Historia

Guerra de los Mil Días: causas, fases, consecuencias


¿Qué fue la Guerra de los Mil Días?

La Guerra de los Mil Días fue una guerra civil que tuvo lugar en Colombia entre octubre de 1899 y noviembre de 1902. Este conflicto fue el último de los que se habían desarrollado en el país durante todo el siglo XIX y que enfrentaron a los liberales contra los conservadores y a federalista contra centralistas.

La llamada Regeneración, un periodo surgido tras una guerra civil que derrocó a los liberales del poder, estuvo marcada por la promulgación de la Constitución de Rionegro, en 1886. Esta eliminaba el federalismo anterior, además de devolver privilegios a la Iglesia católica y a los grupos más privilegiados.

Tras unos años de tensión, los liberales acabaron levantándose en armas contra el gobierno el 17 de octubre de 1899. A pesar de algunas victorias iniciales, el ejército gubernamental estaba mejor preparado y las tropas liberales tuvieron que conformarse con desarrollar una guerra de guerrillas. El conflicto tuvo repercusión internacional, con la participación de Venezuela o Ecuador.

Finalmente, los conservadores se hicieron con la victoria. La paz se firmó en el llamado Tratado de Neerlandia, que fue completado con otros dos tratados. Entre las consecuencias de la guerra, además del gran número de muertos, se encuentran la independencia de Panamá y el empobrecimiento de Colombia.

Antecedentes

Colombia, con varios nombres diferentes, había sufrido varias guerras civiles durante todo el siglo XIX. Las primeras, desde casi su inicio como estado independiente, enfrentaron a bolivarianos y santanderistas. Más adelante, liberales y conservadores lucharon entre ellos por lograr el poder.

En todos estos conflictos, además de la búsqueda del poder político, se enfrentaban visiones opuestas de cómo organizar el país. Estas diferencias ideológicas iban desde imponer un estado federal o uno centralista hasta las divergencias sobre el modelo económico o el poder que debía tener la Iglesia católica.

Uno de esos enfrentamientos, en 1859, comenzó con la declaración de independencia de Cauca, seguida de la guerra contra la entonces Confederación Granadina. Dos años después, Tomás Cipriano Mosquera, líder del Cauca, entró victorioso con sus tropas en Bogotá.

El propio Mosquera se convirtió entonces en nuevo presidente. Una de sus primeras medidas fue cambiar el nombre al país, que pasó a denominarse Estados Unidos de Colombia. A pesar de su aparente victoria, el conflicto se prolongó hasta 1863.

Ese año, tras el final de la guerra, los liberales radicales promulgaron la Constitución de Rionegro, que toma el nombre de esa localidad situada en Antioquía. Este momento marcó el comienzo del periodo llamado Olimpo Radical.

Olimpo Radical

El Olimpo Radical duró hasta 1886. Durante esos años, Colombia fue gobernada por los liberales radicales, quienes trataron de transformar por completo el país. Con la Constitución aprobada, estos liberales intentaron modernizar la organización política, social y cultural colombiana y dejar atrás las estructuras creadas por los colonizadores españoles.

La Constitución de Rionegro y otras leyes promulgadas buscaron democratizar el país. Además, centraron parte de sus esfuerzos en implantar el liberalismo económico, así como en mejorar las infraestructuras.

El fallecimiento de Manuel Murillo Toro, el político más influyente del Olimpo Radical, fue una de las causas del final de este periodo. A esto hay que unir que Rafael Núñez, con ideas muy diferentes, se convirtió en su sustituto.

Nuñez y los dirigentes liberales de Santander comenzaron a chocar muy pronto, hasta el punto de desembocar en una guerra civil. Los conservadores apoyaron a Nuñez, quien acabó fundando un nuevo partido: el Nacional.

La guerra finalizó en 1885 con el triunfo de Núñez. Esto le permitió asentar su poder y proceder a redactar una nueva constitución. Esta terminaba con el sistema federal, con lo que los Estados Unidos de Colombia pasaron a convertirse en la República de Colombia.

