Aspecto más importante de la pequeña ciencia, gran ciencia y tecnociencia
Los aspectos más importantes de la pequeña ciencia, la gran ciencia y la tecnociencia son la orientación para crear objetivos a mayor escala, la participación del gobierno en grandes proyectos trascendentes y la aceleración en la producción de conocimiento científico, respectivamente.
Se denomina ciencia a una rama del saber humano constituida por conocimientos verificables y objetivos que son obtenidos a través de la observación y de la experimentación. Así mismo, la ciencia opera desde una estructura sistematizada.
Esta rama o forma de estudio posee muchas vertientes, ya que puede ser utilizada para el desarrollo de la medicina, la tecnología, la ingeniería, la química u otras disciplinas de corte objetivo y verificable.
Así mismo, mediante la evolución de los sistemas y de las herramientas, la ciencia se ha ramificado a su vez en otras tres categorías: la pequeña ciencia, la gran ciencia y la tecnociencia. A continuación se explica en qué consiste cada una de estas y cuál es su importancia en la actualidad.
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El término “pequeña ciencia” se utiliza para designar a los esfuerzos científicos de menor escala en cuanto al campo de investigación y de difusión dentro de la ciencia y la tecnología.
Generalmente, estos proyectos o esfuerzos son financiados por una sola persona o por un grupo pequeño de individuos; en muchos casos se trata de organizaciones pequeñas o fundaciones.
A esta categoría de investigación también se la conoce con el nombre de ciencia menor, ciencia de pequeño aporte o ciencia de pequeños pasos, ya que los aportes, investigaciones o reflexiones realizadas no requieren de demasiadas infraestructuras o recursos.
De hecho, para este tipo de práctica científica lo elemental es poseer recursos humanos; aparte de esto solo es necesaria una computadora, acceso a Internet y/o a algún telescopio; también puede requerir de un grupo reducido de productos químicos, tubos de ensayo y un archivador.
Aunque algunos consideran que el nombre de “ciencia menor” es un descalificativo, esto en realidad no quiere decir que las investigaciones o los proyectos realizados dentro de esta categoría no puedan producir experimentos notorios ni alcanzar la excelencia.
La importancia de la ciencia menor reside en el hecho de que en muchos casos ayuda a fomentar la extensión de los proyectos hacia un corte más macro, puesto que establece las orientaciones y los objetivos pertinentes para crear un estudio a mayor escala.
Además, la ciencia menor o pequeña ciencia es muy practicada por los universitarios, lo que permite desarrollar la creatividad y fomentar el trabajo en equipo.
Existen algunos proyectos de esta rama que han resultado muy exitosos posteriormente, como por ejemplo la teoría de Galois, la teoría especial de la relatividad y otros estudios realizados por aclamados personajes como Bill Gates o Steve Jobs.
También se le conoce como ciencia mayor o megaciencia. Con este concepto se busca describir una serie de cambios dentro de la investigación científica ocurridos en países industrializados durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, aunque también engloba las modificaciones ocurridas después de este evento histórico.
De hecho, a finales de la primera mitad del siglo XX el desarrollo científico se acrecentó notablemente, lo que permitió inaugurar otros proyectos a gran escala. Estos macroproyectos generalmente son financiados por el gobierno o por un grupo de países.
A diferencia de las investigaciones realizadas en la pequeña ciencia, los proyectos de la megaciencia requieren de equipos y materiales muy avanzados y de complejas instalaciones.
Un ejemplo de proyecto realizado por la megaciencia es el llamado “Gran colisionador de hadrones” (acelerador de partículas), cuyos costes superan los 10.000 millones de dólares.
En muchas ocasiones se han criticado los objetivos de la megaciencia o ciencia mayor, puesto que en la mayoría de los casos estas investigaciones o proyectos han sido financiados con la finalidad de fabricar armamentos de guerra.
Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial se llevaron a cabo la creación de la bomba atómica y la espoleta de proximidad.
Es indudable el vínculo que existe entre la tecnología, la guerra y la ciencia, ya que en más de una ocasión se han estudiado y desarrollado en conjunto.
No obstante, la megaciencia también ha permitido la realización de proyectos positivos que anteriormente parecían imposibles, como por ejemplo la creación de naves espaciales o los viajes a la Luna.
Se denomina tecnociencia a un proceso de producción de corte científico que se destaca por ser “hiper-tecnologizado”, ya que busca la aceleración de la producción de conocimientos tecnológicos con la finalidad de solucionar de forma inmediata un problema en específico.
En otras palabras, cuando se utiliza el término “tecnociencia” se está haciendo referencia al contexto social y tecnológico de la ciencia. Esta disciplina se destaca principalmente por afirmar que la tecnología y la ciencia no solo se encuentran vinculadas, sino que además evolucionan en conjunto.
Por consiguiente, el conocimiento científico necesita de la infraestructura tecnológica para avanzar y acrecentar su potencial.
Autores como Edward Burnett Tylor, fundador de la antropología moderna, afirman que una cultura o una civilización están constituida por todos aquellos conocimientos, costumbres, leyes y creencias que conforman su contexto; por lo tanto, la cultura se encuentra íntimamente vinculada con la tecnología y la ciencia.
Anteriormente la ciencia era considerada como una actividad intelectual que poco se relacionaba con la tecnología; sin embargo, con el paso de las décadas estas disciplinas se han ido complementando una a la otra. Debido a esta unión —que se ha ido intensificando— se creó el concepto de tecnociencia.
La tecnociencia es una disciplina muy importante en la actualidad ya que tiene como finalidad desarrollar a las sociedades a partir de innovaciones tecnológicas.
Por esta razón, la tecnociencia tiene un impacto muy contundente dentro de las comunidades; sin embargo, dicho impacto puede ser positivo o negativo, debido a que el resultado final de las innovaciones dependerá de la forma en la que las personas utilicen las nuevas herramientas o los nuevos avances.
La agrupación de la tecnología y de la ciencia ha sido utilizada para desarrollar estrategias políticas y económicas que en la mayoría de los casos mejora la economía y la calidad de vida de las personas. No obstante, en otras circunstancias esta combinación ha perjudicado al medio ambiente y ha alimentado los conflictos bélicos entre naciones.
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