Niños salvajes: qué son y 11 casos sorprendentes
¿Qué son los niños salvajes?
Los niños salvajes son niños que han pasado una gran parte de su infancia alejados de la sociedad debido a que se perdieron o se quedaron huérfanos. Normalmente no tienen contacto humano desde muy pequeños, y tampoco han escuchado ningún lenguaje.
Algunos niños salvajes han sido confinados por la gente, y en algunos casos este abandono era debido al rechazo de los padres por el retraso intelectual o físico de un niño.
Estos niños pueden haber experimentado abuso severo o traumas antes de ser abandonados o huir. Son a menudo temas del folklore y de leyendas, típicamente retratados como criados por animales.
Casos reales de niños salvajes
1. Vicente Caucau
Este niño se encontró en el sur de Chile en 1948 y dicen que fue criado por pumas. Lo encontraron cuando los lugareños de Puerto Varas se percataron de que faltaba comida en sus despensas, gallinas y huevos en los gallineros.
Vieron a un niño de 10 años que caminaba a cuatro patas y cubierto de pelo, lo que causó gran sorpresa porque nadie entendía cómo había sobrevivido en esas condiciones. El pequeño gruñía, mordía y arañaba como si fuera un animal, por lo que lo metieron en la cárcel.
Más adelante fue acogido por un hospital religioso, donde el psiquiatra Armando Roa se ocupó del niño. Le enseñaron a decir algunas palabras y cambiaron sus hábitos alimenticios.
Después de un tiempo, una especialista en lenguaje terminó adoptándolo. Desarrolló una vida feliz y consiguió adaptarse al mundo, muriendo a los 74 años.
2. Marcos Rodríguez Pantoja
Este español vivió con los lobos durante 12 años. Cuando era pequeño, la madre de Marcos murió y su padre se casó con otra mujer. A los 7 años, y después de haber pasado por malos tratos, vendieron al pequeño a un cabrero con el que vivió en una cueva.
Este señor murió, y Marcos quedó completamente solo, sin tener ningún contacto con humanos. En 1965 la Guardia Civil lo encontró y fue internado en un hospital de Madrid, donde le educaron y le enseñaron el idioma.
Este caso fue estudiado por el escritor y antropólogo Gabriel Janer Manila, que llegó a la conclusión que Marcos había sobrevivido por su brillante inteligencia y por las capacidades de adaptación que ya había adquirido cuando era maltratado por su padre. El niño fue capaz de aprender los ruidos de los animales, y podía comunicarse con ellos.
3. Oxana Malaya
Es una niña ucraniana que vivió con perros. Oxana vivía en un ambiente pobre, sus padres eran alcohólicos y no la cuidaban, y desde pequeña vivió en una caseta que había detrás de su casa, con perros.
Cuando la descubrieron, en 1991, tenía 8 años y llevaba 6 viviendo con los animales, por eso se comportaba como ellos: caminaba a cuatro patas, gruñía, ladraba y no sabía hablar. Además, se comprobó que había desarrollado por encima de lo normal la visión, la audición y el olfato.
Fue muy complicado que adquiriera las habilidades emocionales y sociales necesarias para relacionarse, aunque desde los 13 años trabaja de granjera y vive en la clínica Baraboy de Odesa. Pudo aprender el habla y a andar erguida, pero sigue manifestando un claro retraso mental.
4. John Ssabunnya
Lo encontró en Uganda en 1991 una joven llamada Milly, cuando se adentró en la selva a buscar leña. Se sorprendió al ver un niño pequeño buscando comida con una colonia de monos (Chlorocebus sabaeus), y fue al pueblo a pedir ayuda para rescatar al pequeño, que se resistía.
Presentaba desnutrición, tenía las rodillas gastadas de desplazarse con ellas, las uñas muy largas, trepaba árboles con gran agilidad y no sabía comunicarse con humanos.
Se cree que el niño huyó de la casa cuando tenía 2 o 3 años al ver a su padre matar a su madre brutalmente, pasando 3 años conviviendo con los monos. Los monos le enseñaron a sobrevivir en la selva y fue uno más de la colonia.
