Pablo Morillo y Morillo: biografía y carrera militar
Pablo Morillo y Morillo (1775-1837) fue un militar español, conde de Cartagena y Marqués de la Puerta, conocido como “el Pacificador” por su papel en la reconquista española durante las guerras hispanoamericanas de independencia.
En los años que sirvió a la Real Armada Española, combatió en las guerras revolucionarias francesas y participó en distintas batallas, entre las que destacan la de Trafalgar o la del Cabo de San Vicente.
Durante la Guerra de la Independencia Española estuvo a las órdenes del general Castaños, el cual pronto lo ascendió a teniente de infantería, tras demostrar Morillo su valentía en las batallas de Bailen y Vitoria.
Una vez terminada la guerra de la independencia, en 1814 Fernando VII lo nombró capitán general de Venezuela. Fue enviado como jefe a cargo de la expedición pacificadora para frenar la rebelión en las guerras de independencia de Venezuela y Nueva Granada.
Tras la toma de Cartagena de Indias, reconquistó el Virreinato de Nueva Granada para la corona española. Sin embargo, no pudo frenar la posterior reacción revolucionaria. Aunque en un principio aplicaba una política de indultos, más tarde condenó a muerte a los patriotas. Por ello, este periodo histórico se conoce como “régimen del terror”.
En Venezuela consiguió detener el avance hacia Caracas de Simón Bolívar, tras derrotarlo en la batalla de La Puerta. Con el Tratado de Armisticio y otro llamado Regularización de la Guerra de 1820 consiguió establecer una tregua.
A su regreso a España, durante el Trienio liberal, se unió a los absolutistas, aunque más tarde se pasó a los constitucionales. Perdió sus cargos y un tribunal de purificación lo juzgó, por lo que se vio obligado a refugiarse en Francia.
Más tarde, en 1832 volvió a hacerse cargo de la capitanía general de Galicia y participó en la guerra carlista contra los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón. Pero su salud ya estaba muy deteriorada y murió en Barèges, Francia, en 1837.
Índice del artículo
Pablo Morillo nació en Fuenteseca, Zamora el 5 de mayo 1775. Sus padres se llamaban Lorenzo y María, siendo una familia campesina y humilde. Aunque ejerció como pastor los primeros años de su vida, esto no fue un impedimento para que Morillo aprendiera a leer y a escribir.
Con la ayuda de un amigo de la familia, viajó hasta Salamanca para realizar sus estudios. Sin embargo, los abandonó pronto para alistarse como soldado en la infantería de Marina Real.
Su inteligencia y valentía le hicieron ascender con rapidez. Combatió y destacó en multitud de batallas, como las del sitio de Tolón, Trafalgar y San Vicente, por lo que no le costó mucho pasar de ser soldado a cabo y posteriormente a sargento.
Cuando tenía unos 20 años fue destinado a El Ferrol. Allí fue donde conoció y se casó por con Joaquina Rodríguez. Lamentablemente, ella falleció en 1805 cuando Morillo tenía 30 años y no llegaron a tener hijos.
Desde muy joven, Morillo mostró su interés por la vida militar. Por ello, en 1791 se alistó en el Cuerpo de Marina español.
En 1793 estuvo en diferentes batallas en la guerra contra la Francia revolucionaria. Participó en las batallas del sitio de Tolón, donde resultó herido y tuvo que retirarse del combate. También estuvo en el desembarco en la isla de San Pedro, en Cerdeña. En 1794, participó en el desembarco de Labrada y en el sitio del castillo de la Trinidad en Rosas.
Por otro lado, durante las batallas contra Inglaterra, destaca su participación en el combate naval del cabo San Vicente en 1797, a bordo del navío San Isidro. Cayó prisionero, pero fue liberado poco después. En octubre de ese año, ascendió a sargento segundo y lo destinaron a Cádiz, donde participó contra el ataque de Inglaterra de 1797.
En 1805, en la batalla de Trafalgar, resultó herido a bordo del navío San Ildefonso, que fue apresado por la flota de Nelson. Más tarde, Morillo pasó unos años en Cádiz a la espera de ser destinado a un barco superviviente.
Con la invasión de Napoleón, Pablo Morillo tuvo la oportunidad, al igual que otros jóvenes de la época, de seguir demostrando su valía y sus cualidades militares. En la Marina ya había alcanzado el máximo grado al que podía aspirar, que era el de cabo.
Por ello, renunció a su puesto en la Marina y, en junio de 1808, se alistó en el cuerpo de voluntarios de Llerena. Allí, gracias a su experiencia militar, fue nombrado subteniente. Un mes más tarde participó en la batalla de Bailén, concretamente el 19 de julio de 1808 a las órdenes del general Francisco Javier Castaños.
