Biografías de personajes históricos

Andrés Manuel del Río: biografía, aportes, premios, obras


Andrés Manuel del Río (1764-1849) fue un químico y mineralogista conocido por ser el descubridor del vanadio. El científico nació en España en 1765, pero la mayor parte de su carrera la desarrolló en México, adonde llegó para ocupar la plaza de profesor de química del Real Seminario de Minería cuando el país aún era territorio colonial español.

Sus cualidades para la ciencia hicieron que Andrés Manuel del Río fuera apoyado por el gobierno español para estudiar con los mejores químicos europeos. Tras ese periodo de formación, fue enviado a México para dar clases y realizar investigaciones sobre su especialidad. Para poder impartir sus lecciones, el científico debió publicar su propio libro de consulta.

En 1801 realizó su descubrimiento más conocido: un elemento metálico al que denominó eritronio. Sin embargo, una serie de circunstancias provocaron que no se reconociera su logro hasta años después, cuando el elemento era ya conocido como vanadio.

Del Río fue también diputado de las Cortes españolas en 1820 en representación de Pachuca y apoyó la independencia de su país adoptivo. Más adelante, vivió un tiempo en los Estados Unidos, donde continuó publicando sus trabajos. Sus últimos años los pasó en México, sin que dejara de investigar en ningún momento.

Índice del artículo

Biografía

Andrés Manuel del Río vino al mundo el 10 de noviembre de 1765, en Madrid. A los nueve años ingresó en el Instituto de San Isidro de la ciudad española. En esos años de formación mostró un gran interés en el aprendizaje del latín y el griego.

Siendo todavía un niño comenzó sus estudios en la Universidad de Alcalá de Henares. En esta institución se formó en literatura, filosofía y teología, materia esta última en la que se graduó cuando tenía quince años.

Al año siguiente, en 1781, empezó a estudiar física en el mismo centro educativo. Gracias a su talento, reconocido por José Solana, su profesor, el gobierno español le concedió una beca en 1782 para que se incorporara a la Real Academia de las Minas de Almadén y, de esta forma, se formara en mineralogía y en geometría subterránea.

La Corona española se había propuesto que la ciencia y la industria española mejoraran. Para ello, además de la concesión de ayudas para los estudiantes, estaba contratando a profesores extranjeros que pudieran aumentar el nivel de los alumnos. Uno de esos profesores fue Heinrich C. Storr, quien dio clase a Andrés Manuel en Almadén.

Formación en Europa

Dentro del programa de la Corona española también estaban incluidas ayudas para que los estudiantes más notables completaran su formación en otros países europeos. Andrés Manuel del Río fue uno de los beneficiarios y su primer destino fue el Collège de France, donde estudió las porcelanas con el químico Jean D’Arcet.

El joven permaneció en Francia cuatro años y, además de las porcelanas, también se formó en la realización de análisis minerales, anatomía, fisiología e historia natural, entre otras disciplinas.

En 1788, del Río ingresó en las escuelas de minas de Freiberg y Schemnitz, en Sajonia y Hungría respectivamente. En esos centros educativos se benefició de las enseñanzas de famosos científicos de la época, incluido Abraham G. Werner, una de sus grandes influencias.

Además, Andrés Manuel del Río compartió clases con Alexander von Humboldt, quien jugaría un papel importante en el descubrimiento del vanadio.

Tras dos años de estancia en las escuelas mencionadas, el científico fue enviado a la Alta Hungría y a Bohemia. Durante su trayecto, Del Río se detuvo en París, justo después de la Revolución francesa.

Según algunos autores, durante su estancia en París recibió clases del padre de la química, Antoine Lavoisier. Aunque la información no está confirmada, estos historiadores afirman que del Río abandonó la ciudad cuando su maestro fue decapitado en la guillotina.

Llegada a México

Un antiguo compañero de estudios en Freiberg, Fausto de Elhuyar, fue quien recomendó a Andrés Manuel del Río como el profesional más idóneo para ocupar la plaza de profesor de química del Real Seminario de Minería de México.

De Elhuyar, director general de minas en la Nueva España, había llegado a México unos años antes para mejorar el rendimiento de los yacimientos e introducir técnicas de explotación más modernas. Además, recibió el encargo de abrir un seminario destinado a la enseñanza de los hijos de los mineros.

La petición recibió una respuesta afirmativa y Del Río aceptó ocupar la Cátedra de Mineralogía, ya que pensaba que dominaba esa materia mejor que la química. El científico partió hacia América en 1794 desde el puerto de Cádiz.

Clases de mineralogía

La institución en la que Del Río iba a impartir clases, el Real Seminario de Minería, había sido creada en 1792. El objetivo de su fundación era formar a los futuros peritos y expertos de minas para aumentar los beneficios obtenidos.

Como se ha señalado anteriormente, Andrés Manuel del Río impartía clases de mineralogía. Además, gracias a los contactos logrados durante sus estancias en varios países europeos, consiguió que famosos científicos acudieran al centro. Entre ellos, el barón de Humboldt, en 1803.

