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Cosecha

Te explicamos qué es la cosecha, qué sistemas puede implementar y cuál es su impacto ecológico. Además, qué es el ciclo agrícola.

¿Qué es la cosecha?

La cosecha es el momento del ciclo agrícola en que se realiza la recolección de los bienes agrícolas sembrados (frutos, semillas, granos, hortalizas, entre otros), una vez que están en su punto máximo de madurez. Este momento implica el final del ciclo agrícola, y consiste en la separación de las partes valiosas de la planta madre, para su posterior procesamiento y comercialización.

La palabra cosecha proviene del latín collecta, formada por el prefijo con– (“junto a”) y el verbo legere (“escoger”), y es una práctica conocida por la humanidad desde los tiempos del Neolítico, en los que se descubrió la agricultura y se procedió a sembrar los primeros cultivos. Durante la mayor parte de la historia humana la cosecha se realizó de manera manual, o con la ayuda de herramientas manuales, mientras que hoy en día consiste generalmente en un procedimiento mecanizado, que emplea a menudo máquinas llamadas “cosechadoras”.

En las distintas culturas antiguas la cosecha era una época de júbilo y agradecimiento, en la que se rendía culto a los dioses que proveían el sustento. Por ejemplo, los antiguos romanos celebraban los ludi cereales o “juegos cereales”, fiestas en honor a Ceres, equivalente a la diosa griega Deméter. Así, la acción de cosechar, entendida como el acto de recoger o recolectar lo bueno dejando atrás lo malo o lo inútil, se emplea también en el imaginario popular como metáfora de recibir lo que uno mismo propició: “cosecharás lo que has sembrado”.

Los modos de cosechar y el momento ideal para la recogida y la siembra difieren normalmente de acuerdo al producto cosechado. De hecho, distintos frutos u hortalizas se cosechan tomando en cuenta el tiempo de vida útil que tienen luego de alcanzar la madurez, dependiendo del tipo de producto:

  • Frutos climatéricos: Son aquellos que pueden madurar luego de cosechados (y por lo tanto se cosechan aún verdes, para impedir que se deterioren durante su transportación), como el tomate.
  • Frutos no climatéricos: Aquellos que pueden madurar únicamente en la planta, como el pimiento o morrón.

Las cosechas no siempre son iguales, y pueden ser buenas (abundantes) o malas (escasas), dependiendo del clima, de los métodos de siembra y de la presencia de plagas y parásitos. El desarrollo de la agricultura ha tratado, en buena medida, de controlar estos tres elementos lo más posible, para garantizar el correcto crecimiento de las plantas y la preservación de sus frutos. Para eso se emplean fertilizantes, pesticidas y diversas técnicas de intervención humana en el cultivo, como la selección artificial o incluso la ingeniería genética.

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El ciclo agrícola

Se llama ciclo agrícola al conjunto de etapas que componen la actividad agrícola y que se repiten anualmente en períodos regulares. Este ciclo o circuito es más o menos igual para todo tipo de cultivo, y abarca las siguientes etapas fundamentales:

  • La preparación del suelo. Una vez que se sabe qué alimentos se van a cultivar, los agricultores deben preparar el suelo para asegurarse de que contenga los insumos necesarios para el crecimiento de las plantas. Esto puede implicar el uso de abonos y fertilizantes, o el arado del suelo para crear surcos en que depositar las semillas y que permitan la correcta irrigación.
  • La siembra. La siembra consiste en la introducción de las semillas, los brotes o las plantas en el suelo preparado. Esto suele realizarse en la primavera o el verano, dependiendo siempre del tipo de cultivo. La siembra se realiza de acuerdo a técnicas diversas, muchas de las cuales toman en cuenta la protección de los suelos y el máximo aprovechamiento de los recursos.
  • El monitoreo. Luego de sembradas, las plantas germinan y crecen a un ritmo variable, y requieren de una serie de cuidados y atenciones, como la cantidad de riego adecuada, el combate contra las plagas, entre otras. Si todo sale bien, las plantas crecen y arrojan frutos, que irán madurando con el tiempo hasta estar listos para la cosecha.
  • La cosecha. La etapa final del circuito es la recolección de los productos agrícolas maduros, sean frutos, cereales o semillas, y su procesamiento o manejo para almacenarlos y posteriormente conducirlos hacia su destino, que puede ser el comercio directo con el consumidor, o alguna industria secundaria que los utiliza como materia prima.

Sistemas de cosecha

Las cosechas se llevan a cabo de acuerdo a dos sistemas distintos: el método tradicional o manual, y el método moderno o mecanizado. La aplicación de uno o de otro depende de múltiples factores, como los recursos disponibles o el tipo de sembradío a cosechar.

  • El sistema manual. El método manual de cosecha es el más antiguo que se conoce y el que más se ha utilizado a lo largo de la historia. A través de este proceso, el agricultor o sus trabajadores recogen con sus manos los bienes agrícolas directamente del suelo o de las plantas y los depositan en canastos o en carretillas, para luego transportarlos a otros espacios en los que se someten a procesos secundarios, como el secado, el tostado o la fermentación. Se trata de un método económico y ecológico, pero lento y poco eficaz.
  • El sistema mecanizado. El método mecanizado es aquel que utiliza tecnologías modernas, es decir, máquinas para procesar el cultivo y separar los bienes agrícolas del resto de la planta. Estas tecnologías pueden consistir en grandes máquinas cosechadoras, como en el caso de los cereales, o en herramientas mecánicas que facilitan la labor de los recolectores, lo que permite una cosecha más rápida y rentable, aunque a menudo ocasione daños ecológicos y tenga un costo inicial considerable.

Impacto ecológico de las cosechas

La agricultura, a pesar de ser una actividad económica ancestral, no está exenta de tener un impacto ecológico, o sea, de generar daños al ecosistema. Estos daños ecológicos pueden resumirse en:

  • Deforestación y destrucción de ecosistemas para agrandar la plataforma de cultivo, especialmente en la agricultura extensiva que requiere de mucha superficie para plantar. Dicha superficie se obtiene al talar y quemar bosques y otros entornos de diversidad biológica, para sembrar en su lugar plantas de un mismo tipo.
  • El empobrecimiento de los suelos, sobre todo en los monocultivos, es decir, en los casos en que se siembra una y otra vez la misma planta, lo que quita al suelo sus nutrientes. Esto se puede evitar a través de la rotación de cultivos.
  • La contaminación de suelos y aguas, mediante el uso de pesticidas y agrotóxicos para combatir hongos, bacterias e insectos, los cuales arrasan incluso con los seres vivos no peligrosos para el sembradío, y, además, tienen un efecto residual en las aguas subterráneas o en los ríos, lagos y mares, debido al escurrimiento de las aguas de lluvia.
  • El daño de las máquinas agrícolas en los suelos, ya sea por su peso o por los combustibles y lubricantes que liberan.

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Referencias