Biografías de personajes históricos

Eugenio Espejo: biografía, aportes y obras


Eugenio Espejo (1747-1795) fue un escritor, abogado y médico ecuatoriano, especialmente conocido por comenzar el movimiento de independencia en Quito. Su nombre completo fue Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo.

Nació en Quito el 21 de febrero de 1747 y sus padres fueron Luis Chuzig, un indígena quechua; y María Catalina Aldás, una mulata proveniente de una esclava liberta. También tuvo una hermana, Manuela Espejo, quien igualmente fue una destacada periodista, feminista, enfermera y revolucionaria.

El origen de la familia se caracterizó por su mestizaje y ello se demostró con el uso de los nombres. El apellido “Espejo” fue utilizado posteriormente por su padre y el nombre “Santa Cruz” lo adoptaron de su creencia religiosa. Sin embargo, el pensamiento popular afirma que apellido real de Espejo es un secreto.

La utilización de dichos apellidos fue la puerta de entrada que sus padres tomaron para poder inscribirlo en uno de los colegios más importantes de Quito: el colegio de San Luis.

Biografía

Primeros años

Los orígenes humildes de Espejo lo llevaron a desarrollar su infancia y adolescencia dentro del ambiente del Hospital de la Misericordia de Quito.

Con la edad de 15 años, se graduó como bachiller y profesor de filosofía en el colegio jesuita de San Gregorio, para seguidamente doctorarse en Medicina en la Universidad de Santo Tomás en el año 1767.

Estudios

Durante sus estudios se vio dificultado por médicos miembros del Hospital de la Caridad de Quito, quienes le exigieron –fuera de las leyes– que probara sus conocimientos de anatomía en latín, lo cual aprobó satisfactoriamente. Sin embargo, debió cumplir un año de práctica hospitalaria hasta 1772, cuando se declaró apto para “curar enfermos”.

Debido a sus variados gustos intelectuales, tres años después de graduarse en medicina, en 1770 se tituló en derecho civil y canónico.

Labor profesional

Sus ideas intelectuales, críticas e innovadoras lo consagraron como uno de los hombres más importantes de su época en Ecuador y eso lo demostró con sus diversos roles en la sociedad como periodista, profesor, abogado y médico.

También se destacó siendo el primer administrador de la biblioteca pública de Quito, labor por la cual no obtuvo ninguna ganancia monetaria.

En su rol como periodista, Espejo fue editor del diario Primicias de la cultura de Quito, que se imprimió el 5 de enero de 1792 por primera vez y funcionó como una vitrina de ideales reformadores que pusieron en discusión la rutina de la sociedad quiteña. También defendió los derechos del hombre, la libertad y la democracia.

Con dichas premisas, Espejo fundó la Escuela de la Concordia, o también conocida como la Sociedad Patriótica de Amigos del País, una junta que estuvo conformada por personajes ilustres y nacionalistas de Quito, quienes defendían y debatían temas políticos y sociales.

Aportes

Medicina

En cada campo en el que incursionó este quiteño se destacó por sus aportes y la medicina no fue la excepción. En sus investigaciones científicas analizó las epidemias que constantemente afectaban a los ciudadanos en las calles de la ciudad.

La creencia del momento era que el aire enfermaba a las personas. Este punto, Espejo lo investigó a profundidad y analizó que aquellos que asistían a eventos sociales y religiosos eran más propensos a enfermarse que quienes permanecían encerrados, como por ejemplo, las monjas.

Así, concluyó que los virus son generados por microorganismos que se transmiten de una persona a otra por medio del contacto físico. Por otro lado, también descubrió que los corpúsculos eran emanados desde la insalubridad existente en la ciudad, algo muy común para la época.

En 1785 publicó los resultados de su investigación en el escrito Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas, en el que cuestionó la higiene del ambiente quiteño –atribuida a problemas sociales y culturales– y criticó la formación que recibían los médicos y sacerdotes que estaban en la dirección del hospital de Quito.

Ochenta años después de la publicación de la obra, el científico francés Louis Pasteur hizo el mismo estudio con respecto a los microorganismos y la proliferación de los virus.

Escritura

En su faceta de escritor, Espejo fue un fiel comunicador de sus ideales nacionalistas, defensor de la libertad, la justicia y los derechos humanos, y crítico de la sociedad ecuatoriana del siglo XVIII que se encontraba bajo el dominio español.

Su estilo de escritura se caracterizó por ser irónico y satírico, lo cual resultó polémico en una época en la que imperaba la esclavitud, la pobreza y las estrictas normas religiosas. Fue por esto por lo que el pensamiento de Espejo poco a poco se fue radicalizando.

Fue así como se convirtió en uno de los precursores de los ideales independentistas, el promotor de un movimiento igualitario entre razas –indígenas y criollos– y defensor de las leyes de protección para la mujer.

Como consecuencia, estos pensamientos le trajeron serios conflictos con los mandatarios coloniales, quienes consideraban peligrosas sus opiniones.

Por ello, en 1783 lo enviaron a ejercer la medicina en Perú pero permaneció en Riobamba, Ecuador, por órdenes de los curas de esa ciudad, donde era necesaria la defensa de los indígenas antes los abusos de las autoridades.

Obras

Los textos de Espejos fueron de temáticas tan variadas como sus intereses, pues cubrió tópicos de literatura, ciencias y política.

Para algunas obras, utilizó el seudónimo de Don Javier de Cía, Apéstigui y Perochena; tal es el caso de El nuevo Luciano de Quito o despertador de los ingenios quiteños, una obra conformada por nueve diálogos que critica la cultura, inspecciona la educación y rechaza la falta de pensamiento de Quito.

A pesar de la crudeza del texto, y si bien no le faltaron ataques y controversias, fue aplaudido por otros intelectuales e incluso por miembros eclesiásticos.

El retrato de la Golilla fue otra obra auténtica de Espejo, caracterizada por la sátira y la crítica hacia el rey Carlos III y José Gálvez, ministro colonial de las Indias.

Por otro lado, y con un tono más político, publicó en Bogotá la obra Discurso, en la que desarrolló asuntos sobre una sociedad patriótica en Quito.

Además, otras de sus obras fueron:

Porcio Cantón o Memorias para la impugnación del nuevo Luciano de Quito (1780).

Memorias sobre el corte de quinas (1792).

Voto de un ministro togado de la Audiencia de Quito.

Cartas teológicas (1780).

Cartas riobambenses (1787).

“El Indio” perseguido

Conocido por algunos como “El Indio” o “El Sabio”, Espejo fue considerado un líder ecuatoriano que luchó en contra de los ideales represivos de la colonización española de la época, motivo por el cual fue perseguido constantemente. En los últimos años de su vida fue encarcelado por conspiración.

Eugenio Espejo falleció el 27 de diciembre de 1795, cuando tenía 48 años, por sufrir disentería, una dolencia que afecta el colon y que, por las condiciones de la época, solía ser mortal.