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Plasmodium vivax: qué es, morfología, ciclo de vida, síntomas, tratamiento


¿Qué es el Plasmodium vivax?

Plasmodium vivax es uno los agentes causales del paludismo o malaria en los humanos. Este parásito tiene una distribución geográfica muy amplia y es el responsable de la mayoría de los casos de paludismo, una enfermedad tropical, considerada un importante problema de salud pública a nivel mundial.

Es una de las cuatro especies de parásito que causa la malaria, y es el menos virulento o letal de todos, por eso a la malaria que produce este parásito en particular se le dice malaria benigna.

P. vivax, igual que todos los representantes de su género, presenta un ciclo de vida complejo que incluye fases que se desarrollan en dos huéspedes. Uno de los huéspedes es un invertebrado, donde ocurre la fase sexual, y el otro un vertebrado donde se lleva a cabo la fase asexual. 

Al menos diez especies de más de 175 especies conocidas de Plasmodium parasitan a los seres humanos, y solo cuatro de ellos provocan algún tipo de malaria.

Los mosquitos del género Anopheles son los vectores involucrados en la transmisión de P. vivax. Existen más de 450 especies de anofeles, de las cuales más de 50 han sido señaladas como capaces de transmitir alguna de las cuatro especies causantes del paludismo en humanos. Solo la hembra es capaz de transmitir el parásito.

Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que la mitad de la población mundial está expuesta a ser infectada por el parásito del paludismo.

Morfología del Plasmodium vivax

P. vivax es un protozoario de forma irregular que no presenta estructuras locomotoras. La morfología varía según cada estadio.

Los trofozoítos jóvenes tienen forma de anillo y pueden ocupar hasta un tercio del diámetro del eritrocito. En él se puede apreciar un punto grande de cromatina y el citoplasma.

El trofozoíto maduro tiene forma ameboidal, y es de mayor tamaño, llegando a ocupar casi la totalidad del eritrocito. Presenta 16 merozoítos en su interior, donde se aprecian la cromatina y el citoplasma en cada uno de ellos.

Los macrogametocitos pueden ser redondos u ovalados, y poseen un citoplasma homogéneo. La cromatina es pequeña y compacta, generalmente excéntrica, con pigmento malárico concentrado. Mientras que el microgametocito es de menor tamaño, con cromatina difusa y central, y el pigmento malárico disperso.

Los esquizontes son grandes, con 12 a 24 merozoítos grandes.

Ciclo de vida del Plasmodium vivax

Al alimentarse, la hembra del mosquito del género Anopheles inyecta en la piel del humano formas del parásito conocidas como esporozoítos. Estas formas llegan al hígado a través del torrente sanguíneo.

En el tejido hepático se convierten en trofozoítos, y luego en esquizontes. En sucesivas divisiones se generan numerosos merozoítos, que son vertidos nuevamente al torrente sanguíneo.

Una vez en el torrente sanguíneo, los trofozoítos invaden a los eritrocitos o glóbulos rojos. Tras nuevas divisiones del parásito, los eritrocitos se rompen liberando a más merozoítos.

Algunas de las células producidas se desarrollan en gametocitos, que se diferencian en dos tipos, microgametocitos y macrogametocitos. Así, cuando de nuevo un mosquito se alimenta de la persona infectada, extrae los gametocitos.

Los gametos se fusionan en el intestino del mosquito formando un cigoto que se transforma en una forma móvil conocida como ooquineto y luego en ooquistes. 

Los ooquistes, tras múltiples divisiones, producen miles de esporozoítos, que migran a las glándulas salivales del insecto. Cuando el mosquito infectado pica a una nueva víctima, le inocula las formas infectantes iniciándose un nuevo ciclo.

Síntomas de la enfermedad

El paludismo se puede transmitir por la picadura de un mosquito infestado por Plasmodium, o por la transfusión de sangre contaminada con ese parásito.

La infección por P. vivax puede producir desde una parasitemia sin síntomas o un cuadro febril sin complicaciones, hasta una enfermedad grave y mortal.

La acción del parásito puede ocasionar escalofríos seguidos de fiebres intermitentes, con una periodicidad de 24 a 48 horas. La fiebre puede estar acompañada de dolor de cabeza, dolor muscular, tos, diarrea, intranquilidad, delirio, anemia, sudoración intensa, debilitamiento general.

Estos síntomas por sí solos no permiten diferenciar con precisión las afecciones ocasionadas por P. vivax de las ocasionadas por otros Plasmodium, o de otras afecciones febriles.

Para un diagnóstico preciso se requiere la confirmación parasitológica mediante examen al microscopio, que puede ser gota gruesa o extensión de sangre periférica, o mediante pruebas inmunocromatográficas.

Tratamiento del paludismo

El tratamiento en casos de paludismo no complicado se basa en cloroquina. Para la prevención de recaídas se emplea primaquina. En los casos considerados complicados se emplea quinina, complementado con los antibióticos Doxiciclina o Clindamicina.

En estos últimos casos el uso de artemisinas intravenosas ha dado mejores resultados al de la administración de quinina intravenosa.

En mujeres embarazadas en zonas muy endémicas, se debe administrar una dosis profiláctica de sulfadoxina-primetamina, para eliminar posibles parásitos presentes en la placenta.

Ante cualquier sospecha de paludismo, el paciente debe ser llevado a un centro médico para confirmación parasitológica. Tratamientos basados exclusivamente en cuadros clínicos solo se indican en ausencia de pruebas inmediatas y sus resultados.

Es recomendable administrar medicamentos antipalúdicos dentro de las primeras 24 horas para prevenir complicaciones.

Prevención

La Organización Mundial de la Salud establece los siguientes principios básicos para la prevención del paludismo:

  • La detección, diagnóstico y tratamiento rápido de todos los casos de la enfermedad, preferiblemente dentro de las 24 horas de inicio.
  • La disminución de la transmisión de vivax a través de la erradicación y control de su vector biológico, es decir, del mosquito, a través de la fumigación y eliminación de criaderos (sitios muy húmedos donde se estanca el agua).
  • La prevención de nuevas infecciones en humanos a través de tratamientos basados en quimioprofilaxis.

Dada la importancia en salud pública a nivel mundial, la OMS se ha planteado importantes  estrategias y programas.

Entre estos destacan la Estrategia Técnica Mundial Contra la Malaria 2016-2030, un marco técnico para todos los países donde la malaria es endémica, y el Programa Mundial sobre Malaria, instrumento que busca coordinar las actividades mundiales vinculadas a la Organización para luchar contra el paludismo, entre otros.

Referencias

  1. Arboleda, M., Pérez, M.F., Fernández, D, Usuga, L.Y. & Meza, M. (2012) Perfil clínico y de laboratorio de los pacientes con malaria por Plasmodium vivax, hospitalizados en Apartadó, Colombia. Biomédica vol.32  (suppl); 58-67.
  2. Guerra CA, Howes RE, Patil AP, Gething PW, Van Boeckel TP, Temperley WH, et al. (2010) The International Limits and Population at Risk of Plasmodium vivaxTransmission in 2009. PLoS Negl Trop Dis 4(8): e774.
  3. Mueller, I., Galinski, M.R., Baird, J.K., Carlton, J.M., Kochar, D.K. & Alonso, P.L. (20099. Key gaps in the knowledge of Plasmodium vivax, a neglected human malaria parasite. The Lancet Infectious Diseases. 9 (9):555–566.
  4. World Health Organization (2008).World Health Organization Global Malaria Programme. World Malaria Report 2008. Geneve: WHO.