Filosofía

Imperativo categórico kantiano: qué es, origen, formulación, críticas


¿Qué es el imperativo categórico?

El imperativo categórico de la ética de Kant es un principio ético que pretende ser un mandamiento autónomo, independiente de cualquier religión e ideología, autosuficiente, universal y capaz de tutelar el comportamiento humano.

Fue propuesto por primera vez por Immanuel Kant en su libro Fundamentación de la metafísica de las costumbres, publicado en 1785. En él sostiene que la fundamentación del principio imperativo categórico está implícito en las prácticas y razonamientos morales de todos los individuos, y por medio de este se podrán identificar consiguientemente los deberes morales de manera incondicional.

Es esencialmente un principio propio del libre albedrío y la autonomía de la voluntad, es decir, como voluntades libres debemos regirnos por este principio. Nos propone actuar de acuerdo a las “máximas” (normas morales que determinan lo que debe o no hacerse) que personalmente podamos querer que sean leyes universales.

Las máximas son las razones por las que alguien actúa y toma decisiones de acuerdo a la moral, pero el rol del imperativo categórico es ayudarnos a determinar si esos motivos que nos impulsan a actuar o decidir son buenos o malos. Se basan en la racionalidad, no en ninguna autoridad divina.

Se debe tener en cuenta que al hablar de imperativos morales (órdenes, deseos, imposiciones), específicamente de carácter “categórico”, los mismos deben ser afirmados o negados en su totalidad, no pueden existir condiciones ni términos medios, o se aceptan tal como son o no se aceptan. El objeto o finalidad del imperativo debe tener un fin en sí mismo.

Las normas racionales pueden establecerse de dos maneras:

  • La primera establece una conducta necesaria para alcanzar un fin determinado, y aquí encontramos la forma del imperativo hipotético.
  • Por el otro lado, encontramos la prescripción de una conducta necesaria establecida como absoluta e incondicional, que es el imperativo categórico.

Origen del concepto

Según Kant, las bases de la moralidad humana se sustentan sobre la racionalidad propia y no en una autoridad divina. A partir de esto se derivan las demás obligaciones humanas.

Este precepto promueve y asegura que el ser humano debe ser capaz de determinar las máximas morales que se deben seguir categóricamente, con independencia de cualquier religión o ideología.

Mediante el imperativo categórico se establecen exigencias incondicionales, contrapuestas al imperativo hipotético, que hace exigencias condicionales.

Formulaciones del imperativo categórico de Kant

Kant estableció cinco formulaciones referentes al imperativo categórico, complementarias y no alternativas, es decir, se vinculan y enlazan entre sí para formar un sistema moral consistente.

Fórmula de ley universal: “Obra solo de acuerdo con la máxima por la cual puedas al mismo tiempo querer que se convierta en ley universal”.

Fórmula de la ley de la naturaleza: “Obra como si la máxima de tu acción debiera convertirse por tu voluntad en ley universal de la naturaleza”.

Fórmula del fin en sí mismo: “Obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu propia persona como en la persona de cualquier otro, siempre a la vez como un fin, nunca simplemente como un medio”.

Fórmula de la autonomía: “Obra de tal modo que tu voluntad pueda considerarse a sí misma como construyendo una ley universal por medio de su máxima”.

Fórmula del reino de los fines: “Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines”.

Tras conocer las formulaciones que expone Kant, se puede concluir que este imperativo no se encuentra ajustado a las acciones, sino más bien a las “máximas” que llevan al individuo a ejecutar dichas acciones.

Por lo tanto, de acuerdo a este principio, nuestras acciones deben estar ajustadas a máximas morales, que serán las guías que determinarán lo que quisiéramos para el mundo.

Universalidad, libertad, deber y buena voluntad

Los imperativos categóricos llevan consigo dos posibilidades: debo cumplir con determinada máxima moral o no. Siempre deben provenir de la buena voluntad, su fin es el obrar bien y en pro de una mejor sociedad, y convertirse en ley universal o de la naturaleza.

Los imperativos categóricos se siguen porque es nuestro deber actuar de ese modo, es autoimpuesto desde nuestra racionalidad y no por medio de alguna instancia externa.

Actuar por deber es hacerlo de tal manera que nuestras acciones expresen el verdadero valor de la humanidad, somos libres de decidir qué es lo que queremos y según este principio nuestros actos deben ser buenos de manera incondicional y genuina.

Para que este principio se practique, la voluntad de cumplir con alguna máxima debe estar ya presente en el individuo, con motivos ajenos al imperativo, y este solo será una guía que estipula los medios para conseguirlos.

Críticas hacia la ética de Kant y el imperativo categórico

Formalismo

Es la acusación más común, argumentada por Hegel, J.S. Mill y muchos otros autores contemporáneos, que concuerdan que el imperativo categórico es trivial y un formalismo que no identifica principios de deber.

El hecho de que Kant proponga la exigencia de máximas universales quiere denotar que nuestros principios fundamentales serán genéricos y adaptables a toda la humanidad, y no hay nada más alejado de la realidad.

La cultura y muchos otros aspectos influyen en la determinación de las máximas morales de conducta, además de muchos otros planteamientos que niegan la posibilidad de aplicación de este principio.

Rigorismo

Es una crítica referida a la propuesta de normas estrictas e insensibles.

Abstracción

Los críticos argumentan que los principios éticos de Kant son demasiado abstractos como para orientar alguna acción y, por lo tanto, su teoría no se puede aplicar como guía.

Como los principios son abstractos, no proporcionan instrucciones útiles y viables para poder ser cumplidos, porque Kant alegaba que la aplicación de los principios a determinados casos debe suponer juicio y deliberación.

No existe una forma automática de definir qué acciones se deben o no realizar y esta forma abstracta fue establecida por Kant con el fin de que el individuo fuera capaz de guiar sus decisiones sin limitaciones colaterales o reglas preestablecidas.

Fundamentos de obligación contradictorios

Esta crítica se fundamente en que, de acuerdo a diversos autores, la ética de Kant contiene una serie de principios que pueden llegar a entrar en conflicto.

Dentro de sus teorías no encontramos negociaciones o procedimientos que solucionen los casos de contradicción entre algunos principios y obligaciones relevantes.

La posible solución es encontrar una vía por medio de la que se pueda realizar una acción que satisfaga todas las limitaciones, pero hay casos donde no se puede encontrar un consenso. Allí está el problema y la base crítica de los fundamentos múltiples de la obligación.

Lugar de las inclinaciones

Kant exige actuar de acuerdo al deber, pero no de acuerdo a la inclinación personal, y esto puede generar cuestiones difíciles porque tal vez no sea una acción moralmente valiosa.

Falta de explicación de la mala acción

Es contemplada la libertad y autonomía en su totalidad, pero no explica la acción libre e imputable pero mala.

Referencias

  1. Bowie, N. (2015). A Kantian approach to business ethics. Tomado de stakeholder.blogs.bucknell.edu.
  2. Galisteo, E. (2013). Imperativo Categórico de Kant. Tomado de laguia2000.com.