Neurosis de ansiedad: síntomas, consecuencias y tratamiento
El término neurosis de ansiedad fue acuñado por Sigmund Freud para definir periodos de profunda ansiedad y elevada tensión corporal. Ante la primera descripción de neurosis realizada por Wlliam Cullen, Freud desarrolló diversos trabajos y elaboró una clasificación en la que se distinguía varios tipos de neurosis.
Neurosis de ansiedad, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas, fueron las que describió Freud.
De este modo, rápidamente vemos que la neurosis de ansiedad que nos atañe en este artículo, hace referencia a un subtipo determinado de esta enfermedad.
La neurosis de ansiedad o de angustia se puede definir como un estado de elevada excitabilidad que el propio enfermo expresa como una “espera angustiosa”, sobre la cual el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos.
A primera vista, esta definición postulada por Sigmund Freud puede resultar muy psicoanalítica, algo bizarra y poco aplicable a la realidad o a la práctica clínica.
Sin embargo, el concepto de neurosis de ansiedad es de vital importancia para el entendimiento de los problemas y los trastornos de ansiedad.
Índice del artículo
- 1 Síntomas
- 2 ¿Qué es la neurosis?
- 3 ¿Qué es un ataque de pánico?
- 4 ¿Cuáles son sus consecuencias?
- 5 ¿Cómo se puede tratar?
- 6 Referencias
Síntomas
La neurosis de ansiedad se puede entender como una condición en la cual una persona tiene episodios de miedo o ansiedad intensa, de una forma repentina y sin ningún aviso previo.
Estos episodios que se sufren en la neurosis de ansiedad se conoce hoy en día como ataques de pánico, los cuales pueden durar desde minutos hasta horas. Así mismo, pueden presentarse solo de vez en cuando o pueden ocurrir con bastante frecuencia.
Hoy en día el término de neurosis de ansiedad ya no se utiliza en la práctica clínica por lo que, si padeces este problema y acudes a un especialista de salud mental, en el diagnóstico que te proporcione posiblemente no aparezca la nomenclatura de neurosis de ansiedad.
Actualmente, en vez de neurosis de ansiedad se suele utilizar el diagnóstico de trastorno o ataque de pánico.
Este hecho se explica porque la clasificación sobre neurosis postulada por Freud, a pesar de aportar una gran cantidad de información y evidencias sobre las características de los trastornos de ansiedad, hoy en día ha quedado en desuso.
De este modo, lo que Freud catalogó como neurosis fóbicas hoy en día se conocen como fobia social, fobia específica o agorafobia, lo que conocía como neurosis obsesivo-compulsivas se conoce como trastorno obsesivo compulsivo, y lo que catalogó como neurosis de angustia se denomina ataque de pánico.
¿Qué es la neurosis?
El término de neurosis fue propuesto por el médico escocés William Cullen al hacer referencia a los trastornos sensoriales y motores causados por enfermedades del sistema nervioso.
Así pues, neurosis es la palabra que se utiliza para referirse a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento social, familiar y laboral adecuado de las personas.
Sin embargo, cabe destacar que popularmente el uso de la palabra neurosis suele ser algo diferente, hecho que puede causar confusión en algunas ocasiones. En el uso cotidiano, se puede entender neurosis como un sinónimo de obsesión, excentricidad o nerviosismo.
¿Obsesión?
Seguramente habrás escuchado alguna vez a alguien diciendo: “no tiene remedio este chaval, es un neurótico”.
Dentro de esta frase, se hace patente cómo se está utilizando la palabra neurosis para describir a la persona como alguien que se obsesiona por todo, es incapaz de pensar con claridad y está permanentemente angustiado por aspectos poco importantes.
Bien es cierto que esta utilización de la palabra neurosis no dista mucho de su significado profesional, sin embargo, sería un error equiparar la neurosis con la obsesión.
En la práctica profesional, el término neurosis abarca muchos más aspectos que la simple obsesión, ya que hace referencia a un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de un nivel muy elevado de angustia.
De este modo, cuando hablamos de neurosis, estamos hablando de una enfermedad mental que se caracteriza por la presencia de una elevada ansiedad que provoca un deterioro significativo en el bienestar y en la funcionalidad de la persona.
¿Qué es un ataque de pánico?
Hasta ahora hemos entendido que la neurosis de ansiedad es una condición especial en la cual la persona sufre una serie de episodios de miedo y/o ansiedad extrema conocidos como ataques de pánico.
El ataque de pánico, también conocido como trastorno de pánico, es un situación en la que la persona sufre una crisis repentina de intensa ansiedad al poseer pensamientos extremos de miedo y la creencia irrefutable de que algo malo va a pasar.
Esta crisis empieza de forma súbita, es decir, la persona no es capaz de reconocer que la va a sufrir hasta que ya la está sufriendo.
Su duración puede ser variable, pero suele perdurar durante unos minutos y la sensación máxima de miedo suele aparecer durante los primeros 10-20 minutos. Algunos síntomas pueden perdurar durante una hora o incluso más.
Debido a sus características, los síntomas que produce este tipo de ansiedad tan intensa suelen confundirse con un ataque cardíaco.
Síntomas
Los síntomas principales de un ataque de pánico son:
- Pensamiento de miedo desmesurado a perder el control, volverse loco, morirse o padecer algún tipo de daño o consecuencia extremadamente negativa.
- Sacudidas y temblores constantes por todo el cuerpo.
