Ansiedad

Ansiolíticos: qué son y nombres de los más comunes


¿Qué son los ansiolíticos?

Los ansiolíticos son fármacos con efecto psicotrópico sobre el sistema nervioso central, utilizados para reducir los síntomas de la ansiedad sin que eso signifique un aumento del sueño, o que la persona esté sedada.

Algunos de los nombres más comunes son Lorazepam, Bromazepam, Alprazolam, Diazepam, Clorazepato. Los nombres comerciales son Orfidal, Lexatin, Trankimazin, Valium y Tranxilium. 

Precauciones a la hora de tomar ansiolíticos

Los ansiolíticos son tranquilizantes menores que enlentecen la actividad del sistema nervioso central, por lo que hay que tener cuidado a la hora de tomarlos.

Solo se deben consumir si los ha recetado un profesional sanitario.

Los médicos deben conocer la situación actual del paciente y su estado emocional antes de recetar algún ansiolítico.

Del mismo modo, deben tener en cuenta si hay algún tipo de problema orgánico, como por ejemplo, problemas de tiroides, problemas respiratorios, problemas cardiovasculares, porque pueden alterar los efectos de los ansiolíticos.

Si este tipo de fármacos no se administra de manera adecuada, pueden causar:

– Adicción

– Alteración en la capacidad de reacción

– Alteración en el estado de alerta

– Amnesia

– Cefaleas

– Confusión

– Debilidad muscular

– Depresión

– Dificultades atencionales

– Dificultad para coordinar tus movimientos

– Dificultades para conducir

– Embotamiento afectivo

– Mareos

– Sedación

– Somnolencia

Ansiolíticos más comunes

A continuación, analizaremos brevemente los cinco ansiolíticos más consumidos en la actualidad, concretamente para qué se utilizan, sus propiedades, sus efectos secundarios y las consideraciones que se debe tener en cuenta a la hora de tomarlos.

1. Lorazepam

Lorazepam, más conocido como Orfidal, se utiliza principalmente para tratar trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, problemas de insomnio y estados de tensión. También se utiliza para tratar algunas enfermedades psicosomáticas y orgánicas.

Tiene propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsionantes, sedantes, amnésicas y relajantes musculares.

Efectos secundarios principales:

– Somnolencia

– Fatiga

Consideraciones a tener en cuenta:

– No se debe consumir alcohol durante el tratamiento con Lorazepam, ya que se produce un aumento de su efecto sedante. El resultado de mezclar ambas sustancias es una gran dificultad para realizar cualquier actividad.

– No se debe conducir en los primeros momentos del tratamiento ni cuando se produce un cambio de dosis, porque sus efectos secundarios afectan la capacidad de conducción.

– Una vez retirado el fármaco, se pueden producir síntomas de abstinencia como ansiedad, tristeza, estados de ánimo depresivos, insomnio, por lo que la retirada debe ser gradual y guiada por un médico.

2. Bromazepam

Bromazepam, más conocido como Lexatin, se utiliza para tratar problemas de ansiedad, problemas obsesivos-compulsivos, fobias e hipocondrías. Tiene propiedades ansiolíticas.

Efectos secundarios principales:

– Disminución de los reflejos

– Somnolencia

Consideraciones a tener en cuenta:

– Si el paciente está tomando alguna otra medicación, debe consultar con el médico antes de ingerir Bromazepam, ya que la combinación de dicho ansiolítico con algunos medicamentos produce depresión.

– Debe tener mucho cuidado con este fármaco si ha tenido problemas de adicciones en algún otro momento de su vida, pues puede provocar drogodependencia con facilidad.

– No es recomendable consumir alcohol junto con este fármaco, porque la interacción de ambos en el cuerpo puede dar lugar a una sobredosis.

– No es aconsejable conducir en el inicio del tratamiento ni cuando se producen modificaciones en las tomas, por lo explicado anteriormente.

– Se debe dejar el Bromazepam de manera progresiva. Si se hace de manera abrupta, el síndrome de abstinencia resultante podría ser peligroso.

3. Alprazolam

Alprazolam, más conocido como Trankimazin, se prescribe a aquellas personas que padecen trastornos de ansiedad, trastornos de pánico, crisis de angustia y agorafobia.

Tiene propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsionantes, sedantes y relajantes musculares.

Efectos secundarios principales:

– Sedación

– Somnolencia

Consideraciones a tener en cuenta:

– Al igual que el Bromazepam, el Alprazolam genera adicción con facilidad, por lo que es conveniente tener cuidado a la hora de tomarlo.

– Si se está tomando otros medicamentos, consultar con el médico antes de tomar este ansiolítico para evitar posibles problemas, como eventos cardiorrespiratorios o depresiones.

– Si se mezcla con alcohol, sus efectos sedantes se potencian, dificultando las actividades cotidianas.

– No se debe conducir en los primeros momentos del tratamiento ni cuando se modifica la dosis, al igual que sucede con los fármacos anteriormente descritos.

4. Diazepam

Diazepam, más conocido como Valium, se utiliza principalmente para el tratamiento de los trastornos de ansiedad, trastornos psicosomáticos y para el tratamiento de los espasmos musculares.

Tiene propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, sedantes y relajantes.

Efectos secundarios principales:

– Somnolencia

– Sedación

Consideraciones a tener en cuenta:

– Si se abandona el tratamiento de manera brusca, aparecerán diversos síntomas (ansiedad, depresión, insomnio, nerviosismo, convulsiones…) propios del síndrome de abstinencia.

– No se debe consumir alcohol, ya que se produce un aumento de su efecto sedante.

– No se debe conducir hasta que comprobar que los efectos del fármaco no afectan las capacidades necesarias para la conducción (atención, capacidad de reacción, reflejos…).

5. Clorazepato

Clorazepato, más conocido como Tranxilium, se receta para el tratamiento de la ansiedad, insomnio, situaciones de estrés puntuales, problemas de alcoholismo y drogadicción.

Tiene propiedades ansiolíticas, hipnóticas, anticonvulsionantes, sedantes, amnésicas y relajantes musculares.

Efectos secundarios principales:

– Somnolencia

– Mareos

Consideraciones a tener en cuenta:

– El Clorazepato puede provocar dependencia, por lo que su consumo debe estar tutelado por personal médico.

– Si se suspende el consumo de este fármaco, hay que hacerlo de manera progresiva y bajo supervisión médica, para evitar que el síndrome de abstinencia se agrave.

– Sus efectos secundarios aumentan si se ingiere alcohol.

– No se debe conducir bajo los efectos del fármaco.

Los médicos recomiendan no tomar este tipo de fármacos durante más de un mes, pero no todo el mundo hace caso a esta recomendación y los toma durante años, e incluso décadas.

El problema del consumo prolongado de ansiolíticos es que genera tolerancia en la persona que los consume y una gran dependencia física y psicológica, llegando incluso a tener problemas graves de adicción.

Para evitar este problema, los médicos deberían evaluar de manera periódica a los consumidores de dichas sustancias, con el fin de ajustar su dosis, mantenerla o retirarla, según se considere oportuno.

Referencias

  1. Boticarium. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.
  2. Surveillance of Adverse Psychiatric Medication Events. The Journal of the American Medical Association.
  3. The pharmacology of anxiolytics. South African Family Practice Journal.