Fue internado en un orfanato religioso donde le enseñaron a hablar, caminar y a comer correctamente. Incluso entró en el coro y aprendió a tocar la guitarra.
5. Andrei Tolstyk
Lo encontraron en Siberia cuando tenía 7 años, y parece haber sido criado por un perro desde muy pequeño.
La madre de Andrei se marchó de casa cuando este era un bebé y lo dejó al cuidado de su padre, que era alcohólico e ignoraba al pequeño. Según los médicos, el niño nació con problemas de lenguaje y de audición, y por ello los padres no se esforzaron en cuidarlo.
Andrei acabó pasando sus días junto al perro guardián de la familia, que le ayudó a sobrevivir.
Lo encontraron unos trabajadores sociales extrañados, que se preguntaban por qué ese niño no estaba inscrito en ninguna escuela. Cuando lo llevaron al orfanato, el pequeño tenía miedo de la gente, era agresivo, no hablaba y se comportaba como un perro, gruñendo y olfateando la comida.
Sin embargo, los profesionales lograron educarle, y dos semanas después caminó erguido, comenzó a comer con cubiertos, hacer la cama o jugar a la pelota.
6. Natasha Lozhkin
Esta niña de Chita (Siberia) fue tratada por su familia como una mascota, permaneciendo encerrada en malas condiciones en un cuarto lleno de perros y gatos.
Cuando se descubrió en 2006, la niña tenía 5 años y se sospecha que pasó toda su vida de esa forma. Se comportaba como un animal: bebía con la lengua, ladraba, se desplazaba a cuatro patas, estaba totalmente sucia y saltaba encima de la gente como si fuera un perro.
La niña se alimentaba de la comida que su familia colocaba detrás de una puerta, junto con los demás animales, y con 5 años tenía la apariencia de una niña de 2.
Sus padres fueron detenidos por negligencia, ya que jamás la dejaban salir. De hecho, los vecinos no sabían que existía, aunque se percataron de que algo raro pasaba por el hedor que salía del piso, y llamaron a la policía.
La pequeña ha estado en observación en un centro de rehabilitación social y los profesionales intentan su recuperación.
7. Rochom P’ngieng
Nació en 1979 en Camboya y se perdió en la selva cuando tenía 9 años, volviéndose a saber de ella en 2007, cuando la encontraron intentando robar alimentos en una aldea.
Según se cree, se perdió en el bosque de Camboya y aún continúa el misterio de cómo pudo sobrevivir tantos años allí. Algunos creen que las criaturas salvajes la criaron, mientras que otros creen que pasó periodos en cautiverio por unas marcas que se encontraron en sus muñecas, como si hubiera estado atada.
Fue muy complicada adaptarla a la civilización, de hecho, sigue sin hablar, manifiesta una pérdida auditiva adquirida y se niega a vestirse o a comer.
Lograron encontrar a su familia, que actualmente la cuida y se ven obligados a encerrarla, pues intenta escaparse, y sigue comportándose de forma salvaje.
8. Víctor de Aveyron
Es el niño salvaje más famoso y el caso más documentado de todos los tiempos. Causó un gran impacto intelectual y social, y los filósofos vieron en Víctor la oportunidad de resolver misterios sobre la naturaleza humana, como qué cualidades humanas son innatas o adquiridas o cómo se puede suplir la carencia de contacto social en la infancia temprana.
El pequeño Víctor fue encontrado desnudo y lleno de cicatrices por 3 cazadores en el bosque de Caune, en 1800. A pesar de su corta estatura, parecía tener unos 12 años, y ya algunos lo habían visto antes corriendo a cuatro patas, buscando bellotas y raíces para alimentarse y trepando árboles.
Intentaron capturarlo, pero se escapaba, se negaba a llevar ropa y tenía resistencia inusual al frío y al calor.
Nunca se supo la historia de cómo y por qué fue abandonado, pero se piensa que pasó prácticamente toda su vida en el bosque.
Ingresó en una escuela de París para niños sordomudos y allí fue tratado por el médico Jean-Marc-Gaspard Itard, que lo observó concienzudamente y trató de reeducarle durante los 5 años siguientes.