En enero de 1809, Morillo ascendió al grado de capitán en la Infantería de Voluntarios de España para apoyar el levantamiento en Galicia que lideraba el marqués de La Romana.
En Galicia estuvo a cargo de la resistencia contra las tropas napoleónicas. Además, intervino en el asalto de Vigo y venció a los franceses en Ponte Sampaio, Pontevedra y Santiago. Esto llevó a Morillo a ocupar los puestos más altos de la jerarquía militar. Tras estas victorias, formó el regimiento de La Unión y marchó hacia Castilla y Extremadura.
Más tarde, en 1813, se unió al ejército inglés de Arthur Wellesley, conocido como el duque de Wellington. Su valentía volvió a destacar en la batalla de Vitoria, por lo que fue nombrado Mariscal de campo. Durante esos años, se convirtió en uno de los militares más gloriosos de España.
En 1814, amenazados de nuevos por Napoleón, hubo que reforzar la línea de los Pirineos. Se enfrentó contra los franceses y se apoderó de sus posiciones, pero al final tuvo que abandonar ante la llegada de más enemigos.
Una vez que terminó la guerra de la Independencia en España y habiendo recuperado el trono Fernando VII, el 14 de agosto de 1814 recibió su nombramiento como capitán general de Venezuela.
Por su actuación en la lucha contra las tropas francesas, en 1815, Fernando VII le encargó a Morillo el mando de un ejército para ir a combatir a los rebeldes en América.
Con la misión de calmar las revueltas en las colonias americanas, zarpó con una flota de 18 buques de guerra y 42 cargueros, desembarcando en Carupano e Isla Margarita. En una campaña militar para luchar contra los ejércitos revolucionarios de Simón Bolívar, también viajó a Caracas, La Guaira, Puerto Cabello, Santa Marta y Cartagena de Indias.
En Cartagena de indias se había proclamado la independencia de la corona española. Por lo que el 22 de agosto de 1815, Morillo rodeó la ciudad de Cartagena y la puso bajo asedio, hasta que el Real Ejército de España entró en la ciudad. Con el control de Cartagena, Morillo regresó a Venezuela para continuar la lucha contra los revolucionarios.
Esta época se conoce como “Régimen del terror”, dado que Morillo aplicó políticas severas, quemó y expropió propiedades y condenó a muerte a los rebeldes.
En 1819, fue derrotado por Simón Bolívar en Bocayá y en junio de 1820, Morillo, bajo mandato real, ordenó que todos en las colonias obedecieran la Constitución de Cádiz y envió delegados para negociar con Bolívar y sus seguidores. Bolívar y Morillo se reunieron en la ciudad de Santa Ana y firmaron un armisticio de seis meses y otro llamado Regularización de la Guerra.
A su regreso a España escribió sus Memorias relativas a los principales acontecimientos de las campañas de América. Este texto fue una respuesta a las acusaciones que había recibido por la crueldad ejercida en América.
Cuando Morillo regresó a España, durante el Trienio Liberal, se mostró primero partidario de los constitucionalistas. Durante este tiempo, Quiroga y los sublevados lo intentaron asesinar en varias ocasiones.
Sin embargo, después se cambió al bando de los absolutistas. Fue nombrado capitán general de la Nueva Castilla y, en 1823 combatió contra la invasión francesa de Louis Antoine, duque de Angulema. Morillo fue derrotado.
Cuando el rey Fernando VII restauró el régimen absoluto y volvió al trono en 1823, fue sentenciado por un tribunal de purificación y perdió muchos de sus cargos. Por lo que más tarde se refugió en Francia.
En 1824 se exilió en Francia, de donde no regresó hasta 1832, cuando fue nombrado capitán general de Galicia. Al frente de los liberales, asumió los poderes judiciales y administrativos.
Participó en algunas operaciones militares durante las guerras carlistas en apoyo de la reina regente Cristina. También estuvo en la Primera Guerra Carlista en contra de los defensores de Carlos María Isidro de Borbón, pero tuvo que retirarse pronto por problemas de salud.
En 1834, publicó un mandato en el que se prometía el indulto absoluto a los partidarios del carlismo si estos se rendían. Sin embargo, al no obtener la respuesta que él esperaba, dio la orden de ataque a Sanjuanena, donde se persiguió a muchos personajes públicos considerados carlistas.
En 1836, pidió permiso a la reina para retirarse a Francia y ser tratado por sus problemas de salud. Sin embargo, a pesar del cambio de aires, su estado empeoró. Murió en Barèges, Francia, el 27 de julio de 1837, dejando tras de sí multitud de títulos y condecoraciones, así como ciento ciencuenta acciones de guerra.
- Morillo, Pablo (1778-1837). (2019). Tomado de datos.bne.es
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- Pablo Morillo – Enciclopedia | Banrepcultural.(2019). Tomado de enciclopedia.banrepcultural.org
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