La Regeneración

No fue únicamente el federalismo de los liberales lo que había ocasionado la oposición de parte de la sociedad colombiana. El laicismo impuesto por el Olimpo Radical también fue una de las causas de la pérdida de su popularidad.

Con la nueva constitución de Núñez comenzó un nuevo periodo histórico: la Regeneración. Colombia se convirtió en un país centralizado y la Iglesia católica recuperó sus privilegios. Además, el Presidente obtuvo poderes reforzados y se amplió su mandato hasta los seis años.

Esta nueva configuración territorial causó enorme malestar en muchos departamentos. Pronto, los gobernantes de estos empezaron a quejarse del gobierno central. Por otra parte, la economía pasó por una importante crisis, lo que agravó la inestabilidad.

Causas

Ya en 1895, los liberales se levantaron en armas contra el gobierno, pero sin éxito. La tensión, sin embargo, no cesó de crecer durante los siguientes años. Así, empresarios y comerciantes que simpatizaban con la oposición veían como sus negocios eran obstaculizados.

El hostigamiento a los liberales provocó que, para finales de siglo, solo tuvieran un representante en el Congreso.

Por otra parte, liberales y conservadores no eran bloques homogéneos. Los segundos estaban divididos entre los nacionalistas, en el poder en esos momentos, y los conservadores históricos.

Los nacionalistas eran totalmente contrarios a cualquier entendimiento con los liberales, mientras que los conservadores históricos pensaban que era necesario llegar a algún tipo de acuerdo para estabilizar el país. Además, estos segundos eran contrarios a la censura en la prensa y a cualquier otro tipo de limitación de los derechos individuales, posturas defendidas por los nacionalistas.

En el campo liberal también existían divisiones: los que apostaban por la política para llegar al poder y los partidarios de la lucha armada contra el gobierno.

Las elecciones presidenciales de 1898

La causa más inmediata del estallido de la guerra fue sospecha de fraude electoral en las elecciones de 1898. No obstante, cabe apuntar que el ambiente en esos momentos era ya muy tenso y casi prebélico.

Miguel Antonio Caro, el presidente en la época, no podía presentarse al cargo, ya que se encontraba inhabilitado. Por ese motivo, dio su apoyo a la candidatura formada por Manuel Antonio Sanclemente y José Manuel Marroquín. Su intención era que los nacionalistas mantuvieran el poder.

Los liberales, por su parte, consiguieron unificar a sus dos corrientes internas. La partidaria de la insurrección armada estaba liderada por Soto y Rafael Uribe Uribe, mientras que la que apostaba por vías pacíficas tenía a Miguel Samper al frente.

Finalmente, los conservadores nacionalistas obtuvieron cinco veces más votos que la candidatura liberal que reunía a sus dos corrientes. Enseguida comenzaron a aparecer denuncias de fraude, algunas de ellas realizadas incluso por importantes conservadores.

Ante esta situación, los liberales partidarios de la insurrección armada se fortalecieron, mientras que ellos más pacifistas se quedaron sin argumentos.

Mientras la polémica sobre el fraude continuaba, un golpe de Estado derrocó a Sanclemente en julio de 1890. Al frente del mismo estuvo el vicepresidente, Marroquín, con apoyo de un sector de los conservadores históricos.

Diferencias políticas

Además de la lucha por el poder, no cabe duda de que la visión de cada bando sobre cómo debía organizarse el país era totalmente diferente. Así, los liberales, apoyados por los conservadores históricos, eran favorables a la economía de mercado, mientras que los nacionalistas se oponían y preferían el proteccionismo.

Algo similar ocurría en el resto de los ámbitos: los conservadores eran centralistas y partidarios de un derecho a voto limitado y con privilegios para la iglesia y los liberales preferían dar más poder a las regiones, el voto universal y que la Iglesia y el Estado estuvieran separados.

