Cultura general

Menonitas en México: historia, ubicación, tradiciones


Los menonitas en México son los componentes de una corriente religiosa que llegaron al país a principios del siglo XX procedentes de Canadá y Estados Unidos. El origen de este movimiento se sitúa en 1525, como parte de la Reforma protestante. Su primer líder fue Menno Simons, del que recibieron el nombre.

Esta corriente se enmarca dentro de los anabaptistas, que mantenían que el bautismo en los niños no era válido, dado que tan solo se podía ingresar en el cristianismo de manera consciente. Por ese motivo, uno de sus signos distintivos en el bautizo en la edad adulta. La otra gran señal de identidad de los menonitas es el pacifismo.

Perseguidor en Europa occidental, los menonitas se establecieron en Rusia durante unas décadas. La aprobación de leyes que contradecían sus creencias provocó que muchos emigraran a Canadá. En 1921, ante la pretensión del gobierno canadiense de que prestaran el servicio militar, entre otras cosas, negociaron con el gobierno de Álvaro Obregón para desplazarse a México.

Los primeros menonitas llegaron a México en marzo de 1922. Su primer destino fue Chihuahua, donde todavía se encuentran ubicadas las comunidades más importantes. Con el tiempo, otros grupos se instalaron en Zacatecas, Durango y otras partes de la república mexicana.

Historia

Los menonitas son una corriente dentro del cristianismo anabaptista que apareció en 1525 en Suiza. Este grupo religioso seguía las enseñanzas de Menno Simons, un antiguo clérigo católico que asumió el liderazgo de los anabaptistas pacifistas durante la Reforma protestante.

Debido a la persecución de la que fueron objeto, los menonitas tuvieron que asentarse en Europa del este, concretamente en Prusia. Después emigraron a Rusia gracias a una invitación de la emperatriz Catalina la Grande.

Una serie de leyes que perjudicaban a esta comunidad provocó que muchos se desplazara a Canadá a finales del siglo XIX. Sin embargo, la entonces gobernante Corona británica les presionó para que abandonaran su dialecto alemán y para que prestaran el servicio militar.

Llegada a México

Ante la presión que sufrían, los menonitas iniciaron en 1921 una serie de negociaciones con el gobierno mexicano presidido por Álvaro Obregón para trasladarse a México. Sus peticiones eran mantener su libertar religiosa, educativa y el uso del alemán.

Obregón aceptó esas condiciones y los menonitas visitaron varios estados para encontrar tierras donde asentarse. Finalmente, se decidieron por Chihuahua, donde compraron terreno a razón de 8,25 dólares por acre.

El primer tren con destino a sus nuevas tierras partió el 1 de marzo de 1922 de la localidad canadiense de Manitoba. Después, se unieron otros cinco trenes que transportaban a cerca de 10 000 personas. Su destino final fue San Antonio de los Arenales, la actual Ciudad Cuauhtémoc del estado de Chihuahua.

Los menonitas llevaron sus propios caballos, carros, animales de granja, semillas y aperos de labranza.

La llegada de menonitas desde Canadá y EE.UU continuó hasta 1927. Además de en Chihuahua, también se instalaron en Durango y Guanajuato.

Segunda ola migratoria

En 1948 un nuevo grupo de menonitas llegaron a México. En esta ocasión, su número era mucho menor y provenían de la Unión Soviética.

Propuesta de retorno a Rusia

Los menonitas han sufrido graves problemas en las últimas décadas debidos a los ataques de bandas criminales, a varias importantes sequías y a enfrentamientos con productores del país.

Ante esto, han sopesado aceptar la invitación emitida por la República de Tartaristán, una de las que compone Rusia, de asentarse en su territorio.

El único gran escollo que ha evitado, hasta ahora, que acepten la oferta es la exigencia por parte de Tartaristán de que cumplan el servicio militar, algo prohibido por el pacifismo propio de esta corriente religiosa.

Ubicación de los menonitas en México

Los primeros 10 000 menonitas que llegaron a México durante la década de 1920 se ubicaron en Chihuahua, Durango y Guanajuato.

En la actualidad, el número de miembros de esta corriente ha aumentado hasta los 100 000. De ellos, 90 000 siguen residiendo en Chihuahua, mientras que el resto se reparten entre Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Campeche, Tamaulipas, Quintana Roo, Sonora, Sinaloa, Baja California, Tabasco, Yucatán y Oaxaca.

Chihuahua

El primer estado mexicano en recibir menonitas fue Chihuahua. Allí fundaron sus dos primeras colonias, bautizadas como Manitoba y Swift Current, ambas en Cuauhtémoc.

Hoy en día, esta colonia madre sigue siendo la mayor y más desarrollada del país. La aportación de los menonitas a la economía de la zona alcanza el 82% del PIB.

Los menonitas de Chihuahua se dividieron con el tiempo en dos grandes corrientes: los conservadores, que suman el 80%, y los liberales.

La principal diferencia entre ambos grupos es su relación con la tecnología. Así, mientras que los conservadores se niegan a utilizarla, los liberales no tienen problemas en usar adelantos como internet.

