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Artículo de divulgación científica

Te explicamos qué es un artículo de divulgación científica y sus características. Además, cómo es su estructura y un ejemplo.

¿Qué es un artículo de divulgación científica?

Se entiende por artículo de divulgación científica o simplemente artículo de divulgación a un escrito breve y conducido a un público general, no especializado, que tiene como propósito informar y hacer del entendimiento de las masas una serie de conceptos y conocimientos de índole científica.

No se trata, pues, de una publicación académica, ni técnica, sino todo lo contrario: de un texto escrito en términos sencillos y accesibles al lector promedio, que no requiera demasiados conocimientos previos ni estudios superiores para entenderlo o al menos hacerse una idea del tema.

Esto último implica una escritura amigable y un esfuerzo por explicar la materia en términos sencillos, con metáforas, comparaciones y sin dar por sentado ningún conocimiento previo especializado.

De esa manera, la redacción de los artículos de divulgación científica suele caer en manos de o bien científicos dotados del conocimiento y con la pasión y las posibilidades de transmitirlo para el gran público, o de periodistas especializados que son capaces de sintetizar y “traducir” el asunto.

Este tipo de artículos, hoy en día disponibles sobre todo en la Web, cumplen el papel de fomentar el conocimiento general y de instruir a las masas interesadas, fomentando el interés en los avances científicos y en el mundo del saber organizado.

A menudo, sin embargo, pueden ser grandes transmisores de equívocos, malas interpretaciones o teorías pseudocientíficas, cuando no se encuentran en manos del redactor apropiado.

Ver además: Monografía

Características de un artículo de divulgación científica

Un artículo de divulgación científica ha de estar escrito en un lenguaje sencillo, libre de tecnicismos (o en todo caso explicándolos si son inevitables), y debe guiarse por una lógica simple, lineal, que vaya desde lo más general de la introducción hacia lo más específico del tema desarrollado, permitiéndole al lector un avance continuo.

Por lo general se le da visibilidad a los datos que resulten especialmente pertinentes, importantes o clave para el artículo, ya sea en viñetas, ilustraciones o cajas de texto. De igual manera, el contenido suele estar dividido en renglones titulados, diferenciados, que le permitan al lector saber de qué se habla en todo momento y desde qué perspectiva.

Estructura de un artículo de divulgación científica

Los artículos de divulgación científica suelen pensarse a partir de una estructura simple, no siempre en este mismo orden puntual:

  • IntroducciónEn este apartado se debe ofrecer al lector toda la información inicial para poder abordar el tema, ya que empezar de golpe con los datos y la información podría desalentarlo. Una introducción es una aproximación gradual a la materia, yendo por lo general de lo más general a lo más específico.
  • Antecedentes. Una revisión de quiénes desarrollaron el tema y cuáles eran los problemas del campo científico en cuestión, para que el lector pueda comprender qué importancia tiene el nuevo adelanto o la teoría recién desarrollada.
  • Exposición. El recuento de la información nueva, con sus explicaciones, gráficas y soporte que hagan la lectura algo más interesante, a la vez que informada y completa.
  • ConclusionesUn cierre que redondee el artículo y retome, quizá, algunos de los temas ofrecidos en la introducción o los antecedentes, de modo que el lector se pueda llevar una impresión general de lo que acaba de leer.
  • ReferenciasUn añadido de referencias bibliográficas o páginas Web en las que el lector que haya quedado interesado pueda continuar por su cuenta informándose del tema, o pueda cotejar de dónde salió la información que acaba de leer.

Ejemplo de artículo de divulgación científica

EL LARGO CAMINO HACIA MARTE

Lo que hace algunos años parecía fantasía, como es la posibilidad de vivir en otro planeta, hoy en día se ofrece como una realidad nada lejana. Los relatos del escritor norteamericano Ray Bradbury sobre la colonización del planeta Marte, o los estudios que el científico alemán Otto Von Braun dejó sobre un posible viaje al planeta rojo, parecen haber inspirado a los científicos de Space X, la empresa fundada por el emprendedor y entusiasta del espacio Elon Musk en 2002.

Con el fin de hacer los viajes al espacio comercialmente rentables, Musk y su Space X han desarrollado una serie de proyectos astronáuticos que pasaban por comprar cohetes viejos a Rusia hasta desarrollar unos propios, a la búsqueda de desarrollar la tecnología necesaria para que éstos puedan despegar y aterrizar de pie.

Abaratando costos

Esto, que podría parecer excéntrico, es clave en la eventual colonización de Marte, ya que los cohetes deben poder reusarse si el objetivo es ir y venir de allí a un ritmo constante. No se puede perder miles de millones de dólares en material con cada lanzamiento. Y aparentemente Space X tiene algunos logros en la materia, dado que su modelo reusable Falcon 9 es el más barato del mercado, con un costo de apenas 56,6 millones de dólares por lanzamiento a la baja órbita terrestre.

A ello debe sumarse el costo del combustible, de los implementos para establecer allá una colonia y, claro, mantener viva a la tripulación durante los 39 días del trayecto, asumiendo que se pueda volar a unos 58.000 kmph (la velocidad de la sonda New Horizons de la NASA, la más veloz de todas).

Un sueño cercano

Puede que todo ello esté, sin embargo, más cerca de lo pensado. “Me gustaría morir en Marte”, ha dicho a la prensa Elon Musk, “pero no en el aterrizaje”. Habrá que esperar todavía algunos años para ver si en verdad logrará su sueño.