Paratífico B: características, síntomas, tratamiento, prevención
El paratíficoB o Salmonella de Schottmuellen es un serotipo de Salmonella responsable de producir la fiebre paratifoidea B, una enfermedad infecciosa gastrointestinal similar a la fiebre tifoidea pero más leve, aunque también puede producir episodios severos de gastroenteritis, septicemias y meningitis en niños pequeños.
La mayor parte de las infecciones causadas por Salmonella paratífica B son producto de la contaminación de los alimentos o del agua con heces de pacientes infectados.
Los reptiles, incluyendo las tortugas, han sido reconocidos y bien estudiados como un reservorio para la Salmonella, por lo que son una fuente de infección para el hombre. Algunos niños que tienen tortugas como mascotas se han infectado con salmonelas del serotipo paratífico B, desarrollando infecciones severas.
Muchas salmonelosis cursan con gastroenteritis leves e incluso remiten sin tratamiento. Sin embargo, pueden cursar con complicaciones severas como septicemias y meningitis, particularmente en niños pequeños, ancianos y pacientes inmunosuprimidos, pudiendo tener desenlaces fatales.
Características
En los países desarrollados, la mayor parte de los casos de fiebres entéricas provocadas por Salmonella tífica o paratífica se producen por personas que han viajado o proceden de zonas endémicas o zonas en las que estas infecciones son muy comunes.
Estudios hechos en Inglaterra entre el 2007 y el 2010 sobre vigilancia epidemiológica de casos de fiebre tifoidea y paratifoidea, muestran que la mayor parte de los casos fueron de personas que viajaron a zonas endémicas o que estuvieron en contacto con personas procedente de zonas endémicas.
Estos estudios mostraron que se infectaron más comúnmente con los serotipos de tífico y paratífico A y la menor incidencia (4%) fue con el serotipo paratífico B. En el caso de los pacientes paratíficos B, la aparición promedio de los síntomas fue durante el viaje o en los 21 días después del regreso de las zonas endémicas.
En Francia, en la década de 1990, ocurrieron dos brotes epidémicos causados por queso de cabra fabricado con leche de cabra no pasteurizada y contaminada con Salmonella paratífica B. Los casos se presentaron como gastroenteritis y septicemia y la fuente de contaminación de la leche de cabra no fue identificada.
Fuente
La fuente más importante de contaminación con Salmonella paratífica B es el consumo de agua, hielo o alimentos contaminados, especialmente los alimentos crudos y aquellos que fueron lavados con aguas contaminadas. La contaminación proviene generalmente de heces humanas de pacientes enfermos o portadores sanos.
Sin embargo, el origen de una infección puede provenir de la contaminación con heces de reptiles portadores de la Salmonella paratífica B. También se ha descrito la contaminación con moscas que pueden posarse en alimentos contaminados.
Las tortugas, por ejemplo, pueden tener la Salmonella en su tracto intestinal sin estar enfermas, pudiendo distribuirla a través de las heces por el agua o cualquier superficie en contacto con ella.
Muchos serotipos de Salmonella asociados con salmonelosis han sido encontrados en reptiles. Entre estos se incluyen: Salmonella Paratyphi B (S. Paratyphi B), S. Poona, S. Pomona, S. Marina, S. Stanley, S. Litchfield, S. Newport y los serotipos más comunes S. Typhimurium y S. Enteritidis.
Entre los reptiles, las tortugas representan un especial interés por ser un riesgo para la salud de los niños pequeños al tenerlas frecuentemente como mascotas.
El serotipo paratifoidea B transmitido por las tortugas puede provocar una gastroenteritis o una fiebre entérica y causar serias complicaciones en niños pequeños o en pacientes inmunodeprimidos, entre las que se incluyen septicemia y meningitis.
Síntomas y diagnóstico
Existen una serie de criterios clínicos, de laboratorio y epidemiológicos que permiten definir los casos de fiebre tifoidea o paratifoidea.
Criterio clínico
Persona que presenta fiebre prolongada y, al menos, dos de las cuatro manifestaciones siguientes:
– Cefalea.
– Bradicardia relativa.
– Tos seca.
– Diarrea o estreñimiento, malestar general o dolor abdominal.
La fiebre paratifoidea B, cuando se presenta como una fiebre entérica, tiene los mismos síntomas que la tifoidea, pero más leves. Sin embargo, puede presentarse como una gastroenteritis con diarrea franca o con algunas complicaciones como meningitis y septicemia, como ya se explicó anteriormente.
Criterio de laboratorio
Aislamiento de Salmonella paratífica B en una muestra de sangre o de heces.
Criterio epidemiológico
Al menos una de las siguientes tres relaciones epidemiológicas:
– Exposición a una fuente común: exposición a la misma fuente o vehículo de infección que un caso confirmado.
– Transmisión de persona a persona: persona que ha tenido contacto cercano con un caso confirmado por laboratorio.
– Exposición a alimentos o agua contaminada: persona que ha consumido alimentos contaminados confirmados por laboratorio o productos procedentes de un animal infectado o colonizado confirmado por el laboratorio.
Tratamiento
Muchos casos infectados con paratífico B que se presentan como una gastroenteritis leve se resuelven incluso sin tratamiento, simplemente con reposo y rehidratación oral.
En caso de gastroenteritis más severas se puede requerir de rehidratación parenteral y antibióticos.
Existe una extensa lista de antibióticos que se pueden utilizar para estos casos, entre estos se pueden nombrar los siguientes:
– Amoxicilina/Ácido clavulánico
– Tetraciclina
– Estreptomicina
– Kanamicina
– Gentamicina
– Ácido nalidíxico
– Ciprofloxacino
– Cloranfenicol
– Trimetoprim/sulfametoxazol
– Compuestos derivados de la sulfonamida como la sulfadiazina, el sulfatiazol y la sulfamerazina sódica.
El tratamiento dependerá de la resistencia que manifiesten las cepas involucradas y de la gravedad y el tipo de infección. En algunos casos, como en las meningitis complicadas con abscesos cerebrales, los tratamientos deben prolongarse por al menos 4 semanas para evitar recaídas.
Prevención
La prevención y control de las salmonelosis en general y específicamente de las que producen fiebre tifoidea y paratifoidea, están a cargo de las autoridades sanitarias, que son los entes encargados de la vigilancia epidemiológica, detección, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los casos y de los posibles contactos.
Las autoridades sanitarias se encargan, así mismo, de rastrear el origen o fuente de contaminación para así tomar las medidas sanitarias pertinentes.
En estos casos, las personas enfermas que no se encuentren hospitalizadas no podrán asistir a las escuelas, trabajos o guarderías hasta que las autoridades sanitarias lo indiquen.
Las personas infectadas no podrán manipular alimentos, atender niños, enfermos o cuidados residenciales hasta que las autoridades sanitarias lo indiquen.
Las personas que se desplacen a zonas endémicas deberán evitar las bebidas y comidas de venta ambulante, no deben ingerir, en lo posible, alimentos crudos, no deben consumir hielo y deben beber preferiblemente agua envasada o tratada.
Las frutas y vegetales deben lavarse con agua hervida o envasada y es recomendable lavarse las manos antes de comer, de beber o de fumar o de manipular cualquier alimento o bebida.
Referencias
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