Itard se convirtió en un pionero de la educación especial, logrando que Víctor aprendiera a nombrar objetos, leer, escribir algunas frases, expresar deseos, seguir órdenes, e incluso a demostrar afecto y emociones.
Sin embargo, nunca pudo aprender a hablar, lo que manifestó que existe una etapa crítica de aprendizaje en la que estamos preparados para recibir el lenguaje y que cuando pasa, ya es casi imposible aprenderlo.
9. Sujit Kumar
Este niño encontrado en 1978 en las Islas Fiji pasó 6 años encerrado en un gallinero. Mostraba el comportamiento típico: picoteaba, cacareaba y no hablaba.
Todo comenzó cuando tenía 2 años, tras el suicidio de su madre y el asesinato de su padre. Los abuelos decidieron entonces encerrar al niño en el gallinero que había debajo de la casa, donde estuvo 6 años sin contacto humano.
Como en Fiji no había sitio para niños abandonados y nadie quiso adoptarlo cuando lo descubrieron, lo enviaron a un asilo de ancianos. Allí permaneció 22 años atado a una cama donde recibía malos tratos.
Sin embargo, un día la empresaria Elizabeth Clayton se encontró con Sujit y le conmovió enormemente, por lo que decidió acogerlo en su casa. Los primeros meses fueron muy duros porque seguía comportándose como una gallina, se ponía agresivo, no controlaba las necesidades y no dormía en la cama.
Poco a poco consiguió que fuera aprendiendo. No ha llegado a hablar, pero puede comunicarse con gestos.
Aunque las autoridades intentaron llevárselo, actualmente sigue bajo los cuidados de Elizabeth, quien fundó un centro para niños abandonados.
10. Marina Chapman
Marina no conoce su nombre real, ni su edad, ni quién es su familia. Solo recuerda que cuando tenía 4 años estaba en Colombia, jugando en un jardín cuando un hombre la secuestró y la metió en un camión con más niños.
La dejaron sola en la selva, donde tuvo que aprender a sobrevivir. Según cuenta Marina, un día comió algún alimento en mal estado y se puso enferma. Entonces apareció un mico que la llevó hasta un río y la obligó a beber para que vomitara.
Así convivió con una colonia de monos capuchinos durante cinco años. Hasta que un día unos cazadores la descubrieron y la vendieron a un prostíbulo, donde pasó la peor etapa de su vida, siendo maltratada por la dueña del sitio.
No obstante, consiguió escapar de allí y empezó a vivir en las calles de Cúcuta, donde sobrevivía robando comida.
Después, intentando buscar trabajo, terminó siendo esclava de una familia de la mafia. Pero su vecina la rescató con 14 años y la mandó a Bogotá con una de sus hijas.
Al final se trasladó a Inglaterra, donde se casó con John Chapman y tuvo dos hijas. Una de ellas la animó a escribir un libro sobre su vida, llamado La niña sin nombre.
11. Genie
Esta chica salvaje se encontró en 1970 en Los Ángeles, después de más de 11 años de deprivación (ausencia de estímulos, algo muy perjudicial para el desarrollo de la persona), abandono, y maltrato físico y psicológico.
Tenía 13 años y no había aprendido a hablar, llevaba pañales y no podía caminar sola, ya que había permanecido todo ese tiempo encerrada en una habitación pequeña, atada a una silla con un orinal.
Aparentemente, la familia la encerró al ser diagnosticada de una dislocación de cadera y un posible retraso mental, negándose a cuidarla.
Este caso se descubrió porque la madre fue a pedir ayuda a los servicios sociales, desesperada por los maltratos que el padre ejercía en la familia.
Genie fue hospitalizada para rehabilitarla, resultando objeto de investigación por un grupo de psicólogos que intentaron determinar qué factores son innatos y cuáles son aprendidos, además de qué elementos son necesarios para que aparezca el lenguaje.
A Genie se le realizaron diversos experimentos, olvidando su valor como ser humano. Pasó por 6 familias distintas, donde volvió a ser maltratada en algunos casos, provocando que su aprendizaje retrocediera.
Finalmente, acabó en un centro de acogida para personas mayores con trastornos.