- Sudoración excesiva y escalofríos corporales.
- Sensación de que el corazón late con mucha fuerza o extremadamente acelerado.
- Sensaciones de dolor intenso o malestar en el pecho (como si estuviera padeciendo un infarto).
- Sensación de falta de aire, dificultades para respirar y creencia de que se va a ahogar.
- Sensación de asfixia e imposibilidad de calmarse.
- Náuseas y sensación de necesidad de vomitar.
- Calambres u otras molestias en diferentes partes del cuerpo.
- Mareos, sensaciones de debilidad y pérdida de equilibrio.
- Sensación de que él mismo está saliendo de su propio cuerpo.
- Hormigueo y/o adormecimiento de las manos, los brazos, las piernas o los pies.
- Sensación de calores extraños en distintas partes del cuerpo.
Normalmente no se suelen experimentar todos estos síntomas a la vez, pero sí se padecen una parte importante de ellos durante la crisis de angustia. Estos síntomas suelen experimentarse con mucho malestar, mucho miedo y niveles extremos de ansiedad.
Así mismo, debido al gran malestar que origina y la impredecibilidad de aparición, las personas que sufren ataques de pánico viven con aprensión la posibilidad de experimentar nuevas crisis de angustia.
Los individuos con este trastorno permanecen en alerta de forma constante ante esta posibilidad y, a pesar de que los médicos le hayan descartado la posibilidad de padecer una enfermedad médica, siguen manifestando gran temor por sufrir una nueva crisis que pueda terminar con su vida.
Como es de esperar, este estado de activación e hipervigilancia en el que viven las personas con trastorno de pánico, les provoca una gran interferencia en su día a día.
A la persona con ataque de angustia le será muy difícil estar tranquilo, no pensar en la posibilidad de padecer una nueva crisis, sentirá malestar constante y su conducta normal se verá muy interferida.
¿Cuáles son sus consecuencias?
El ataque de pánico puede presentarse de forma única ante sucesos especialmente estresante. En ese momento, la persona se puede ver superada por las exigencias de la situación y experimentar esta serie de síntomas.
Sin embargo, el problema empieza cuando los ataques de pánico empiezan a presentarse de forma frecuente y la persona empieza a vivir con aprensión la posibilidad de padecer nuevos episodios.
En esta situación, la persona vivirá en un estado en permanente hipervigilancia y tensión, y la ansiedad pasará a ser su compañero habitual. Además, en estas circunstancias, es bastante común que el ataque de pánico vaya acompañado de la aparición de un nuevo trastorno, la agorafobia.
La agorafobia consiste en la experimentación de ansiedad extrema al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil y por lo tanto, en caso de padecer una crisis de angustia inesperada, puede no disponer de ayuda.
De este modo, la persona empieza a restringir su conducta y los sitios en los que permanece debido al temor extremo de padecer algún mal cuando no se encuentra en sitio seguro, por lo que acaba cogiendo fobia a ciertos lugares o situaciones.
Este trastorno puede ser muy incapacitante, ya que la persona puede llegar a no querer salir de casa o no asistir a sitios habituales como lugar de trabajo, restaurantes, calles típicas de su zona de residencia, y evitar entrar en vehículos o en otros sitios cerrados.
¿Cómo se puede tratar?
El objetivo de tratamiento para la neurosis de ansiedad (los ataques de pánico) consiste en ayudar a la persona que lo sufre a desempañares adecuadamente en su vida diaria, mitigar los síntomas de ansiedad y conseguir que sus miedos interfieran lo menos posible en su día a día.
La estrategia terapéutica más eficaz que existe en la actualidad para combatir este problema consiste en combinar tratamiento farmacológico con psicoterapia.
Por lo que respectan los fármacos, los más utilizados suelen ser los antidepresivos Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los sedantes y, en algunas ocasiones, los anticonvulsivos. Estos medicamentos deben ser administrados siempre bajo receta médica.
Por su parte, la psicoterapia se centra en trabajar los puntos de vista distorsionados sobre la posibilidad de padecer un ataque de pánico y sufrir consecuencias extremadamente negativas.
Se enseña al paciente a reconocer sus pensamientos que originan el pánico y se trabaja de forma conjunta para que sea capaz de modificarlos y reducir la sensación de indefensión.
El manejo de estrés y las técnicas de relajación suelen ayudar al paciente a vivir de una forma más tranquila y hacer menos probable la aparición de nuevos síntomas de ansiedad.
Referencias
- Asociación Americana de Psiquiatría. DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. 1ª Edición. Barcelona, España:
Elsevier Masson; 2002. - Botella C. y Ballester, R, (1997). Trastorno de pánico: Evaluación y tratamiento. BARCELONA: Martínez Roca.
- Escobar F. Diagnóstico y tratamiento de los trastornos de ansiedad. Asociación Colombiana de Neurología [en línea]. Disponible en: ww.acnweb.org.
- Freud, S. (1973). Lecciones al Psicoanálisis y Psiquiatría. Tomo I. Madrid. Biblioteca Nueva.
- Hyman SE, Rudorfer MV. Anxiety disorders. Folleto del Instituto Nacional de Salud Mental. Estados Unidos. Publicación 09 3879. 2009.
- Mavissakalian, M. Michelson, L (1986). Two year follow-up of exposure and imipramine treatment of agoraphobia. American Journal of Psychiatry, 143, 1106-1112.