Lengua y literatura

Romance: qué es, origen, clasificación, recursos, obras


¿Qué es el romance?

El romance, en el ámbito de la creación poética, se define como el fruto de la agrupación, por lo general breve, de versos cuya cuenta métrica suma ocho sílabas (octosílabos), y es típica de la tradición poética española e hispanoamericana.

En estos se cumple la correspondencia fonética en la última vocal de cada sílaba (rima) de aquellos versos cuyo orden concuerde con números múltiplos de dos, mientras que el resto puede prescindir de la coincidencia rítmica (quedan “libres”).

Eran poemas narrativos, característicos de la tradición oral española, y de los que, según algunos estudiosos opinan, derivarían los poemas épicos; eran elaborados para ser declamados o cantados por los trovadores y juglares, de pueblo en pueblo, por lo cual la temática era variadísima, pues dependía mucho del lugar donde se hallase el juglar.

Origen del romance

No hay certeza sobre el origen del romance, pues su cualidad oral hace difícil la datación. Sin embargo, hay al menos tres teorías que intentan una explicación: la tradicionalista, la individualista y la neotradicionalista, que actualmente es la más aceptada.

La teoría tradicionalista propone que el origen del romancero se remonta a la tradición germánica, donde se elaboraban poemas breves que poco a poco se iban juntando hasta formar los cantares de gesta. Según esta teoría, de la forma lírica derivaría la épica-lírica.

Por su parte, la teoría individualista apunta a que el origen fue el mester de clerecía, forma poética hecha por clérigos y hombres cultos que contaban hechos históricos, y se valían de los juglares para darlos a conocer.

En cuanto a la teoría neotradicionalista, propone que el romance surgió gracias a la fragmentación de los grandes poemas épicos, como el Cantar de Mio Cid. Así, estos poemas fragmentados se escuchaban en boca de trovadores y juglares en las calles y también en los palacios.

De esta forma, la gente se iba aprendiendo los poemas y pasaban de boca en boca, y esto condujo a que el contenido y la forma se modificaran, según el contexto.

De hecho, el primer romance del que se tiene constancia escrita data de 1421, hallado en el cuaderno de un estudiante mallorquín de derecho, llamado Jaume Olessa.

Clasificación del romance

Hay diversos parámetros para clasificar los romances. A continuación se exponen los más habituales:

Según la cronología

Según el momento en el que fue creado el romance, se clasifica en viejo o nuevo.

Romancero viejo

Son aquellas composiciones poéticas de autor anónimo, fragmentadas de los antiguos cantares de gesta. No se sabe con certeza su origen, pero se acostumbra fecharlos entre los siglos XIV y XV. Se transmitían oralmente, y su primera forma escrita fue en el siglo XVI.

Romancero nuevo

Son los elaborados desde los años 1500 en adelante, hasta la actualidad, basados generalmente en el romancero viejo. Su forma es primordialmente escrita y suele conocerse la autoría (algunos autores reconocidos son Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Federico García Lorca, etc.).

Según la estructura interna

Se refiere a la manera en la que están organizados los hechos narrados, suele haber una situación inicial, una complicación y una resolución. De aquí surgen tres estructuras:

Romance escena

Es el romance que solo toma la escena más dramática de una historia, pero no refiere ni su principio ni su final. Deja el final abierto.

Romance historia

Es el romance que narra una historia completa, con su principio y su final. Suelen ser leyendas antiguas.

Romance con estribillo

Este tipo de romance utiliza un estribillo al final de cada estrofa. Un ejemplo famoso es el romance “Ay de mi Alhama”.

De acuerdo a su asunto

Las composiciones giran en torno a temas específicos y bien diferenciados entre sí. Entre ellos tenemos:

Romance histórico

Relata temas históricos o legendarios, relativos a la historia española medieval. Un ejemplo es el poema del Cid Campeador.

Romance épico o legendario

Está basado en las hazañas de héroes históricos (generalmente franceses), como Carlomagno.

Romance sentimental o novelesco

La temática es muy variada. Está muy ligado no solo al amor correspondido, sino también a la melancolía del rechazo.

Es el tipo que más romances tiene, y sus temas abarcan, además del amor, hechos ficticios e inventados, mitos y relatos populares, y muchos se inspiran en el folclore español y también asiático.

