Psicología

Telequinesis: historia, explicaciones científicas y casos reales


La telequinesis es la habilidad mental que desarrolla una persona para trasladar o manipular los objetos sin la intervención de algún elemento material. En este sentido, se puede definir este fenómeno como la capacidad que tiene un individuo para utilizar su sistema psíquico y, con ello, alterar el mundo físico.

Es posible apreciar la telequinesia como una destreza humana que adquieren aquellos hombres que emplean más del 10 % de su potencial cerebral. Según el testimonio de los practicantes, este supuesto talento no solo es de nacimiento, sino que se puede obtener a través de la praxis y meditación.

telequinesis

De esa manera, la cualidad para desplazar o modificar instrumentos tangibles es una experiencia o un hábito que se conquista con el transcurrir del tiempo y, de acuerdo a la opinión de los seguidores, su máxima potestad se manifiesta cuando la persona consigue dirigir o dominar un utensilio con el movimiento de las manos y a una larga distancia.

Sin embargo, la telequinesis no se limita al área mística, también abarca el campo eclesiástico y científico. Para los religiosos, dicha manifestación se debe a los actos de algunos hombres que deciden invocar entidades malévolas, las cuales transmiten ondas que ocasionan el tránsito inesperado de los elementos corpóreos.

A partir del planteamiento de la Iglesia, surgió la idea de que el ser no tiene poderes mentales que le permitan generar una influencia en los componentes materiales sin la intervención de algún mecanismo real o espiritual. En cambio, las hipótesis más científicas exponen que la telequinesis puede producirse al liberar energía de la masa cerebral.

Así mismo, se destaca la posibilidad de que ese fenómeno sea producto de un trastorno neuronal. No es preciso olvidar que esta aparente habilidad contradice las leyes físicas; por esa razón, continúa siendo un mito y aún no se han publicado estudios que demuestren la existencia de la telequinesia.

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Historia

La historia de la telequinesis es tan antigua como la humanidad, ya que se suele manifestar que esta destreza la poseían todos los hombres. Esta leyenda cuenta que anteriormente las personas vivían en una edad de oro, donde cada ser tenía la habilidad de dominar sus pensamientos y manipular el mundo empírico por medio de estos.

Aun así, esos poderes causaron los constantes conflictos entre los individuos, quienes luchaban por mantener el bien o enfrentarse a fuerzas superiores con el objetivo de recibir mayores conocimientos.

Esas acciones generaban que la realidad se fuese destruyendo poco a poco, motivo por el cual las deidades optaron por deshacer ese mundo y edificar otro.

Sin embargo, los nuevos habitantes no podrían usar sus máximas capacidades cerebrales. Así fue como emanó una de las primeras hipótesis sobre la telequinesis, que consistía en la limitación del saber; es decir, el potencial de trasladar instrumentos solo lo tendrían aquellas personas que fuesen sensitivas o valorasen el arduo trabajo.

Dicha teoría no fue la única que se vinculó con la ficción, ya que hay un planteamiento alemán que relaciona el origen del término con una historia fantástica. También hay referencias al griego, considerando la etimología del término.

A continuación describiremos los detalles principales de los posibles orígenes del concepto de telequinesis:

Origen alemán y griego

Uno de los orígenes del concepto deriva del alemán poltergeist, donde polter significa “estrépito” y geist se traduce como “espíritu”; de ahí que la institución eclesiástica exprese que la telequinesis es la perversa conexión entre el plano espiritual y material.

Además, esta definición está unida a la cultura nórdica. Según la visión de los nórdicos, existen entes que tienen el talento de desplazar con su mirada un objeto que pese hasta 300 kilogramos.

Esto también es coherente con el origen griego del término, según el cual el vocablo tele indica “distancia”, mientras kínesis se refiere a “movimiento”.

Dada la antigüedad de los orígenes del término, se puede decir que esta manifestación mental se ha exhibido a lo largo de la historia desde tiempos bastante remotos.

En la antigüedad

Para nadie es un secreto la ambigua procedencia de las pirámides egipcias, pues se alude que debido a su simetría fueron edificadas por ovnis o personas con habilidades especiales. Entre ellas, se incluye a los individuos que transportaban los materiales de construcción sin necesidad de tocarlos.

Esta hipótesis se basa en el equilibrio que reflejan los monumentos. Manifiesta que las pirámides no pudieron ser forjadas por individuos comunes sino extraordinarios, ya que la tecnología que debió utilizarse en sus elaboraciones aparentemente no existía en la época antes de Cristo.

