Situaciones comunicativas estructuradas y no estructuradas
Las situaciones comunicativas son los diferentes contextos donde se producen los actos informativos; es decir, se refieren a las distintas técnicas que utilizan las personas para compartir sus ideas sobre uno o varios temas. Por lo tanto, la situación comunicativa se presenta cuando dos o más sujetos comienzan a intercambiar opiniones.
Por ejemplo: el lunes en la tarde, Susana fue a la estética y le preguntó a la especialista qué tratamientos podían hacerle para eliminar las marcas de su piel; la doctora le contestó que había varios métodos para limpiar su tez, pero antes era necesario realizarle algunos exámenes y le dio una cita para el viernes temprano.
El encuentro entre Susana y la doctora permitió que se llevara a cabo una situación comunicativa específica, ya que ambas compartieron el mismo contexto: se comunicaron en un lenguaje respetuoso; las dos asumieron el rol de emisor y receptor, razón por la que hubo un entendimiento mutuo y hablaron en un lugar concreto, que se ajustaba a la circunstancia.
Índice del artículo
- 1 Elementos de las situaciones comunicativas
- 2 Situaciones comunicativas estructuradas
- 3 Situaciones comunicativas no estructuradas
- 4 Referencias
Como se puede apreciar, los elementos más importantes de las situaciones comunicativas son las personas y el entorno.
El papel de las personas es fundamental porque son las que cuentan con la habilidad de iniciar, mantener y finalizar una conversación.
En cuanto al entorno, este no solo muestra el año, la hora y las características del espacio donde se desarrolla la conversación, sino que indica si el ambiente es adecuado para hacer un comentario determinado. Esto es porque –dependiendo del lugar y del momento– la interpretación y el significado del mensaje pueden cambiar.
Hay dos tipos de situaciones comunicativas: las estructuradas y las no estructuradas. Las primeras se caracterizan por abarcar los eventos que son planificados, mientras que las segundas señalan aquellas conversaciones que nacen de manera espontánea y son cotidianas.
Las situaciones comunicativas estructuradas requieren de tiempo y dedicación, ya que son eventos que se presentan en una fecha específica y necesitan de un orden metodológico.
Se debe especificar, por ejemplo, cómo organizar el lugar, indicar cuántos minutos hablará cada miembro del grupo y –en ciertas ocasiones– es necesario que los participantes preparen sus discursos con anticipación.
Entre estas situaciones destacan las siguientes:
El panel es un acto informativo donde un grupo de cuatro o seis especialistas se reúnen para intercambiar opiniones acerca de un tema determinado. Cuando finaliza el debate entre los expertos, estos tienen la opción de interactuar con el público; aunque no es obligatorio.
Es conveniente mencionar que los discursos de los especialistas pueden ser informales, ya que buscan obtener la atención de los espectadores; aun así, deben ser objetivos. Estas conferencias suelen durar una o dos horas y desde que comienzan hasta que finalizan son dirigidas por un moderador.
Ejemplo: Gonzalo va a presentar su libro y el editor organizó una rueda de prensa donde participarán cinco miembros del equipo de edición. Al principio, Gonzalo y sus compañeros hablarán sobre la historia y el diseño de la obra; luego, el editor se encargará de responder las preguntas de los seguidores y los periodistas.
Es una técnica que se utiliza en los cursos o talleres cuando el número de participantes es amplio; la idea es dividir al grupo en varios equipos de seis con la finalidad de que cada uno hable durante seis minutos sobre un tópico específico, el cual propone el coordinador.
Vale resaltar que este método fue creado en 1948 por J. Donald Phillips y se usa para incentivar el trabajo grupal y el sentido de la responsabilidad.
Ejemplo: Irene dará una clase, pero quiere que sus treinta estudiantes intervengan activamente. Por ese motivo divide al grupo en cinco equipos; cada equipo cuenta con seis alumnos, quienes tienen seis minutos para exponer qué es el liderazgo. Después de que todos expresan sus ideas, se procura establecer una conclusión general.
Para que esta situación comunicativa se lleve a cabo es necesario que tres o más personas –con visiones opuestas acerca de un mismo tema– se sienten alrededor de una mesa con los propósitos de manifestar sus puntos de vista y debatir. Generalmente, estos actos se transmiten en los medios de comunicación o se realizan en auditorios.
El fin es que el público comprenda los distintos enfoques expuestos. Las discusiones en la mesa redonda duran una hora y son regidas por un director, quien señala a cuál invitado le toca hablar y también debe evitar los posibles conflictos entre los especialistas.
Ejemplo: la mesa redonda fue una estrategia utilizada en Colombia en la década de 1950, donde los políticos conservadores y liberales se reunieron en una asamblea –a pesar de sus diferencias– con el objetivo de firmar un tratado de paz para unir fuerzas y eliminar la inseguridad.