Recursos

En los romances hay presentes distintos recursos literarios, presentamos solo algunos:

Reiteración fonética

También denominada aliteración, corresponde a la repetición de un mismo sonido (una letra o sílaba), a fin de crear melodías placenteras auditivamente.

Repetición estructural

Hace alusión a la aparición reiterada de una misma clase de palabras con un objetivo rítmico: “moro de la morería”, “caminante, no hay camino”.

Representaciones sensoriales

A través de estas se persigue en la narración la exaltación de los cinco sentidos: el olfato, la vista, el tacto, la audición y el gusto. Abunda en descripciones y en comparaciones.

Símiles

Versan sobre el uso de comparaciones, o manifestaciones de semejanza o diferencia entre personas, animales o cosas, relacionadas de algún modo.

Obras destacadas

A continuación se presentan algunos romances famosos, tanto anónimos como de autores conocidos.

Romance del amor más poderoso que la muerte (fragmento)

(Autor anónimo)

“Conde Niño por amores es,
es niño y pasó a la mar;
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.

Mientras el caballo bebe
él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar,
caminante que camina
olvida su caminar,
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.

La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está:
—Levantaos, Albaniña,
de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso
la sirenita del mar.

—No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
sino es el Conde Niño
que por mí quiere finar.
¡Quién le pudiese valer
en su tan triste penar!
—Si por tus amores pena,
¡oh, malhaya su cantar!
y porque nunca los goce
yo le mandaré matar.

—Si le manda matar, madre,
juntos nos han de enterrar.
Él murió a la medianoche,
ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
a él como hijo de condes
unos pasos más atrás.

De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan
fuertes abrazos se dan,
las que no se alcanzaban
no dejan de suspirar”.

Romance del Duero

(Gerardo Diego)

“Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,   
nadie se detiene a oír  
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,  
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo 
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes  
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances  
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra  
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas  
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,  
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso 
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender  
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados  
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas  
palabras de amor, palabras”.

Fragmento de Fuenteovejuna

(Lope de Vega)

“Para emprender la jornada

de esta ciudad, que ya tiene

nombre de Ciudad Real,

juntó el gallardo maestre

dos mil lucidos infantes

de sus vasallos valientes,

y trescientos de a caballo

de seglares y de freiles…”.

Romance del Conde Arnaldos

(Anónimo)

“Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de san Juan

yendo a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar

las velas trae de seda
jarcias de oro torzal
áncoras tiene de plata
tablas de fino coral

marinero que la guía
diciendo viene un cantar
que la mar ponía en calma
los vientos hace amainar

las aves que van volando
al mástil vienen posar
los peces que andan al fondo
arriba los hace andar.

Allí habló el infante Arnaldos
bien oiréis lo que dirá
‘Por tu vida el marinero
dígasme ahora ese cantar’

Respondióle el marinero
tal respuesta le fue a dar
‘Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va''”.

Fragmento extraído del libro Romancero del destierro

(Miguel de Unamuno)

“Cuando el alba me despierta
los recuerdos de otras albas
me renacen en el pecho
las que fueron esperanzas.

Quiero olvidar la miseria
que te abate, pobre España,
la fatal pordiosería
del desierto de tu casa.

Por un mendrugo mohoso
vendéis, hermanos, la entraña
de sangre cocida en siesta
que os hace las veces de alma.

‘Hay que vivir’, estribillo
de la santísima gana,
vuestra perra vida sueño
en bostezo siempre acaba.

‘Mañana será otro día’
y el porvenir se os pasa,
ni se os viene la muerte
que no habéis vivido nada

Cuando se os viene encima
la libertad ‘¡Dios me valga!’ (…)”.

Referencias

  1. Harlan, C. (2018). Romance. (n/a): About español. Recuperado de: aboutespanol.com
  2. (2018). (n/a): Wikipedia. Recuperado de: es.wikipedia.org/wiki
  3. Mero, M. (2015). El Romance. (n/a): El romance viejo. Recuperado de: blogspot.com
  4. Ejemplos de Romance (2018). (n/a): Retóricas. Recuperado de: retoricas.com
  5. El Romancero español (s.). (n/a): Rincón castellano. Recuperado de: rinconcastellano.com.