En su primer año, Del Río contaba con diez alumnos. Ante la falta de material didáctico, el científico tuvo que ir dictando cada una de las lecciones. Esos apuntes fueron la base de la primera edición de una de sus obras más conocidas: Elementos de Orictognosia.

Barón de Humboldt

La iniciativa de Del Río permitió a sus estudiantes tener un libro de consulta para los siguientes años. Por otra parte, pronto empezó a organizar visitas de importantes figuras científicas extranjeras. Una de las estancias más destacadas fue la del barón de Humboldt, en 1803, quien ejerció de examinador durante el año en que estuvo en Nueva España.

Fue durante esa estancia cuando Del Río entregó a su huésped unas muestras de un mineral que había encontrado en 1801. En un primer momento, Andrés Manuel del Río había bautizado al elemento como pancromio, aunque después le cambió el nombre por el de eritronio.

Aunque el descubrimiento pasó por varias vicisitudes antes de ser reconocido como un nuevo elemento químico, hoy en día ese metal es denominado vanadio.

Guerra de Independencia 

La vida cotidiana de Nueva España se vio completamente alterada con el comienzo de la Guerra de Independencia, en 1810. El Seminario no fue una excepción y parte de sus estudiantes abandonaron las clases para unirse a los insurrectos.

Dos años después, Del Río partió hacia Guatemala, donde asesoró en varios proyectos y en la búsqueda de minas de mercurio y hierro. A su vuelta, la Ciudad de México lo nombró regidor honorario.

Diputado en las cortes liberales

El siguiente desplazamiento de Del Río tuvo como destino España. El científico, partidario de la independencia mexicana, fue elegido para representar a los mineros de Pachuca en las Cortes españolas.

Durante su estancia en España, el gobierno le ofreció la dirección de las minas de Almadén, pero Del Río rechazó la oferta.

Al año siguiente, México declaró su independencia. En el Seminario todos los profesores eran nuevos, con la excepción del propio Del Río y de Fausto de Elhuyar. Este último prefirió regresar a España, mientras que el primero permaneció en el nuevo país.

Exilio voluntario

Andrés Manuel del Río prosiguió impartiendo clases en el Seminario hasta la llegada de la república mexicana. Un decreto del senado, promulgado en 1828, declaraba la expulsión de todos los españoles, aunque establecía algunas excepciones.

Del Río, por sus méritos, entraba dentro de las excepciones al decreto. No obstante, el científico optó por seguir la suerte de los españoles expulsados y se exilió a los Estados Unidos. En ese país, fijó su residencia en Filadelfia y se convirtió en miembro de la American Philosophical Society.

Últimos años

La estancia en los Estados Unidos se prolongó hasta 1835, cuando decidió volver a México y retomar su Cátedra de Mineralogía, esta vez en el Colegio Nacional de Minería. Igualmente, fue miembro de una comisión que tenía el encargo de elaborar un mapa geológico del Istmo de Tehuantepec.

Del Río siguió en activo hasta su fallecimiento, el 23 de mayo de 1849. Entre sus últimos trabajos destaca su Manual de Geología, publicado en 1841.

Aportes y descubrimientos

El descubrimiento más importante de Andrés Manuel del Río fue la de un nuevo elemento químico: el vanadio. Aparte de este hallazgo, también descubrió otros compuestos, como la plata azul o la aleación del rodio y el oro.

Aunque sus investigaciones científicas fueron muy relevantes, sus biógrafos hacen hincapié en su decisiva contribución en la conformación de las redes científicas de México. Desde la Cátedra que ocupaba, Del Río fue fundamental para impulsar la presencia en las instituciones de la mineralogía, la química y la geología.

Tuvo, igualmente, un papel muy importante en la formación de las primeras sociedades dedicadas a la ciencia en el México independiente.

El vanadio

El descubrimiento del vanadio tuvo lugar en 1801, cuando Del Río se encontraba examinando muestras de minerales obtenidas en Zimapán, en el Estado de Hidalgo. Al estudiar esas muestras, el científico se dio cuenta que había encontrado un elemento metálico aún no descrito.

Después de realizar varias pruebas, Del Río bautizó al elemento como pancromio, dado que presentaba varios colores diferentes. Más tarde, rebautizó al mineral y lo llamó eritronio, ya que observó que cuando se calentaba el color dominante era el rojo.

Aprovechando la presencia de Alexander von Humboldt en el Seminario, Del Río le dio las muestras del novedoso elemento. Fue en ese momento cuando se iniciaron una serie de circunstancias que retrasaron el reconocimiento del hallazgo.

Del eritronio al vanadio

Von Humboldt envió las muestras a París, para que fueran analizadas por Collet-Descotils. Un error en esos análisis provocó que el laboratorio afirmara que las muestras solo contenían cromo.

Ante este resultado, que Von Humboldt creyó por completo, el propio Del Río comenzó a desconfiar de sus análisis.

No fue hasta 1831 cuando otro químico, E. Wöhler, volvió a estudiar las muestras encontradas por Del Río. En esa ocasión, el científico obtuvo resultados extraños. Sin embargo, una enfermedad impidió que continuara investigado. Casi al mismo tiempo, un químico sueco, N. Sefström, afirmó haber encontrado un nuevo metal.

