Lengua y literatura

Función poética del lenguaje: qué es, características, ejemplos


¿Qué es la función poética del lenguaje?

La función poética del lenguaje es la que se caracteriza por utilizar la lengua literaria, centrada en la manera en que se transmite un mensaje. Con esta función podemos proporcionarle belleza o, mejor dicho, valor estético a nuestras palabras. La diferencia entre belleza y estética es importante, pronto veremos por qué.

Pongamos un ejemplo. Si, para captar la atención de alguien, digo: “Es una mañana lluviosa”, lo más probable es que mi interlocutor confirme mi observación y la complemente con una propia.

En cambio, si digo: “Llora el cielo desconsoladamente bajo su capote gris”, muy probablemente no reciba respuesta alguna.

Y no solo por la extrañeza que experimentará mi interlocutor, sino también porque, aunque no tenga conocimientos de lingüística, intuitivamente comprenderá que quien así habla no está realmente interesado en comunicar su observación, sino en llamar la atención sobre la forma misma en que habla.

¿Para qué sirve la función poética?

Es una función autotélica

El objetivo de la función poética consiste en subrayar o poner de relieve la forma misma en que está presentado el mensaje. Dicho con el lenguaje de los lingüistas, es una función autotélica.

Esta extraña palabra, de origen griego, puede dividirse en dos partes: auto, que significa sobre sí mismo, y thelos, quiere decir finalidad u objetivo. Esto quiere decir que la función poética es aquella en la cual la finalidad del mensaje (entendido como forma, no como contenido) es el mensaje mismo.

Todos los textos literarios (novela, cuento, drama, poesía, ensayo), pero especialmente los que pertenecen a la poesía, están construidos atendiendo a la función poética.

Transmite belleza y valor estético

Ahora bien: esto no siempre se traduce en un lenguaje que se distinga por su belleza. Unos versos del gran poeta español Antonio Machado dicen:

Anoche cuando dormía

soñé ¡bendita ilusión!

que una fontana fluía

dentro de mi corazón.

Al leerlos, sin duda nos conmueven su belleza y sincero y hondo sentimiento. Pero ¿qué sentimos al leer este fragmento de un artículo de prensa del escritor español Pérez Reverte?

Pues nada. Que llega el domingo, y la noche anterior he amarrado junto al Tío Nico y frente al Pasión después de andar allá adentro tres o cuatro días…, sin leer un periódico, ni oír la radio, ni ver al padre Apeles en la tele ni ver la tele misma, o sea, marciano total. Y aterrizo el domingo, como digo…, y arrancho la camareta y también le doy un manguerazo a la cubierta. Y luego me lo doy yo, que llevo mugre y sal hasta en el DNI, y me afeito el careto, donde, por cierto, cada vez tengo más canas en la barba.

Aunque no es bello, sí es gracioso; nos captura, nos saca una sonrisa, nos entretiene. ¿Por qué? ¿Son muy interesantes y convincentes las ideas que nos propone en su artículo? No, es por la forma en que nos habla, por la forma en que escribe.

Este texto de Pérez Reverte también está bajo la marca de la función poética, y por eso, al igual que el poema de Machado, tiene valor estético. Sin embargo, al contrario que los versos del bardo sevillano, tiene escasa belleza.

Las funciones del lenguaje

A través del lenguaje podemos expresar nuestros pensamientos, emociones y opiniones; podemos tratar de convencer a nuestros amigos de que nuestras opiniones son las más correctas y de que tenemos la razón. También podemos, por medio de un saludo convencional, captar la atención de una persona que nos interesa.

Si leemos una oración mal redactada, podemos explicar en términos gramaticales en qué consiste el error y cuál es la forma correcta, porque el lenguaje sirve hasta para hablar del lenguaje mismo.

Se pueden hacer muchas cosas por medio del lenguaje. Y cada una de estas cosas que podemos hacer recibe el nombre de función. Precisamente la función poética es una de las seis funciones del lenguaje.

Características de la función poética del lenguaje

1. Proporciona belleza y/o valor estético al lenguaje.

2. Es autotélica, es decir, el mensaje encuentra su finalidad en sí mismo, en su propia estructura formal, y no en la eficacia comunicativa.

3. Desde el punto de vista comunicativo, la función poética es ineficiente, pues produce mensajes que pueden ser razonablemente interpretados de varias maneras diversas.

4. Aunque en su nombre haga mención explícita a la poesía, la verdad es que la función poética puede aparecer igualmente en artículos de prensa (Larra, Azorín), en ensayos literarios (como los de Unamuno, Picón Salas, Fernando Savater, etc.), en novelas (Gabriel Miró, Herman Hesse), en comedias teatrales (todo el teatro del Siglo de Oro) y en canciones (como los poemas de Henrich Heine musicalizados por Schubert o las letras de Bob Dylan).

5. Emplea abundantemente las figuras literarias o retóricas, como la metáfora.

Importancia de la función poética del lenguaje

La función poética del lenguaje es la base sobre la cual se levanta el vasto edificio de la literatura universal. Sin ella, no existiría la poesía, ni las leyendas y mitos, ni los cuentos, ni las novelas. Tampoco disfrutaríamos de dramas o comedias teatrales.

Más aún, no existirían los refranes, las adivinanzas, los retruécanos, las canciones ni los piropos callejeros. El asunto llegaría incluso a afectar a la economía, pues tampoco sería posible inventar eslóganes publicitarios.

Sin la función poética del lenguaje, definitivamente la humanidad perdería uno de sus más valiosos bienes espirituales.

Ejemplos de la función poética del lenguaje

1) Una ciudad y un balcón

Entremos en la catedral; flamante, blanca, acabada de hacer está. En un ángulo, junto a la capilla en que se venera la Virgen de la Quinta Angustia, se halla la puertecilla del campanario. Subamos a la torre; desde lo alto se divisa la ciudad toda y la campiña. Tenemos un maravilloso, mágico catalejo: descubriremos con él hasta los detalles más diminutos. 

Azorín

2) Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca

pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al colérico Poseidón,

seres tales jamás hallarás en tu camino,

si tu pensar es elevado, si selecta

es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.

Ni a los lestrigones ni a los cíclopes

ni al salvaje Poseidón encontrarás,

si no los llevas dentro de tu alma,

si no los yergue tu alma ante ti.

Konstantino Kavafis

3) Haikú

Lirio púrpura,

te miro y crece en mí

este poema.

Matsuo Basho