8 Leyendas de la Región Caribe de Colombia
Las leyendas de la región Caribe de Colombia están llenas de misterio y forman parte de la forma de ser de sus habitantes. La mayoría de estas proviene de las tribus que originalmente dominaban el área. Los mitos datan de la época de la conquista española.
Estas historias fueron pasando de boca en boca y de generación en generación, asustando y enseñando tanto a los niños como a los adultos.
Casi todas tratan de criaturas fantásticas que viven en la región y que están presentes en la mayoría de los mitos colombianos. Sus historias se siguen contando y son consideradas, incluso, un tesoro cultural.
Las leyendas más conocidas de la región Caribe de Colombia
1- El hombre bufeo
Esta leyenda cuenta la historia de un apuesto joven guerrero que fue condenado por los dioses. Éstos, celosos de su belleza varonil, lo convirtieron en un delfín rosado.
Cuenta la historia que conserva la habilidad de convertirse en hombre si se acerca a la playa, y que lleva un sombrero de paja para cubrir el agujero de su cabeza, lo único que conserva de su forma de delfín.
Le gusta seducir a bellas jovencitas que caminan por la playa de noche. Al día siguiente ellas no recuerdan nada, pero descubren al poco tiempo que están embarazadas.
2- El hombre caimán
Es la leyenda de un hombre que vive junto al río Magdalena, en la costa caribeña colombiana.
La historia cuenta que bebe una poción para convertirse en caimán y de esta manera espiar a las muchachas bonitas que se acercan a la playa.
3- La Madre Monte
Madre Monte es una mujer elegante que usa musgo y hojas como ropaje, y también un sombrero verde que tapa su rostro. Vive en una densa jungla y se baña en los ríos, causando inundaciones y fuertes tormentas.
Madre Monte acecha a aquellos que roban la tierra que le pertenece a otras personas y les envía plagas a los dueños de ganado que usurpan campos o ignoran los límites.
Tampoco le gustan los vagabundos ni los esposos o esposas infieles. Los castiga haciéndolos pasar infinidad de obstáculos en su paso por la selva.
4- La Llorona
La leyenda cuenta que una mujer joven ahogó a sus hijos porque el hombre que ella amaba no los quería cerca. A pesar de eso, él igual la rechazó y ella se suicidó.
Cuando llegó a las puertas del cielo, no la dejaron pasar y la hicieron regresar a la tierra a buscar a sus hijos.
En su búsqueda eterna, ruge por las noches y llora. Dice la leyenda que el que la oiga llorar está condenado a una muerte inminente.
5- La Tunda
Esta leyenda afrocolombiana cuenta que en la selva vive una triste y fea mujer con una pierna de palo. Tiene la habilidad de cambiar de forma para parecerse a alguien conocido por su víctima.
Con este engaño logra atraparla y la lleva a la selva. Allí alimenta a su víctima con camarones a los cuales les arroja previamente sus gases intestinales.
Esto le produce al que los consume un estado hipnótico, y entonces ella puede hacerle lo que desee: chuparle la sangre o devorarlo vivo.
6- El cura sin cabeza
Son muchas las versiones que se cuentan sobre esta leyenda. Las más simples indican que en ciertas ocasiones se ve deambular la figura de un cura sin cabeza, el cual fue mandado a decapitar por considerarlos los indígenas un brujo.
Otros aseguran habérseles aparecido la figura de un cura con una calavera en vez de cabeza debajo de su capuchón y con las manos sangrándoles. Se habla de personas que han perdido la cordura al ver esta figura tan macabra.
7- La Mojana
Se dice que la Mojana es una mujer que vive debajo del mar y que rapta a los niños para llevarlo a su aposento acuático. La Mojana suele merodear los cerros, especialmente el de Juanché, donde se deja ver con su apariencia diminuta y con sus largos cabellos dorados.
8- El caballo cojo
En muchos pueblos del departamento de Bolívar se cuenta que los ciudadanos oían el galope y el relincho de un caballo en las noches oscuras. Lo más llamativo era que ese galope era bastante peculiar, por lo que la gente se asomaba a ver que bestia era la que emitía aquel sonido.
La sorpresa era que se encontraban con un caballo de ojos rojos y solo tres patas. Lo más terrible era que dejaba un rastro de olor a azufre por donde pisaba, lo que provocaba el terror entre los habitantes.