Represión contra los liberales

Tras vencer en 1895, los conservadores nacionalistas comenzaron una auténtica persecución de los simpatizantes liberales. Estos, aliados con los históricos, trataron de llegar a acuerdos con el gobierno para realizar reformas democratizadoras, pero fueron ignorados.

Aunque no existió una política oficial sobre el tema, la intención de los nacionalistas era acabar con los liberales, ya fuera mediante la represión directa u obligándolos a salir al exilio. Esto fue debilitando al sector liberal más pacífico y reforzando al partidario de ir a la guerra.

Problemas económicos

Aunque en ocasiones se deje de lado, muchos historiadores señalan que la situación económica contribuyó de manera importante al estallido del conflicto. Colombia tenía serios problemas de concentración de la riqueza y de sus tierras de cultivo y, gracias a las políticas conservadoras, solo contaban con el café para sostener su economía.

La población trabajadora vivía en condiciones de gran pobreza y apenas tenían derechos laborales. La poca industria existente, aunque en extensión, solo había provocado que empeoraran las condiciones de los obreros.

A todo lo anterior hay que unir el descenso de los precios del café a nivel mundial. Esto provocó una larga crisis en el país que el gobierno trató de paliar aumentando los impuestos en el interior del país. El descontento de la población fue en aumento, algo que desembocó en un importante apoyo a los liberales entre los sectores más desfavorecidos.

Desarrollo de la guerra (fases)

La Guerra de los mil días comenzó el 17 de octubre de 1899. En realidad, la fecha prevista para la insurrección era posterior, pero varios líderes liberales prefirieron adelantarse.

A pesar del nombre recibido, el conflicto duró algo más de 1100 días hasta llegar a su conclusión el 21 de noviembre de 1902. Los combatientes fueron, por una parte, el Partido Liberal y, por otra, el Partido Nacional, entonces en el gobierno.

El presidente del país cuando comenzó la guerra era Manuel Sanclemente, pero un golpe de Estado acaecido el 31 de julio de 1900 provocó que fuera derrocado y sustituido por José Manuel Marroquín. Este creó un gabinete conjunto entre el Partido Conservador, facción histórica, y los liberales de Aquileo Parra, partidarios de alcanzar la paz.

Ese cambio gubernamental, más algunas derrotas de los liberales liderados por Uribe Uribe, provocaron que la guerra se convirtiera en un enfrentamiento entre el ejército colombiano y las guerrillas liberales.

Primera fase

El 17 de octubre de 1899 se produjeron los primeros levantamientos armados liberales. Durante ese día, los conservadores sufrieron varias derrotas. El resultado fue que los rebeldes tomaron el control de casi todo el departamento de Santander, lo que fue respondido por el gobierno mediante la declaración de la ley marcial.

Sin embargo, pocos días después comenzaron a sucederse derrotas liberales. El punto de inflexión se produjo en la batalla de los Obispos en el río Magdalena, el 4 de octubre. Los conservadores destruyeron toda la flota de los insurrectos.

El empuje liberal, no obstante, fue suficiente para conquistar Cúcuta y derrotar a sus enemigos en Peralonso, ya a mediados de diciembre.

La división conservadora entre nacionales e históricos causó un cambio importante en el país, cuando los segundos derribaron al gobierno de Sanclemente y nombrar presidente a uno de los suyos: Marroquín. Los liberales partidarios de llegar a un acuerdo pacífico reconocieron al nuevo gobernante, aunque esto no detuvo la guerra.

La batalla de Palonegro fue fundamental para acabar con las opciones liberales de ganar la guerra. Durante dos semanas, los dos bandos se enfrentaron a solo 8 kilómetros de Santander y la derrota rebelde significó que, a partir de ese momento, tuvieran que conformarse con desarrollar una guerra de guerrillas.

