Psicología

Liderazgo formal: qué es, características, ventajas, ejemplos


¿Qué es el liderazgo formal?

El liderazgo formal es una forma de dirigir un equipo en el que la persona responsable del mismo es designada de forma oficial. Se da en todas aquellas situaciones en las que un individuo tiene una posición de poder dentro de un grupo. Por ejemplo, en el caso de un maestro de escuela o el presidente de una compañía.

Un líder formal puede adoptar cualquier tipo de liderazgo para llevar a cabo su labor. La única característica necesaria para saber si el liderazgo es formal o no, es que su posición de poder no haya surgido de manera espontánea.

El opuesto a esta forma de dirección de equipos es el liderazgo informal. Este se da cuando una persona adquiere cierto poder dentro de un grupo sin tener realmente una posición reconocida. A menudo, los equipos tienen tanto un líder formal como otro informal, lo que puede dar lugar a muchos conflictos.

Características del liderazgo formal

– La característica que define a los líderes formales es que su control sobre un grupo ha sido establecido de manera externa. Estos dirigentes forman parte de la jerarquía explícita del entorno en el que se mueven.

– A menudo, alcanzan su posición en función de sus títulos, experiencias previas o capacidades laborales. Suelen aparecer en entornos estructurados, como en el caso de empresas, asociaciones o equipos de trabajo. 

– Su posición explícita de poder les confiere el control sobre sus subordinados. En una empresa, por ejemplo, el CEO puede despedir a alguien que no se comporte como él quiere, o un profesor de instituto, otro ejemplo de este tipo de liderazgo, puede expulsar a uno de sus alumnos.

– Existe una jerarquía explícita. Por lo tanto, en la mayoría de ocasiones se suele generar cierta distancia entre el dirigente y sus subordinados: estos no pueden llegar a conectar de forma demasiado cercana, algo que sí ocurre en el caso del liderazgo natural.

Ventajas y desventajas del liderazgo formal

Ventajas

El liderazgo formal cuenta con ciertos puntos a su favor, que hacen que sea más útil en ciertas situaciones que las formas de dirección espontánea. 

Control sobre los subordinados

El poder de los líderes formales viene impuesto de forma externa, por lo que tienen la capacidad de hacer que los miembros de su equipo sigan la dirección que ellos les marcan.

Esto puede ser una gran ventaja en ciertas situaciones, en las que los empleados no conocen demasiado bien una materia en la que el dirigente es experto.

Sencillez a la hora de dirigir

Los líderes formales no tienen por qué ser demasiado expertos a la hora de dirigir equipos. Generalmente, tan solo necesitan tener conocimientos amplios sobre el campo en el que están trabajando.

La obediencia de sus subordinados se producirá debido a la jerarquía, y no por la personalidad del dirigente.

Mayor facilidad para alcanzar objetivos

Los líderes formales normalmente tienen un grado muy alto de control sobre las actividades de sus subordinados. Debido a ello, los equipos que cuentan con esta figura consiguen alcanzar los objetivos que se proponen de manera más sencilla que aquellos que no los tienen.

Desventajas

Desmotivación

La mayoría de personas no responden demasiado bien cuando se les impone lo que deben hacer de manera externa. Por eso, aunque contar con un líder formal pueda ayudar a los objetivos de un equipo o empresa, también puede hacer que los empleados tengan un estado de ánimo mucho más negativo.

Mayor probabilidad de tiranía

Aunque esto no ocurre siempre, muchos líderes formales se centran demasiado en el poder que tienen sobre su equipo, y esperan que los demás les obedezcan sin rechistar o hacer preguntas.

Esto puede llegar a generar un gran malestar en un grupo de trabajo, además de todo tipo de conflictos internos.

Falta de comunicación

Por último, la existencia de una jerarquía explícita normalmente provoca que en los grupos con liderazgo formal se cree un distanciamiento entre el dirigente y los subordinados.

Debido a ello, pueden aparecer problemas que el líder no se molesta en resolver, debido a que es incapaz de comprenderlos.

Diferencias entre liderazgo formal y liderazgo natural

La forma de liderazgo opuesta a la formal es la conocida como informal o natural. En las situaciones en las que se da, una persona consigue el poder dentro de un grupo, no como consecuencia de una jerarquía impuesta de manera externa, sino por sus propias características personales.

Los líderes naturales tienden a ser más carismáticos, generan una mayor conexión entre los miembros del equipo, y fomentan la motivación y la comunicación. Sin embargo, pueden no ser tan efectivos a la hora de cumplir con objetivos concretos, por lo que no son adecuados para todas las situaciones.

Es importante señalar que, aunque esto no es común, un líder formal puede tener las características que hagan que sea también un dirigente natural.

En estos casos, el equipo cuenta con lo mejor de ambos mundos: una persona capaz de hacer cumplir los objetivos propuestos, pero que entiende a los empleados y puede comunicarse con ellos de manera efectiva.

Ejemplos de liderazgo formal

– El presidente de una empresa u organización.

– Un maestro de escuela.

– El director de un colegio, instituto o universidad.

– El presidente de un país.

– El jefe del departamento de comunicación de una empresa.

– El capitán designado de un equipo de fútbol.

Referencias

  1. Best Leadership: Formal vs. Informal Leaders. Recuperado de toughnickel.com.
  2. A Comparative Analysis of Formal Vs. Informal Leading. Recuperado de smallbusiness.chron.com.