Medicina

Reflejo miotático: elementos, fisiología y funciones


El reflejo miotático, también como “reflejo de estiramiento” o “reflejo osteotendinoso”, es un fenómeno neurológico durante el cual un músculo o grupo de músculos se contrae como respuesta al estiramiento brusco y repentino de su tendón de inserción en el hueso. 

Se trata de una respuesta automática e involuntaria integrada a nivel de la médula espinal, es decir, el individuo no tiene ningún control sobre la respuesta, la cual aparecerá siempre que se presente el estímulo correspondiente (a menos que exista una lesión que comprometa el reflejo).

El reflejo miotático es de utilidad clínica dado que permite evaluar no solo la indemnidad del arco reflejo en sí mismo, sino también la integridad de los segmentos medulares superiores.

Fuera de la práctica clínica, en el contexto de la vida cotidiana el reflejo miotático protege de manera secreta y sin que las personas se den cuenta a los músculos de las extremidades, evitando el estiramiento excesivo de las fibras musculares ante las cargas, siendo esto último clave también para el tono muscular basal y el equilibrio.

Índice del artículo

Arco reflejo (elementos)

Al igual que cualquier otro reflejo, el reflejo miotático es un “arco” constituido por cinco elementos clave:

– Receptor

– Vía aferente (Sensitiva)

– Núcleo de integración

– Vía eferente (motora)

– Efector

Cada uno de estos elementos tiene un papel fundamental en la integración del reflejo y el daño a cualquiera de ellos deriva en la abolición del mismo.

El conocimiento detallado de cada uno de los elementos que integran el reflejo osteotendinoso resulta crucial, no solo para comprenderlo sino también para poder explorarlo.

Receptor

El receptor e iniciador del reflejo miotático es un complejo de fibras sensitivas localizadas en el interior de los músculos conocido como “huso neuromuscular”. 

Este grupo de fibras nerviosas son capaces de detectar los cambios en el nivel de estiramiento del músculo, así como la velocidad de estiramiento; de hecho en el huso neuromuscular existen dos tipos de fibras sensitivas.

Las neuronas aferentes del tipo I responden a cambios pequeños y rápidos en la longitud del músculo, mientras que las del tipo II lo hacen a cambios de longitud mayores a lo largo de un período de tiempo más prolongado.

Vía aferente (sensitiva)

Los axones de las neuronas ubicadas en el huso neuromuscular se unen a la porción sensitiva (aferente) del nervio sensitivo correspondiente a ese músculo dado, y llegan hasta el asta posterior de la médula espinal donde hacen sinapsis con la interneurona (neurona intermedia).

Integración

El reflejo se integra en la médula espinal, donde la vía aferente hace sinapsis con la interneurona, la cual a su vez se conecta con la motoneurona inferior (neurona motora ubicada en la médula espinal).

Sin embargo, antes de hacer sinapsis con la motoneurona inferior la interneurona se conecta también con fibras procedentes de los segmentos medulares inferiores y superiores, lo cual crea una “cadena” de conexiones entre los diferentes niveles medulares.

Vía eferente (motora)

La vía eferente está constituida por los axones de la motoneurona inferior, los cuales emergen del asta anterior de la médula espinal formando la porción motora de los filetes nerviosos responsables de la inervación del músculo.

Estos axones viajan en el espesor del nervio motor hasta hacer sinapsis con el efector ubicado en el músculo donde se originaron las fibras sensitivas aferentes.

Efector

El efector del reflejo miotático está compuesto por las fibras motoras gamma que forman parte del huso neuromuscular, así como por filetes nerviosos que van directamente a las fibras extrafusales. 

La vía refleja termina en la placa neuromuscular donde el nervio motor se conecta con el músculo.

Fisiología del reflejo miotático 

La fisiología del reflejo miotático es relativamente simple. En primer lugar se debe dar el estiramiento de las fibras del huso neuromuscular por un estímulo externo o interno.

Al estirarse el huso neuromuscular descarga un impulso nervioso que viaja a través de la vía aferente hasta el asta posterior de la médula espinal, donde en el impulso se transmite a la interneurona.

La interneurona es modulada por centros medulares superiores y hace sinapsis con la motoneurona inferior (en ocasiones más de una) amplificando la señal, la cual se transmite a través del nervio motor hasta el efector.

Una vez de vuelta en el músculo la contracción se desencadena por el estímulo que generan las fibras gamma a nivel del huso neuromuscular, el cual es capaz de “reclutar” más unidades motoras amplificando la contracción de más miofibrillas.

