7 Manifestaciones destructivas durante la juventud
Al hablar de manifestaciones destructivas durante la juventud se hace referencia a la aproximación y/o ejecución de conductas de riesgo, comprendidas como todas aquellas acciones voluntarias o involuntarias que ponen en peligro la integridad física y psíquica del adolescente y su entorno.
En muchos sentidos, la juventud —y en específico la adolescencia, etapa a la que se hará referencia en este artículo— ha sido objeto de estudio, sea por lo intensa y fugaz que pareciera ser, o por lo conflictiva que termina siendo.
En esta etapa de la vida pueden ocurrir situaciones, vivencias de experiencias y toma de decisiones que seguramente pudiesen determinar lo que ocurrirá después; esto depende de la forma en que se asuman y se resuelvan los conflictos, en los que se puede caer como parte de la demanda de aprendizaje y desarrollo de la etapa evolutiva.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) concibe la adolescencia como esa etapa de desarrollo humano que surge posterior a la niñez y previo a adultez, desde los 10 hasta los 19 años. Es una de las fases de transición más relevantes; implica un crecimiento veloz y muchos cambios, solo superados por los que se viven en la etapa de lactancia.
Para la mayoría de las personas que cursan el proceso dentro de la normalidad, la adolescencia es un período recordado positivamente porque ocurren muchas cosas “por primera vez”. Es una etapa llena de iniciaciones en muchos sentidos; por tanto, se reviste de una significación muy importante. Es la transición hacia la autonomía y la adultez.
La mayoría de las personas, desde el rol que sea —padres, maestros o individuos que la viven—, suelen recordar la juventud o adolescencia asociándola a emociones muy significativas. Pese a ser un periodo determinado, raramente puede ser anticipado y/o planificado, y aunque haya cierta preparación, no hay garantía de un bajo coste emocional.
Es así que no todos los procesos de desarrollo son igual de satisfactorios o fáciles; tienen su dificultad y sus retos. Llegar a ser una persona suficientemente diferenciada, con la capacidad de entenderse a sí misma y desarrollar competencias mínimas y básicas para la vida es producto de un conjunto de vivencias y experiencias que implican complejidad.
¿Cuáles son las manifestaciones destructivas más frecuentes en la adolescencia?
Como se mencionó anteriormente, existen acciones que inciden tanto directa como indirectamente, de manera progresiva, en impedir el logro del proyecto de vida y perjudicar tanto la salud y como el bienestar personal. Algunas de estas manifestaciones son las siguientes.
Consumo y abuso de drogas
Dentro de las conductas exploratorias que pueden manifestarse en la adolescencia podrían estar las aproximaciones a las drogas, al consumo ocasional con el riesgo real de llegar al consumo habitual e incluso a la adicción.
Muchas son las razones, pero destacan la necesidad de explorar, de sentirse parte de un grupo determinado, por identificación y por alteraciones del ánimo. Entre las drogas más consumidas destacan el alcohol, el tabaco y la marihuana, entre muchas otras.
Conductas sexuales de riesgo
Estas conductas pueden generarse como consecuencia de situaciones de confusión o aparente voluntariedad, que llevan al adolescente a sostener relaciones sin protección.
Esto les hace estar expuestos a embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Además, pueden poner en riesgo su integridad física al participar en relaciones grupales, pues suelen estar asociadas al uso y abuso de drogas.
Dichas conductas pueden generar escenarios en los que los adolescentes se enfrenten a un aborto o a un embarazo no deseado.
Abandono de los estudios
Esta manifestación está asociada a la falta de estructura y de referentes vinculares significativos en figuras que funcionen como padre y madre.
También puede ocurrir que estos roles provengan de familias disfuncionales y los jóvenes tengan una pobre adaptación social. Ante esto, lo más frecuente es la deserción escolar; se trata de uno de los aspectos que más consecuencias graves pueden tener.
Autolesiones, automutilación y depresión
Las conductas de autoagresión más frecuentes son denominadas autolesiones no letales. Se trata del cutting (consistente en cortarse en diversas partes del cuerpo), el burning (que consiste en quemarse distintas partes de la piel) y las escarificaciones (producción voluntaria de escaras en la dermis).
Estas se presentan en personas con escasos o ausentes mecanismos de autocuidado o autoprotección. Aunque no necesariamente sea así, pueden desembocar en comportamientos suicidas. Estas acciones se usan para manejar emociones intensas y pueden llegar a ser muy peligrosas.
Según las teorías psicoanalíticas, el suicidio en la adolescencia no necesariamente expresa literalmente querer acabar con la vida. Más bien se trata de atentar contra el cuerpo, intentando poner fin al sufrimiento para poder así vivir.
Modificaciones del cuerpo
Esta manifestación consiste en cambiar voluntariamente partes del propio cuerpo. Por ejemplo, marcar la piel con láser o metales a altas temperaturas, o insertar objetos o elementos para modificar la estructura del cuerpo.
Estas acciones, al igual que las mutilaciones, ponen de manifiesto un conflicto de aceptación hacia la propia imagen y lo que representa. Entonces, esta imagen pierde su valor, lo suficiente como para no tener la motivación de cuidarla.
Trastornos de la conducta alimentaria
En esta categoría se incluyen aquellos trastornos o alteraciones del proceso nutricional normal, con las consecuencias evidentes conocidas.
Estas serían la anorexia, la bulimia y la obesidad. Se observan más frecuentemente en mujeres, aunque también los hombres los pueden padecer. Estas conductas aparecen porque el nivel de ansiedad es tan alto que estas acciones y todo lo que implican funcionan como un elemento de contención.
Transgresiones de la ley
Las conductas de poca o nula adaptación social también son acciones indirectas que comprometen el proyecto de vida personal.
Aun cuando parezca que el adolescente pudiese atentar contra otros, de igual forma está atentando contra sí mismo porque ataca su entorno, sus posibilidades y potenciales oportunidades de obtener gratificación social.
Alternativas
Todas las conductas de riesgo aquí mencionadas pueden tener un origen distinto; sin embargo, lo importante es determinar y potenciar los factores protectores que puedan tener los jóvenes y reducir factores de riesgo que atenten contra su bienestar.
Referencias
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