Por otra parte, el conflicto comenzó a extenderse fuera de las fronteras colombianas, con Venezuela apoyando a los liberales. En Panamá, entonces parte de Colombia, se produjeron levantamientos en contra de los conservadores.

Segunda fase

Con la recuperación de Cúcuta por parte del gobierno, la posición de las tropas de Uribe Uribe era casi desesperada. El general liberal tenía intención de continuar la lucha, pero comprendió que necesitaba apoyo del exterior para obtener suministros, hombres y armas.

Uribe buscó esa ayuda en Venezuela, que pronto se convirtió en una base segura para muchos liberales que habían tenido que huir de Colombia. Los ataques desde territorio venezolano empezaron a ser frecuentes, ya que el presidente de ese país, Cipriano Castro, era partidario de la causa liberal.

Una de las campañas iniciadas desde Venezuela tuvo como objetivo el departamento de Magdalena. Los hombres de Uribe lograron tomar Riohacha y, tras esto, intentaron conquistar Magangué, una localidad ubicada en la ribera del río y que contaba con un puerto. El asalto fue rechazado por las tropas gubernamentales.

Uribe regresó a Caracas en busca de nuevos refuerzos. Castro, en esta ocasión, se negó a suministrárselos. Esto significó, en la práctica, la derrota final de los liberales. A pesar de eso, Uribe seguía negándose a aceptar las propuestas de paz lanzadas desde el gobierno.

Ante esto, el gobierno colombiano prestó apoyo a conservadores venezolanos para que intentaran derribar al gobierno de Castro. Este, antes de que el ataque se realizara, prometió dejar de prestar ayuda a los liberales de Uribe.

Final de la guerra

La situación en Panamá, a pesar de la debilidad de los liberales en el continente, seguía siendo muy tensa. Los liberales de Uribe Uribe intentaron cortar la ruta del Magdalena para evitar que los refuerzos del ejército gubernamental llegaran al istmo, pero sin éxito.

Fue entonces cuando el general rebelde aceptó comenzar las negociaciones de paz. Su promesa fallida de bloquear el Magdalena había provocado que perdiera popularidad entre sus filas y, para recuperarla y contar con más fuerza en la negociación, intentó conquistar Tenerife.

A pesar de que logró la victoria y, por lo tanto, bloquear la ruta del Magdalena temporalmente, pronto el gobierno envió más tropas para retomar la ciudad. Uribe Uribe decidió retirarse tras dos semanas. Ese periodo de tiempo, no obstante, permitió a los liberales de Panamá tomar posiciones.

Uribe Uribe aún lanzó un nuevo ataque, esta vez a la ciudad de Ciénaga, el 13 de octubre. Sin embargo, esto no cambió el curso de la guerra.

Finalmente, los rebeldes se vieron obligados a firmar el denominado Tratado de Neerlandia, el día 24 de octubre de 1902. Con este acuerdo se dieron por finalizadas las operaciones militares en Colombia.

Consecuencias

Algunas de las consecuencias de la Guerra de los Mil Días fue la muerte de entre 60 y 130 mil individuos, el daño extensivo en el territorio del país, la ruina económica a nivel nacional y la posterior independencia de Panamá.

Los datos sobre las bajas en el conflicto no son demasiado fiables, ya que hay grandes diferencias entre los aportados durante la guerra con las estimaciones de los historiadores. Por una parte, se calcula que participaron 110 000 personas, con 75 000 en el bando gubernamental y 35 000 en el liberal.

Algunas fuentes afirman que fallecieron cerca de 100 000 individuos, aunque ese dato es discutido por la mayoría de los historiadores. La mayor parte de estos expertos calcular que pudieron morir más de 60 000 personas.

Independencia de Panamá

Para Colombia, una de las consecuencias más importantes de la guerra fue la separación de Panamá, entonces parte del país. La independencia panameña oficial se produjo el 3 de noviembre de 1903.

