Anschluss: antecedentes, anexión y consecuencias
Anschluss es el término utilizado para denominar la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi justo antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El significado de esta palabra alemana es “unión” o “reunión”.
Después de la finalización de la Primera Guerra Mundial, los vencedores impusieron a los derrotados, entre ellos Alemania, unas duras sanciones en concepto de reparación por los daños del conflicto. Entre estas se encontraban la pérdida de territorio y la creación de nuevas fronteras.
Precisamente, una de las bases ideológicas de los nazis era la reunificación de todos los pueblos germanos bajo el poder alemán, incluida Austria. En este país, por otra parte, habían aparecido diversos partidos fascistas y pronazis que luchaban desde el interior por que se produjera la anexión a Alemania.
A pesar de los intentos de algunos líderes austriacos por evitarlo, el 12 de marzo de 1938 Austria pasó a ser una provincia del Tercer Reich. Inglaterra y Francia no reaccionaron a los hechos consumados, permitiendo que Hitler no solo se adueñara de ese país, sino de Checoslovaquia poco después.
Índice del artículo
Antecedentes
El Tratado de Versalles, ratificado en 1919, no solo marcaba el pago de indemnizaciones económicas por parte de los vencidos en la Primera Guerra Mundial. También establecía cuáles debían ser los límites geográficos de Alemania, una de las naciones que habían iniciado el conflicto.
En este ámbito, aparte de definir los límites con otros vecinos, el acuerdo señalaba que la frontera con Austria debía ser la existente antes de la Gran Guerra, quedando anuladas las anexiones posteriores al 3 de agosto de 1914.
El motivo de estos artículos era frenar el expansionismo alemán, impulsado por la aparición del concepto de la Gran Alemania en el siglo XIX. Este anhelaba la unificación de todos los territorios de cultura germana, es decir, principalmente parte de Polonia, la República Checa y Austria.
Según los historiadores, la dureza del Tratado de Versalles fue uno de los motivos de la llegada del Partido Nacional-socialista al poder. Los nazis, además de negar el pago de las indemnizaciones de guerra, perseguían la consecución de esa Gran Alemania.
Situación política en Austria
Austria había sido otro de los grandes derrotados en la Primera Guerra Mundial. La situación tras el conflicto era muy mala y, como en Alemania, había aparecido un partido nazi que abogaba por la unificación de ambos territorios. La crisis económica, empeorada tras el Crac del 29, había provocado que su popularidad creciera.
Por otra parte, también existían partidos socialistas que pretendían hacerse con el poder.En septiembre de 1931, uno de ellos, el socialcristiano, protagonizó una rebelión armada, aunque sin éxito.
Las elecciones de abril de 1932 fueron ganadas por los nazis, aunque una alianza de otros partidos impidió que accedieran al poder. Los nazis comenzaron una campaña terrorista, tensando la situación.
El canciller del país, Dollfuss dio una especie de autogolpe de Estado en 1933. Entre las medidas que tomó estuvo la ilegalización de los nazis y de los comunistas y comenzó a gobernar por decreto. Su programa era muy similar al de los nacionalsocialistas, pero sin defender la unión con Alemania.
Rebelión nazi
Los nazis austriacos habían seguido reforzándose y exigían una política más germánica. Cuando estuvieron preparados, organizaron una revuelta, el 25 de julio de 1934, durante la que el canciller Dollfuss resultó asesinado. Sin embargo, el golpe acabó fracasando.
Las reacciones a este levantamiento no se hicieron esperar. Así, el dictador italiano, Benito Mussolini, muy cercano ideológicamente a Dollfuss, ordenó movilizar sus tropas en la frontera con Austria. Además, amenazó con sostener militarmente a los sucesores del difunto canciller.
Presión alemana sobre Austria
Kurt Schuschnigg fue nombrado nuevo canciller del país. Su intención era continuar las política de su antecesor, manteniendo una dictadura fascista, pero sin aceptar a aquellos que propugnaban la anexión a Alemania. Esta postura obtuvo el apoyo, incluso, de muchos socialistas, que lo consideraron el mal menor,
Los nazis austriacos, de nuevo, recurrieron al terrorismo. Entre agosto de 1934 y marzo de 1918, se calcula que asesinaron a 800 personas.