Así mismo y en paralelo, se estimula la contracción directa de las fibras extrafusales (fibras beta), presentándose también en este caso el fenómeno de “reclutamiento”, es decir, cada fibra muscular que se contrae estimula a la fibra adyacente amplificando así el efecto.

Músculos con reflejo miotático 

Aunque virtualmente el reflejo miotático puede verse en casi cualquier músculo estriado, es mucho más evidente en los músculos largos de las extremidades superiores e inferiores; así pues en la exploración clínica son de interés los reflejos de los siguientes músculos:

Miembro superior

– Reflejo bicipital (tendón del bíceps braquial)

– Reflejo tricipital (tendón del tríceps)

– Reflejo radial (tendón del supinador largo)

– Reflejo cubital (tendón de los músculos cubitales)

Miembro inferior

– Reflejo aquíleo (tendón de Aquiles)

– Reflejo patelar (tendón patelar conjunto del músculo cuadríceps femoral)

Exploración del reflejo miotático 

La exploración del reflejo miotático es muy sencilla. Se debe colocar al paciente en una posición cómoda, donde la extremidad quede en semiflexión, sin contracción voluntaria de los grupos musculares.

Una vez hecho eso se percute con un martillo de goma para reflejos el tendón a explorar. La percusión debe ser lo suficientemente fuerte como para estirar el tendón pero sin generar dolor.

La respuesta al estímulo debe ser la contracción del grupo muscular estudiado.

Según e hallazgo clínico, el reflejo miotático o reflejo osteotendinoso (ROT) se reporta en la historia como sigue:

– Areflexia (no hay respuesta)

– ROT I/IV (reflejo osteotendinoso grado I sobre IV) o hiporeflexia (hay respuesta pero muy débil)

– ROT II/IV (es la respuesta normal, debe haber una contracción perceptible pero sin que llegue a generar un movimiento importante de la extremidad)

– ROT III/IV, también conocida como hiperreflexia (en respuesta al estímulo hay una contracción enérgica de los grupos musculares involucrados, con movimiento importante de la extremidad)

– ROT IV/IV, también conocido como clonus (después de estimular el tendón hay contracciones repetitivas y sostenidas del grupo muscular involucrado, es decir, se pierde el patrón estímulo-contracción y se pasa al patrón estímulo-contracción-contracción-contracción hasta que se agota el reflejo)

Función del reflejo miotático

El reflejo miotático es sumamente importante para mantener el tono muscular, regular el equilibrio y prevenir lesiones.

En primera instancia el grado de elongación de las fibras musculares permite, a través del reflejo miotático, que exista un tono muscular adecuado y balanceado entre músculos agonistas y antagonistas, manteniendo de esta manera una postura adecuada.

Por otra parte, cuando un individuo se incorpora el balanceo natural del cuerpo hace que se elonguen las fibras musculares del grupo muscular que se encuentra en el lado opuesto del balanceo. Por ejemplo:

Si una persona se inclina hacia adelante se elongan las fibras de los músculos de la región posterior de la pierna. Esto hace que los músculos se contraigan lo justo para corregir el balanceo y ayudar así a mantener el equilibrio.

Finalmente, cuando un huso neuromuscular se elonga demasiado o muy rápido en respuesta a un esfuerzo, se da lo que se conoce como “reflejo miotático inverso”, el cual está destinado a prevenir la ruptura de las fibras musculares y los tendones.

En estos casos la elongación en lugar de inducir una contracción muscular hace todo lo contrario, es decir, induce la relajación a fin de evitar sobrecargar los músculos más allá de su límite de resistencia.

Referencias 

  1. Schlosberg, H. (1928). A study of the conditioned patellar reflex. Journal of Experimental Psychology11(6), 468.
  2. Litvan, I., Mangone, C. A., Werden, W., Bueri, J. A., Estol, C. J., Garcea, D. O., … & Bartko, J. J. (1996). Reliability of the NINDS myotatic reflex scale. Neurology47(4), 969-972.
  3. Golla, F. L., & Antonovitch, S. (1929). The relation of muscular tonus and the patellar reflex to mental work. Journal of Mental Science75(309), 234-241.
  4. Allen, M. C., & Capute, A. J. (1990). Tone and reflex development before term. Pediatrics85(3), 393-399.
  5. Cohen, L. A. (1953). Localization of stretch reflex. Journal of Neurophysiology16(3), 272-285.
  6. Shull, B. L., Hurt, G., Laycock, J., Palmtag, H., Yong, Y., & Zubieta, R. (2002). Physical examination. Incontinence. Plymouth, United Kingdom: Plymbridge Distributors Ltd, 373-388.
  7. Cohen, L. A. (1954). Organization of stretch reflex into two types of direct spinal arcs. journal of Neurophysiology17(5), 443-453.