La Guerra de los Mil Días alcanzó al territorio panameño, donde se desarrollaron varias batallas. Se trataba, además, de una provincia marcadamente liberal, con lo que la derrota de estos aumentó las simpatías por el independentismo.

Por otra parte, la separación de Panamá de Colombia no solo estuvo provocado por el conflicto. Así, el interés de los Estados Unidos por controlar el canal que se estaba construyendo fue un factor aún más importantes. Los colombianos siempre han acusado a los estadounidenses de maniobrar en favor de los partidarios de la independencia para hacerse con el canal.

Consecuencias económicas

Tras la guerra, Colombia se encontraba económicamente destrozada. La escasa industria estaba paralizada y los bienes de primera necesidad, incluidos los alimentos, se encarecieron de manera notable.

Ese incremento de los precios no vino acompañado de una subida de los salarios. Esto provocó grandes bolsas de pobreza e, incluso, episodios de hambrunas en algunas partes del país.

Por otra parte, los servicios de transporte, tanto fluviales como terrestres, también se vieron afectados. Ya antes de comenzar la guerra estos servicios presentaban muchas deficiencias, pero la destrucción de infraestructuras empeoró mucho la situación. El resultado fue, de nuevo, un aumento del coste de los fletes, lo que dificultó aún más la llegada de bienes.

Importaciones y exportaciones

Durante los años que duró la guerra, los productos que llegaban a puerto para ser exportados fueron apilados sin ser enviados.

Por otro lado, los insumos provenientes de otras naciones no pudieron entrar al mercado colombiano, y si lo hacían, era de forma limitada. Esto representó una pérdida cuantiosa para la economía nacional y afectó negativamente todas las dinámicas del mercado.

Desplazamientos

La guerra afectó de manera especial a las poblaciones del interior de Colombia. Muchos pueblos de la orilla del Magdalena fueron totalmente destruidos y sus pobladores debieron desplazarse a las zonas de montaña para poder sobrevivir.

La destrucción no solo afectó a las infraestructuras. Según los cronistas, el ganado también fue aniquilado, agravando la situación económica de la población. Cuando los habitantes de los pueblos arrasado trataron de retornar, no quedaba nada que les permitiera asentarse allí. La recuperación, cuando se produjo, fue muy lenta y muchos prefirieron emigrar a las ciudades.

Resentimiento

Una de las consecuencias de la guerra que ha sido más difícil de borrar en Colombia es el resentimiento y el odio acumulado entre los miembros de los partidos y todas aquellas personas cuyas vidas fueron arrasadas por el conflicto.

Más de una década después de que la guerra había terminado, todavía se seguían peleando entre los habitantes de los poblados más afectados por la violencia bipartidista.

Desaparición del Partido Nacional

El partido Nacional abarcaba tanto a liberales como a conservadores. No estaba a favor de los ideales conservadores y estaba en contra del liberalismo radical. Tenía una ideología nacionalista cuyo poder se centraba en el estado.

A raíz de la guerra, y del conflicto entre liberales y conservadores, el partido nacionalista fue derrocado en el momento en el que su último mandatario al poder (Manuel Antonio Sanclemente) fue revocado del mandato.

Su legado más grande fue la completa abolición de una nación federal y la integración de miembros de los partidos tanto conservador como liberal.

Costo de la guerra

Se calcula que el costo de guerra fue sumamente elevado, por lo que las arcas del país sufrieron pérdidas significativas. Algunos historiadores que el valor total de la guerra fue de entre 75 y 370 millones de pesos oro.

Estas cifras son desmesuradas, dado que el valor de dinero que se calculaba debía circular en todo el país, para la época, no excedía los 12 millones de pesos oro.

Introducción de billetes legítimos

Previamente y durante la guerra, el número de billetes diferentes que comenzaron a circular en el mercado de Colombia fue amplio y diverso.

