es la de brindar una voz a los trabajadores para que puedan aportar en la conducción empresarial, en lugar de sentirse presos en un proyecto que otros manejan a su antojo.

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Referencias