Esta técnica busca que varias personas se dediquen a conversar y –por turnos– vayan presentando todas las ideas que se les ocurran para el desarrollo de algún proyecto; las propuestas tienen que ser innovadoras y deben ser anotadas en un papel para que –al final– el grupo se enfoque en analizarlas y seleccionen el argumento más apropiado.
La lluvia de ideas fue elaborada por el publicista Alex Osborn en 1938; desde ese momento ha sido muy usado en los campos académicos y laborales con el fin de que los estudiantes y trabajadores expandan sus pensamientos creativos, encuentren fácilmente las soluciones a los problemas e interactúen con mayor frecuencia.
Ejemplo: una familia de informáticos construyó una nueva aplicación para detectar el plagio, pero aún no saben cómo llamarla; debido a eso optaron por verse y juntos proponer las posibles denominaciones. Después de cada miembro de la familia expresara sus numerosas ideas, entre todos examinaron los diversos nombres expuestos y decidieron llamar a la aplicación Sincopias.
Es la situación comunicativa más conocida y rápida de organizar; su propósito principal es que una persona elija un tema para analizar y –partiendo de él– haga un catálogo de preguntas, luego le informa al grupo que dirige cuál fue el tópico que seleccionó y que ellos deben estudiar; aparte, les dice cuándo se hará la discusión.
La finalidad de los debates es que los participantes reflexionen antes de contestar alguna pregunta, argumenten lógicamente sus respuestas y cuestionen los comentarios de sus compañeros.
Ejemplo: Rodrigo quiere que sus estudiantes de 12 años aprendan a razonar, motivo por el cual organiza un debate: antes de salir de clases, les dice que el martes intercambiaran opiniones sobre la contaminación ambiental. Sus alumnos se centran en investigar y el martes Rodrigo interroga a los niños, después les pregunta si están de acuerdo o no con los comentarios de sus compañeros.
Es una forma de instrucción, ya sea en una institución académica u ofrecida por una organización comercial o profesional.
Tiene la función de reunir pequeños grupos para reuniones recurrentes, enfocándose en algún tema en particular. Esto a menudo es logrado a través del diálogo socrático, con un líder del seminario o instructor, o a través de una presentación más formal de una investigación.
Una discusión guiada expone a los estudiantes a una variedad de perspectivas diversas, los ayuda a reconocer e investigar sus suposiciones, mejora las capacidades de escuchar y de conversación, y fomenta la conexión con un tema.
Al participar en la discusión, los estudiantes sitúan nuevo conocimiento en el contexto de su entendimiento actual, facilitando la comprensión del tema en cuestión.
Las situaciones comunicativas no estructuradas son aquellas que predominan en la cotidianidad, no están regidas por ninguna regla ni necesitan de organización; sobresalen por su espontaneidad, ya que se llevan a cabo de manera natural entre las personas. Es pertinente resaltar que estas situaciones surgen en cualquier entorno y participan todos los miembros de la sociedad.
A continuación se mencionarán las dos situaciones comunicativas no estructuradas más relevantes:
Gracias a la capacidad que tiene el ser humano para expresar sus emociones e intereses a través de las palabras, la conversación se puede catalogar como el acto comunicativo más natural. Esto es porque las personas están intercambiando opiniones constantemente, ya sea físicamente o mediante las redes sociales.
Al iniciar una conversación de manera espontánea, las personas cuidan menos el lenguaje y usan términos coloquiales. Es pertinente resaltar que las conversaciones se mantienen activas hasta que las personas agotan los temas de interés común, que pueden ser variados. Esta situación comunicativa es importante porque se produce en múltiples contextos.
Ejemplo: Emma tiene que comprar un medicamento, pero no sabe cómo llegar a la farmacia. Por ello, le pregunta a una señora si la puede guiar y esta acepta. En el camino, Emma le cuenta a la señora que es nueva en el país y le ha costado adaptarse; mientras que la señora le comenta a Emma que su nieto también emigró hace poco y ya desea regresar a su estado natal.
Al igual que la conversación, la discusión puede surgir en la calle, en el colegio, el trabajo o en el hogar. Esta situación comunicativa tiene como finalidad que las personas expongan y justifiquen sus puntos de vista acerca de un tema determinado; la idea es cada interlocutor defienda sus opiniones y niegue los argumentos del sujeto con quien habla.
A diferencia del debate, la discusión no es planificada ni requiere de un moderador. Por esa razón, muchas personas suelen perder el control y elevan el tono de voz.
Ejemplo: Rafael le comenta a Luis que los libros son mejor que las películas, porque son más explicativos y detallistas; Luis le contesta que su comentario es absurdo, ya que las películas son más entretenidas y no requieren de mucho tiempo; Rafael responde que esa opinión es típica de una persona perezosa; Luis se molesta y le insinúa que es un arrogante.
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