Arte

Pintura romana: orígenes, características, temas, obras, autores


La pintura romana es la manifestación artística y pictórica desarrollada por la cultura romana durante la Antigüedad clásica. Generalmente, se llevaba a cabo en las paredes de las casas de las familias más adineradas, por lo que se caracterizaba por ser pintura al fresco. Sin embargo, también existen registros de pintura sobre tabla.

Una de las características del arte romano es que se inició simultáneamente con el arte etrusco y con el de las pequeñas colonias griegas —de cuya cultura se inspiró de forma directa—. Por esta razón, se pueden encontrar elementos pictóricos de las diversas culturas mediterráneas en los territorios romanos.

Por ser principalmente pintura al fresco—es decir, pintura mural—, no se han podido conservar tantas expresiones pictóricas romanas. De hecho, los restos hallados son muy reducidos y están constituidos principalmente por las estructuras encontradas durante las excavaciones de Pompeya y Herculano.

Sin embargo, la pintura romana de forma más reducida se valió de otras técnicas, como por ejemplo el decorado de las vasijas y la miniatura sobre pergamino.

A su vez, los romanos también realizaron mosaicos, aunque estos eran usados principalmente sobre los suelos. Esta circunstancia cambió durante la época bizantina, donde ocurrió un redescubrimiento de los mosaicos como expresión artística.

En cuanto a sus temáticas, la pintura romana estuvo enfocada en los elementos religiosos, místicos e históricos; esto con el objetivo de registrar sus creencias y vivencias para hacerlas perdurar en el tiempo y transmitirlas de generación en generación.

No obstante, los romanos también apreciaban de manera notoria el carácter ornamental del arte, por lo que buscaban la simetría y la armonía de las formas. Esta creencia la tomaron de los griegos, a quienes imitaron en casi todos los aspectos de la vida.

Índice del artículo

Orígenes

Como se mencionó en párrafos anteriores, el arte romano surgió a partir de la influencia del arte etrusco y griego, a los cuales los romanos se acercaron cuando conocieron las colonias ubicadas en la Magna Grecia.

Así mismo, la influencia griega se acrecentó durante el siglo II a. C., luego de que los romanos invadieran Macedonia y Grecia con el objetivo de acrecentar la unión territorial de la península.

A pesar de las notables imitaciones de los romanos, no se puede afirmar que toda su producción artística consistió en copiar, ya que la epistemología regente en la península era muy diferente a la forma de pensamiento de los griegos.

Por ejemplo, las manifestaciones romanas tenían una inclinación urbanista y bélica, la cual unieron con el sentido estético de los pueblos conquistados. En otras palabras, si bien los romanos adquirieron el gusto refinado de las otras culturas, su interés artístico era mucho más práctico y con fuertes inclinaciones militares.

Así mismo, el arte romano no contó con evoluciones notables (al contrario que el arte griego, que se dividió en tres grandes períodos, siendo estos arcaico, clásico y helenístico). En cambio, sus manifestaciones artísticas fueron bastante uniformes; esto como consecuencia del fuerte centralismo que ejerció el imperio durante su apogeo.

No obstante, los autores han podido establecer cuatro etapas o estilos dentro de las expresiones pictóricas romanas:

Estilo de incrustaciones (primer período)

Esta etapa tiene sus influencias del período helenístico y se puede ubicar cronológicamente en el siglo II a. C. Su estética está fundamentada en la decoración de las paredes de mármol, donde el objeto pictórico era dividido en tres bandas colocadas de forma horizontal.

La banda inferior funcionaba como un zócalo, mientras que la banda media a su vez se descomponía en otras capas coloridas. Por último, la banda superior estaba constituida por un friso de color blanco que completaba la totalidad de la representación.

Estas pinturas se pueden visualizar únicamente en las ruinas de Pompeya, donde se pudieron conservar de mejor manera.

Estilo arquitectónico (segundo período)

Este período pictórico surgió en el siglo I a. C. y se extendió hasta los comienzos del Imperio romano. Se le denominó “estilo arquitectónico”, ya que los artistas revelaron un interés por abrir los muros con el objetivo de construir cierta noción de perspectiva, ofreciéndole al espectador una sencilla sensación de profundidad.

Para lograr este efecto, los pintores introducían unas arquitecturas pintadas, es decir, pintaban columnas, ventanas, entablamentos y nichos, que generalmente conducían a un paisaje o jardín imaginario. De estos ejemplares se lograron conservar algunos frescos en Roma y en Pompeya.

Estilo ornamental (tercer período)

Este estilo coincidió con el estilo arquitectónico, ya que se desarrolló durante el siglo I a. C. Durante esta fase, se eliminaron los efectos arquitectónicos y se le otorgó mayor relevancia a los cuadros con paisajes y figuras.

Por consiguiente, se disminuyó la preocupación por la perspectiva y se aumentó la cantidad de elementos decorativos. El estilo ornamental dejó de practicarse con la llegada de Nerón al poder.

Ilusión arquitectónica (cuarto período)

Se sitúa en la mitad del siglo I a. C. y funcionó como una síntesis de los demás estilos anteriores. Por lo tanto, en el cuarto período dominó una escenografía fantástica donde se mezclaban los motivos imaginarios o místicos con los espacios arquitectónicos.

Algunos autores afirman que se trató de un barroquismo conceptual -aunque el término resulte anacrónico-, ya que a través de los espacios se buscó causar ilusiones ópticas. El relieve de estas pinturas era conseguido mediante el empleo de estucos.