En cada uno de estos billetes se comenzó a incluir la figura de personajes políticos representativos del momento, incluidos el presidente y los líderes tanto de los partidos liberal y conservador. Esta situación favoreció la falsificación de la moneda y debilitó aún más la economía.

Una vez la guerra concluyó, se creó una Junta Nacional de Amortización y posteriormente el Banco Central, con el fin de retirar del mercado toda la moneda diversa y sin valor, y volver a recuperar el orden monetario del país.

Tratados de Neerlandia

Cuando el ejército gubernamental se hizo con el control del centro de Colombia, Uribe Uribe tuvo que empezar a negociar un acuerdo para finalizar la guerra. El resultado fue el Tratado de Neerlandia, firmado el 24 de octubre de 1902.

La situación en Panamá, con los liberales en una posición mucho más favorable, parecía abocar a una final diferente. Sin embargo, la intervención estadounidense obligó a la firma de otro acuerdo que complementaba el anterior: el Tratado de Wisconsin, del 21 de noviembre del mismo año.

Tratado de Neerlandia

La ventaja obtenida por el gobierno conservador le permitía negociar la paz desde una posición de fuerza. Uribe Uribe, líder de la facción liberal rebelde, tuvo que aceptar la oferta gubernamental para comenzar las conversaciones que debían terminar con al conflicto.

El resultado de esas negociaciones fue el Tratado de Neerlandia. El nombre proviene del lugar en el que se negoció y firmó, una finca llamada Neerlandia que pertenecía a un holandés adinerado, Ernesto Cortissoz.

El documento final recogía la retirada de los combatientes liberales del Magdalena y Bolívar, así como la promesa de terminar con la ofensiva. Además, el gobierno se comprometía a ofrecer una amnistía a todos los que aceptaran dejar las armas.

Por otra parte, las dos partes en conflicto llegaron al acuerdo de reformar las circunscripciones electorales con el fin de que todos los partidos estuvieran mejor representados.

Para finalizar, el Tratado recogía el compromiso gubernamental de permitir a los liberales su presencia en todas las corporaciones electorales y en los organismos del gobierno.

Tratado de Wisconsin

Como se ha señalado, la situación en Panamá era muy diferente a la del resto de Colombia. En el istmo, el liberal Benjamín Herrera estaba derrotando a sus rivales, por lo que el gobierno conservador solicitó apoyo a los Estados Unidos. Este país estaba muy interesado en la zona por la construcción del canal interoceánico.

El presidente estadounidense, Roosevelt, envió barcos militares a la costa de Panamá. Esto obligó a Herrera a firmar un acuerdo de paz, el 21 de noviembre de 1902, que contenía cláusulas parecidas a la del Neerlandia.

Ese acuerdo se recogió en el Tratado de Wisconsin, llamado así por el nombre del acorazado estadounidense donde se desarrollaron las conversaciones.

Tratado de Chinácota

Aunque mucho menos conocido que los dos anteriores, los combatientes de la Guerra de los Mil Días aún firmaron un tercer tratado relacionado con el conflicto: el Tratado de Chinácota, firmado el mismo día que el de Wisconsin.

Este acuerdo se centraba completamente en los enfrentamientos que aún se estaban produciendo en el departamento de Santander.

Referencias

  1. Colombia.com. Guerra de los mil días. Obtenido de colombia.com
  2. Semana. Mil días que marcaron un siglo. Obtenido de semanahistoria.com
  3. Córdoba Perozo, Jesús. La Guerra de los Mil Días: Colombia 1899 – 1902. Obtenido de queaprendemoshoy.com
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. The War of a Thousand Days. Obtenido de britannica.com
  5. Minster, Christopher. The Thousand Days’ War. Obtenido de thoughtco.com
  6. Global Security. War of a Thousand Days (1899-1902). Obtenido de globalsecurity.org
  7. Encyclopedia of Latin American History and Culture. War of the Thousand Days. Obtenido de encyclopedia.com
  8. Revolvy. Thousand Days’ War. Obtenido de revolvy.com