El nuevo canciller no logró calmar el país. La guerra civil con los nazis, que recibían armas desde Alemania, parecía inevitable. El 12 de febrero de 1938, en pleno auge del terrorismo nazi, Schuschnigg fue convocado por Hitler para mantener una reunión.
El líder alemán le impuso una serie de condiciones a cambio de calmar a sus seguidores austriacos. Entre las más destacadas se encontraba la exigencia de que los nazis entraran en el gobierno, un sistema de colaboración entre los ejércitos de ambos países y la incorporación de Austria al área aduanera alemana.
Ante las amenazas de Hitler, Kurt Schuschnigg aceptó amnistiar a los nazis austriacos arrestados. Igualmente, les entregó el control del Ministerio de Policía. Sin embargo, ambas medidas eran insuficientes para los nacionalsocialistas de ese país.
La anexión
La tensión en Austria aumentó a partir de ese momento. Los nazis austriacos pidieron a Hitler que presionara al canciller Schuschnigg para que permitiera el Anschluss. Este pidió ayuda a Inglaterra y Francia, sin recibir más que buenas palabras.
Convocatoria de un referéndum
Ante el aumento de la inestabilidad, Schuschnigg ideó un plan para evitar perder el poder frente a los nazis. Así, decidió convocar un referéndum con una pregunta que obviaba la posible reunificación con Alemania. De esta forma, el votante debía votar si quería mantener una «Austria unida, cristiana, social, independiente, alemana y libre».
Aunque el canciller austriaco intentó mantener su intención en secreto, los nazis se enteraron y se lo comunicaron a Berlín. Ante esto, Schuschnigg adelantó las votaciones al 9 de marzo de 1938,
Hitler, al ser informado del movimiento de Schuschnigg dio orden a los nazis austriacos de evitar el referéndum. Además, el líder alemán envió a un representante a Viena para exigir la desconvocatoria del plebiscito si este no incluía la opción de la unificación.
La amenaza de invasión estaba muy presente y más cuando desde Inglaterra llegó el anuncio de que no intervendría mientras que el conflicto se limitase a Austria y Alemania.
Anulación de las votaciones
Por todo el país, los nazis austriacos lanzaron fuertes ataques contra los organismos gubernamentales. Alemania, por su parte, movilizó a sus tropas en la frontera y comenzó a planificar una posible invasión.
Hitler escribió al gobierno austriaco lanzando un nuevo ultimátum: si el referéndum no se anulaba, Alemania invadiría el país.
El día 11 de marzo, Schuschnigg tuvo que aceptar anular el referéndum, aunque no la petición de los nazis austriacos de que convocara otro, tres semanas después, con la opción de la anexión entre las preguntas.
A pesar de esto, los alemanes continuaron presionando. Ese mismo día, Göring exigió la renuncia de todo el gobierno austriaco. Schuschnigg a pesar de que intentó resistir, presentó su dimisión al presidente del país. Según los expertos, esta dimisión frenó una invasión que ya estaba decidida.
Nombramiento de un Canciller nazi
Tras la renuncia de Schuschnigg, los alemanes exigieron que se nombrara a un miembro del Partido Nacional-socialista austriaco como Canciller. Wilhelm Miklas, presidente de Austria, se resistía a este nombramiento, a pesar de que los nazis había ocupado las calles de Viena y los edificios públicos.
Hitler ordenó volver a movilizar las tropas para comenzar la invasión. Además, Mussolini anunció que no iba a intervenir, lo que dejó a Miklas sin el único aliado extranjero que mantenía.
A medianoche del día 11 de marzo, el presidente austriaco cedió y nombró a Arthur Seyss-Inquart, líder nazi en el país, como Canciller. Este solicitó a Hitler que detuviera sus planes de invasión, pero sin éxito.
Intervención alemana
Los soldados alemanes entraron finalmente en territorio austriaco, siendo recibidas con entusiasmo por gran parte de la población.
El nuevo gobierno del país juró el cargo el día 12 de marzo por la mañana. De nuevo, el canciller recién nombrado, a pesar de su ideología nazi, solicitó a Hitler que detuviera la invasión. Ante la negativa, pidió que permitieran a algunas unidades austriacas pudieran entrar en Alemania y, así, ofrecer la apariencia de que era una unificación voluntaria.