Wöhler, ya recuperado, regresó a los estudios que había dejado incompletos. Finalmente, pudo demostrar que Del Río tenía razón: se trataba de un nuevo elemento químico.

Al conocer la información, Del Río reclamó la autoría del descubrimiento. Aunque sí logró el reconocimiento de haberlo encontrado primero, el nombre final del elemento fue el que Sefström le había dado: vanadio.

Primera fundición industrial de Hispanoamérica

Una de las aportaciones más importantes de Andrés del Río no tuvo nada que ver con la ciencia. Así, cuando España fue derrotada en Trafalgar, la colonia se vio en peligro de desabastecimiento, especialmente de algunos metales.

Del Río impulsó entonces el establecimiento de la que se convirtió en la primera fundición industrial de acero y hierro de toda Latinoamérica, ubicada en Michoacán.

Igualmente, también fue muy bien valorado el diseño de una bomba de desagüe para las minas que representó un gran avance para la época.

Elementos de Orictognosia

Aunque las publicaciones y artículos firmados por Del Río fueron muy numerosos, entre ellos destacó su obra Elementos de Orictognosia. Como se ha señalado, el origen de este libro fueron los apuntes que el científico dictaba a sus alumnos del Seminario de Minería.

El resultado fue una importante obra de consulta que siguió siendo utilizada en México durante casi cien años.

En 1846, a pesar de su avanzada edad, Del Río publicó una nueva edición del libro. En ella añadió buena parte de su experiencia en el campo de la mineralogía, además de realizar una comparación entre las minas de México y las de Europa y Estados Unidos. Por último, explicó una nueva técnica para observar minerales mediante el microscopio petrográfico.

Otros aportes

Andrés Manuel del Río fue también el descubridor de otros elementos, como el seleniuro de mercurio, así como de la aleación natural del rodio y el oro.

Otras publicaciones destacadas fueron Manual de Geología (1841), obra en la que describía los fósiles de la fauna y flora encontrados en México. Además, realizó traducciones de importantes trabajos científicos, como las Tablas Mineralógicas, de D.L.G. Karsten, a la que incorporó sus comentarios y los de Humboldt.

Premios y reconocimientos

Durante su vida, Del Río vio reconocidos sus méritos científicos y su aportación al desarrollo del México independiente.

El científico formó parte de numerosas asociaciones, como, por ejemplo, la Real Academia de Ciencias Naturales de Madrid, la Sociedad Werneriana de Edimburgo, la Real Academia de Ciencias del Instituto de Francia, la Sociedad Linneana de Leipzig o la Sociedad Filosófica de Filadelfia.

Homenaje póstumo

Poco tiempo después de su fallecimiento, Andrés Manuel del Río recibió un homenaje público celebrado en el Colegio de Minería. Al acto acudieron autoridades políticas, alumnos y profesores con el fin de reconocer todas las aportaciones del científico al país.

Por otra parte, la Sociedad Química de México estableció en 1964 el premio Andrés Manuel del Río para galardonar a aquellos químicos que destaquen en su campo profesional.

Obras publicadas

Andrés del Río fue el autor de numerosas obras científicas, entre artículos, libros y transcripciones de sus discursos. Sus biógrafos han contabilizado alrededor de cien publicaciones.

Estas fueron publicadas en diversos países y traducidas a diferentes idiomas y cubren todos los ámbitos de trabajo del científico.

Obra científica destacada

– Elementos de Orictognosia o del conocimiento de los fósiles, dispuestos según los principios de A.G. Werner, para el uso del Real Seminario de Minería de México. 1795.

– Analyse des deux nouvelles espèces minérales composées de séléniure de zinc et de sulfure de mercure. Annales des Mines, París, 5, 1829.

– Découverte de l´iodure de mercure au Mexique. Annals des Mines, París, 5, 1829.

– Elementos de Orictognosia, o del conocimiento de los fósiles según el sistema de Bercelio; y según los principios de Abraham Gottlob Werner, con la sinonimia inglesa, alemana y francesa, para uso del Seminario Nacional de Minería de México. Filadelfia 1832.

Referencias

  1. Biografías y Vidas. Andrés Manuel del Río. Obtenido de biografiasyvidas.com
  2. Real Academia de la Historia. Andrés Manuel del Río y Fernández. Obtenido de dbe.rah.es
  3. Villa Román, Elisa. El elemento químico descubierto en México. Obtenido de eluniversal.com.mx
  4. The Biography. Biography of Andrés Manuel del Río (1764-1849). Obtenido de thebiography.us
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Vanadium. Obtenido de britannica.com
  6. Caswell, Lyman R. Andrés del Río, Alexander von Humboldt and the twice-discovered element. Recuperado de acshist.scs.illinois.edu
  7. Revolvy. Andrés Manuel del Río. Obtenido de revolvy.com
  8. Alchetron. Andrés Manuel del Río. Obtenido de alchetron.com
  9. Funk, Tyler. The Life of Andres Manuel Del Rio and the Discovery of a New Element – Vanadium. Obtenido de hubpages.com