Estos ejemplares se pudieron conservar tanto en Roma como en Pompeya y mantienen cierta influencia del arte egipcio.

Características de la pintura romana

– Los pintores romanos se enfocaron en representar temas místicos e históricos, así como también paisajes y elementos naturales.

– Debido a la influencia del arte griego y egipcio, la pintura romana mantuvo cierto hieratismo en sus figuras. Es decir, rigidez e inmovilidad. Además, la unión con los elementos arquitectónicos acentuaba el carácter escultórico e inmóvil de las figuras.

– Los colores más empleados eran el rojo y el negro. Sin embargo, también usaban algunos verdes. Es importante agregar que los pintores romanos no gustaban de mezclar colores, por lo que las tonalidades resultaban bastante puristas.

– Las pinturas se realizaban al fresco, lo que ha perjudicado su conservación en el tiempo. Además, la mayoría de las obras carecen de autoría.

Temas que se tratan

Los temas centrales de las pinturas romanas fueron la religión y la historia. Por lo tanto, sus representaciones estuvieron constituidas de eventos de la mitología romana y de sucesos históricos, bélicos y políticos importantes.

No obstante, durante las excavaciones realizadas en las ruinas de Pompeya y Herculano los arqueólogos encontraron interesantes pinturas que retrataban escenas eróticas. Estas imágenes se emplearon para decorar los baños de la ciudad y le han servido como referencia a los investigadores para conocer las costumbres sexuales de la época.

Así mismo, las vasijas encontradas eran decoradas con acciones de la vida cotidiana, lo que le ha permitido a los investigadores realizar un acercamiento notable a la organización social de esta antigua civilización. Por ejemplo, a veces se representaban festividades y bodas, así como también algunos oficios como la escritura o la ebanistería.

Obras y autores destacados

Como se mencionó en párrafos anteriores, la mayoría de las pinturas romanas carecen de autoría. Esto pudo suceder debido a la problemática a la que se enfrentaban los pintores al momento de conservar sus piezas, lo que le restaba valor a la obra artística.

Por esta misma razón, los romanos valoraban más las esculturas, ya que eran más perdurables en el tiempo y requerían de mayor esfuerzo.

Aunque se desconoce el nombre de los autores, los arqueólogos e investigadores han logrado rescatar las siguientes obras:

Bodas aldobrandinas

Es una pintura al fresco realizada probablemente durante la época de Augusto y es considerada como el ejemplar artístico más importante de las excavaciones de Pompeya. Fue hallada en 1606 cerca del monte Esquilino, anteriormente los jardines de Mecenas.

En la obra se puede apreciar un tríptico que es divido por dos columnas y en el que aparecen diez personajes. En el centro de la pintura se halla la novia, vistiendo el típico velo de bodas. A su lado la acompaña una mujer con el pecho desnudo, quien supuestamente podría ser la personificación de la diosa Afrodita.

A la izquierda, está una joven que mezcla unos aceites perfumados, los cuales serán empleados para untar el cuerpo de la novia. A la derecha, está el novio sentado en una plataforma acompañado de tres jóvenes, quienes hacen ofrendas y cantan.

La pintura fue adquirida por el cadernal Aldobrandini, lo que le otorgó el sobrenombre a la obra. Posteriormente, fue comprada por el banquero Vicente Nielli en 1812, quien luego se la obsequió a los Museos Vaticanos.

Paris juzgando a las tres diosas

En esta pintura al fresco, se encuentra representada la historia mitológica de Paris y las tres diosas. En este relato, se cuenta que la diosa Eris -personificación de la discordia- deja una manzana dorada en la boda de Peleo con la frase “para la más bella”.

Las diosas Hera, Afrodita y Atenea se empiezan a disputar por la manzana y, para acabar con el conflicto, Zeus decide escoger a un juez para decidir a cuál de las tres le corresponde la manaza. Para esto, fue seleccionado Paris, quien era el príncipe de Troya.

Las tres diosas intentan comprar al príncipe con distintos dones, pero Paris al final escoge a Afrodita, quien le había prometido el amor de Helena, la mujer más bella del mundo. No obstante, Helena estaba casada con el rey Menelao, lo que eventualmente desencadena en la venganza del rey y trae como consecuencia la famosa guerra de Troya.

Se trata de una representación sencilla y hierática, donde se aprecia a Paris sentado en una roca observando a las tres diosas: afrodita sale desnuda, mientras que Atenea lleva consigo su arma y escudo; Hera conserva la toga típica de las esposas.

 Referencias

  1. Abad, L. (2012)La pintura romana en España. Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de RUA:rua.ua.es
  2. Casoli, A; Santoro, S. (2012) Organic materials in the wall paintings in Pomei.Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de Chemistry Central Journal: bmcchem.biomedcentral.com
  3. Clarke, M. (2005) Pompei purpurissim pigment problems.Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de Academia:academia.edu
  4. Euclides, S. (2013) La pintura romana: Frescos de Pompeya. Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de WordPress:Euclides.wordpress.com
  5. Fernandez, A. (1997) Estudio de las pinturas murales de la Uilla romana de la huerta del paturro en Portmán.Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de Dialnet: Dialnet.net
  6. S.A. (s.f.) Arte de la Antigua Roma.Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de Wikipedia: es.wikipedia.org
  7. Stinson, P. (2011) Perspective systems in Roman Second Style Wall Painting.Recuperado el 1 de noviembre de 2019 de JSTOR: jstor.org