Pocas horas más tarde, al mediodía, las nuevas autoridades de Austria promulgaron un decreto que ratificaba la anexión. El presidente Miklas presentó su dimisión y nombró como su sustituto provisional al canciller Seyss-Inquart. Antes de renunciar, se negó a firmar el decreto de anexión.
El mismo día 12, Adolf Hitler cruzó la frontera con Austria, visitando, en primer lugar, su localidad de nacimiento, Braunau am Inn. En todo el país, de acuerdo con las crónicas, fue recibido de manera entusiasta por la población, incluida en la capital, Viena.
Referéndum sobre el Anschluss
Austria, después de la invasión, pasó a ser parte de Alemania, como una provincia más. Seyb-Inquart fue nombrado gobernador general, ya que el puesto de Canciller fue eliminado.
Hitler pretendía legitimar la anexión y convocó un referéndum para el 10 de abril de 1938. El plebiscito resultó todo un éxito para sus intereses, ya que el sí a la anexión venció con un 99,73% de los votos.
De acuerdo a la mayoría de los historiadores, las votaciones no fueron manipuladas, aunque el proceso electoral si había sido muy irregular.
Por ejemplo, los votantes debían rellenar su papeleta frente a los oficiales de la SS, por lo que no podían mantener en secreto su opción. El mismo diseño de la papeleta era tendencioso, con un enorme círculo para el “sí” y uno muy pequeño para el “no”.
Por otra parte, los que se oponían a la anexión no pudieron realizar ningún tipo de campaña. Justo después de la ocupación, los alemanes detuvieron a casi 70.000 personas, la mayoría de ellos judíos, socialistas y comunistas, además de a muchos otros líderes políticos.
Los expertos señalan que 400.000 personas fueron excluidas del censo electoral, un 10% de la población.
Consecuencias
La situación prebélica en Europa iba agravándose por momentos. Sin embargo, las dos grandes potencias continentales, Gran Bretaña y Francia, solo rechazaron la anexión mediante la diplomacia, sin efectuar ningún movimiento real.
Esa parálisis animó a Hitler a efectuar su siguiente paso: anexionarse los Sudetes, una región de Checoslovaquia. Los propios franceses y británicos firmaron con el líder nazi el llamado Acuerdo de Munich, con el que reconocían el derecho alemán a quedarse con ese territorio.
Poco después, Alemania procedió a ocupar el resto de Checoslovaquia. La reacción aliada tuvo que esperar hasta la invasión alemana de Polonia, en 1939, dando comienzo la Segunda Guerra Mundial.
Situación en Austria
Aunque los opositores al nazismo trataron de dar la batalla en el interior de Austria, la mayoría de la población aceptó el Anschluss, muchos incluso con entusiasmo. Los jefes de las Iglesias católicas y protestantes pidieron que no hubiera resistencia a la nazificación del país.
Austria, como se ha señalado anteriormente, dejó de ser un país independiente y se convirtió en una nueva provincia alemana.
Otra consecuencia fue el antisemitismo que comenzó a implantarse desde el mismo momento de la anexión. Al principio, las comunidades judías fueron discriminadas, con leyes promulgadas para despojarlos de casi todos los derechos. Más tarde, muchos de ellos acabaron siendo asesinados durante el Holocausto.
Referencias
- Villatoro, Manuel P. «Anschluss»: la burla olvidada de Hitler que dio alas al águila nazi. Obtenido de abc.es
- Dale, Javier. Anschluss o el día en que Hitler enterró el Tratado de Versalles. Obtenido de lavanguardia.com
- Escuelapedia. Anschluss. Obtenido de escuelapedia.com
- United States Holocaust Memorial Museum. Anschluss. Obtenido de ushmm.org
- ER Services. Lebensraum and Anschluss. Obtenido de courses.lumenlearning.com
- History.com Editors. Germany annexes Austria. Obtenido de history.com
- New World Encyclopedia. Anschluss. Obtenido de newworldencyclopedia.org
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Anschluss. Obtenido de britannica.com