Además, el traslado del granito y la piedra caliza de un territorio a otro no se podía llevar a cabo en poco tiempo. Tomando en cuenta esto, la teoría indica que en periodos pretéritos hubo hombres con el poder de desplazar los elementos corpóreos gracias a sus pensamientos. Estos seres fueron quienes crearon las grandes obras históricas.

En la Edad Media

Hay un proyecto en el que se enuncia que la telequinesis fue uno de los elementos que impulsó a la inquisición alemana a buscar a la doncella Walpurga Hausmannin, quien fue catalogada como bruja debido a sus supuestos actos de levitación.

Esta joven fue sentenciada a la horca en el siglo XVI. Realmente no se encontraron pruebas concretas, solo una confesión en un momento de tortura cuando Walpurga declaró que un demonio le había entregado el poder de mover los objetos e incluso los cuerpos. Por eso se podía elevar sin ninguna dificultad.

A pesar de que ese suceso no fue comprobado, lo esencial es que demuestra cómo la conjetura sobre un fenómeno psíquico generó la devastación de una vida por una institución que era considerada justa y racional.

En la era moderna

La telequinesia tuvo gran relevancia a mediados del siglo XX. A finales de la década del noventa surgió una teoría que indicaba la pasión que sentía Adolf Hitler por los sucesos sobrenaturales, razón por la que destinó a varios de sus científicos a que realizaran estudios acerca del cerebro.

La finalidad de este político era que los investigadores descubrieran cuál era la neurona que hacía flotar los objetos. Supuestamente, para esas indagaciones se utilizaron numerosos judíos, los cuales no llegaron a recuperar la cordura o perecieron cuando ejecutaban el experimento.

Posibles explicaciones científicas

Las explicaciones sobre el principio de este fenómeno se iniciaron en 1810, cuando el psicólogo ruso Alexander Aksakof estableció el término telequinesis, que fue adoptado por el parapsicólogo estadounidense Joseph Rhiner en 1934. Hasta ahora, estos científicos han sido los únicos que han presentado una hipótesis coherente acerca de esa manifestación.

Tanto Aksakof como Rhiner definieron la telequinesia como el deslizamiento de las materias sin la participación de un medio físico identificable.

El investigador estadounidense vinculó esta definición con la física cuántica, pues de manera general esa rama científica se caracteriza por estudiar la cantidad de energía que se localiza en una partícula. Debido a ello, es posible expresar que los rasgos característicos de la telequinesis son los siguientes:

– La levitación del objeto no es producto de una habilidad especial, sino de la liberación de una sustancia que se encuentra en la corteza cerebral.

– Dicha sustancia se relaciona con un líquido que tiene la función de modificar la masa.

– Al mismo tiempo, esa sustancia fluye por un campo electromagnético que poseen todos los individuos. Es decir, cada ser tiene la agilidad para desarrollar la telequinesis.

Casos reales famosos

Sobre la telequinesis se han expuesto diversos casos a lo largo de la historia. Aun en la actualidad hay personas que comparten vídeos en internet con el propósito de exhibir la forma en la que manipulan algún utensilio.

No obstante, tales hechos no suelen ser verídicos ya que ningún individuo ha conseguido exteriorizar en público la evolución de sus poderes. Hasta el momento solo han destacado dos sucesos, que de hecho se pueden considerar trascendentales:

Uri Geller (1946)

La historia acerca del dominio de la telequinesis de este ilusionista ha sido una de las más estudiadas, aunque todavía no se demuestra cómo este psíquico israelí logra arquear el metal únicamente con mirarlo.

En un acto popular, Uri Geller mostró la forma en la que doblaba un utensilio de cocina. Sin embargo, dicha acción no fue argumentada objetivamente por los científicos.

De igual manera, se le otorga el talento de reparar las agujas de los relojes sin necesidad de palparlos, así como la capacidad de aumentar la temperatura de un termómetro al observarlo.

Nina Kulagina (1926 -1990)

El acontecimiento fundamental sobre la telequinesia lo personifica esta ciudadana rusa, quien afirmaba tener poderes psíquicos. Por este motivo aceptó realizar sus experimentos bajo la supervisión de físicos, médicos y periodistas.

En ese evento, Nina no solo consiguió elevar los objetos que le habían entregado. También hizo girar las agujas del reloj, logró paralizar el corazón de una rana y, a través de una mirada, causó que la piel de un voluntario se tornara rojiza.

Ninguno de los espectadores pudo refutar su labor, tanto así que las habilidades de esta psíquica fueron investigadas por la Unión Soviética durante los últimos veinte años del siglo XX.

Referencias

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