Zacatecas

Otro de los estados en el que los menonitas se asentaron de manera notable fue Zacatecas. En sus comunidades han mantenido su lengua propia, procedente del alemán, y muchos ni siquiera hablan español.

Los menonitas de esta zona han obtenido una gran prosperidad económica. Sin mezclarse con el resto de la población, se gobiernan mediante una jerarquía política y religiosa muy rígida. Así, al frente se encuentra un jefe político y, tras esta figura, aparecen los jefes locales de cada comunidad.

Con el mismo poder del jefe política existe una autoridad religiosa, apoyada por ministros de su Iglesia.

Durango

Durango fue el segundo estado en el que se asentaron los menonitas en México. Allí están los llamados Campos Menonitas, conformados por las comunidades creadas por los emigrantes que llegaron en 1924.

Costumbres y tradiciones

Aunque los menonitas son políticamente mexicanos de pleno derecho, en muchos aspectos se han mantenido apartados del resto de la población del país. Solo a partir de los años 80 se produjo cierta apertura, especialmente en las comunidades más liberales.

En esa misma década, algunas de sus comunidades más importantes aceptaron usar los automóviles y la electricidad, algo que hizo que su economía mejorara.

A pesar de eso, en otras comunidades continúan rechazando el uso de esos adelantos, incluida la electricidad. Estos grupos pretenden mantener el mismo tipo de vida que llevaron los primeros menonitas que llegaron a México.

Casas

Los hogares típicos de los menonitas están organizados de una manera peculiar. En la entrada de la casa se encuentra la cocina, habitación que es considerada el centro del conjunto.

Además, existe una estancia grande que hace el papel de sala de estar, comedor y lugar de trabajo para las mujeres.

Trabajo para la comunidad

Lo obtenido de su trabajo está destinado a mejorar la prosperidad de toda la comunidad. El reparto que realizan de sus cultivos y otros bienes tiene como propósito que nadie pase necesidades. Además, la acumulación de riquezas está prohibidas y los excedentes deben dedicarse a aumentar la producción.

Todos los miembros de la comunidad están obligados a trabajar en sus tierras. En el caso de los niños que asisten al colegio, su ausencia en compensada con una cuota pagada por su familia.

El cultivo de tierras es la principal actividad económica de los menonitas. Son, igualmente, conocidos por sus excelentes productos lácteos, especialmente de queso.

Otras actividades económicas son la fabricación de muebles, la fabricación de maquinaria para labores agrícolas y la posesión de pequeños comercios.

Vestimenta

Las mujeres llevan vestidos de un solo color para ir a misa, mientras que pare el trabajo llevan uno floreado. En la actualidad, el vestido debe cubrir hasta debajo de las rodillas, aunque anteriormente eran todavía más largos.

Las mujeres que permanecen solteras se ponen en su cabeza un pañuelo blanco. Las casadas, por su parte, lo cambian por uno negro. Este último color es también el de los trajes de novia.

Los hombres utilizan para trabajar una prenda denominada overol, que empezaron a usar durante su estancia en Canadá.

Educación y lengua

El acuerdo al que los menonitas llegaron con el gobierno de Obregón incluía el derecho a mantener una educación diferenciada de la oficial.

En las escuelas aprenden el plautdietsch, un dialecto del alemán que llevan utilizando desde que vivían en Prusia.

En el ámbito educativo, existen diferencias entre los conservadores y liberales. Los primeros dividen la enseñanza en cuatro etapas: el aprendizaje de la lectura; el catecismo; el Nuevo Testamento; y la Biblia. Igualmente, también aprenden rudimentos de matemáticas y gramática, aunque no ciencias.

Los niños de familias conservadoras solo estudian hasta los 14 años. Después, trabajan para la comunidad o en el hogar.

Entre los liberales, sin embargo, la educación es bastante más amplia. Sus escuelas se encuentran dentro de la SEP (Secretaría de Educación Pública) hasta la etapa de bachillerato. Muchos jóvenes, además, siguen estudiando en la universidad, casi siempre carreras que tengan relación con el comercio.

Religión

Aunque existen algunas diferencias, los menonitas tienen en general las mismas creencias que el resto de los anabaptistas y protestantes.

Entre sus características propias destacan su radical pacifismo y su seguimiento de la figura de Jesucristo como guía moral para su comportamiento.

Cada comunidad está regida religiosamente por un predicador, que responde ante una autoridad eclesiástica similar a un obispo.

Referencias

  1. México desconocido. Menonitas, lo que no sabías de ellos. Obtenido de mexicodesconocido.com.mx
  2. MXCity. Conoce la breve historia cultural de los menonitas en México. Obtenido de mxcity.mx
  3. López-Barrón, Ana. Conoce la historia de los Menonitas en México. Obtenido de vanguardia.com.mx
  4. Yucatan Times. Mennonites in Mexico… trapped between tradition and modernity. Obtenido de theyucatantimes.com
  5. Ritmeester, Cindy. The Mennonites: a Dutch heritage in Mexico. Obtenido de mexconnect.com
  6. Burnett, Victoria. Mennonite Farmers Prepare to Leave Mexico, and Competition for Water. Obtenido de nytimes.com