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Las 50 mejores frases de Las ventajas de ser invisible


Las ventajas de ser invisible (Hispanoamérica) o Las ventajas de ser un marginado (España), es una película de 2012 basada en la novela del autor estadounidense Stephen Chbosky, publicada en 1999.

El argumento gira en torno a Charile, un estudiante de preparatoria introvertido y con dificultades para relacionarse. Sin embargo, consigue hacerse amigo de Patrick, uno de los chicos más carismáticos de su centro, y de Sam, de quien se enamora.

Las mejores frases de Las ventajas de ser invisible

Hemos realizado una recopilación de frases de Las ventajas de ser invisible, con las que podrás recordar algunos de los momentos más recordados de la película, además de reflexionar sobre las ideas que transmite cada personaje.

-Supongo que somos quienes somos por muchas razones, y tal vez nunca sabremos la mayoría de ellas. Pero incluso si no tenemos el poder de escoger de dónde venimos, si podemos elegir hacia dónde vamos. –Charlie.

-Creo que la idea es que cada persona tenga que vivir su propia vida y luego tomar la decisión de compartirla con otras personas. Tal vez eso es lo que hace a las personas “participar”. –Charlie.

-Aceptamos el amor que pensamos que merecemos. –Bill.

-Fue el único momento en el día en el que en realidad quería que el reloj parara. Y quedarme ahí por un largo tiempo. -Charlie.

-Ni siquiera recuerdo la estación. Tan solo recuerdo caminar entre ellos y sentir que por primera vez pertenecía a algo. –Charlie.

-Patrick y Sam no solamente se la pasaban diciendo chistes internos para hacerme batallar para entenderlos. No solamente eso. También me preguntaban cosas. –Charlie.

-No todo puede ser baja autoestima, ¿o sí? –Charlie.

-No estaba amargada. Sin embargo, si estaba triste. Pero era una tristeza algo esperanzada. El tipo de tristeza que simplemente toma tiempo. –Charlie.

-Así que esta es mi vida. Y quiero que sepas que estoy tanto feliz como triste, y estoy tratando de averiguar lo que esto significa. –Charlie.

-Y en ese momento, juro que eramos infinitos. –Charlie.

-Usualmente soy muy tímido, pero él parecía ser el tipo de chico con el que podías tener un partido de fútbol americano aunque fueras tres años más joven e impopular. –Charlie.

-Algunas veces las personas usan el pensamiento para no tener que participar en la vida. –Bill.

-Me interesa y me fascina como todo el mundo se ama el uno al otro, pero nadie en realidad se agrada el uno al otro. –Michael.

-Y si alguien está en una peor situación que tú, eso no cambia el hecho de que tienes lo que tienes. Bueno y malo. –Charlie.

-Fue el tipo de beso que no podía decirle a mis amigos. Fue el tipo de beso que me hizo saber que nunca había sido tan feliz en mi vida. –Charlie.

-¿Qué pasa cuando alguien no necesita un hombro? ¿Qué pasa si necesitan los brazos? –Sam.

-Si le gusto a alguien quiero que les guste mi verdadero yo, no lo que piensan que creen que soy. Y no quiero que lo carguen dentro de sí. Quiero que me lo muestre, para yo también poder sentirlo. –Sam.

-Las chicas son raras, y no lo digo de una manera ofensiva. Simplemente no lo puedo describir de ninguna otra manera. –Charlie.

-Supongo que me di cuenta en ese momento que realmente la amaba. Porque no tenía nada que ganar, y eso no importaba. –Charlie.

-Todos los demás están ya sea dormidos o teniendo sexo. Yo he estado viendo televisión y comiendo gelatina. –Charlie.

-Las cosas cambian y los amigos se van. Y la vida no se para por nadie. –Charlie.

-Simplemente pienso muy rápido, demasiado rápido. –Charlie.

-Voy a hacer lo que quiero hacer. Voy a convertirme en quien quiero convertirme. Y voy a descubrir qué es eso que quiero. –Charlie.

-No sé si alguna vez te hayas sentido así. Como si quisieras dormirte por mil años. O simplemente no existir. O no estar consciente de que existes. –Charlie.

-Sam y Patrick me miraron. Y yo los miraba a ellos. Y creo que lo sabían. Nada específico en realidad. Simplemente lo sabían. Y creo que eso es todo lo que puedes pedir de un amigo. –Charlie.

-Es extraño, porque algunas veces leo un libro, y pienso que soy las personas en ese libro. –Charlie.

-Por favor créeme que las cosas son buenas conmigo, e incluso si no lo son, pronto lo serán. Y siempre creeré lo mismo acerca de ti. –Charlie.

-No importa cuán triste me sienta, pienso que lo que de verdad me molesta es no saber. –Charlie.

-Este momento será tan solo otra historia algún día. –Charlie.

-Solo quiero decirte que eres muy especial… y la única razón por la que te estoy diciendo es porque no sé si alguna vez alguien lo haya sido. –Bill.

-Después de eso, no podía creer que Sam me haya dado un regalo, porque honestamente pensé que su regalo fue decirme “te amo”. –Charlie.

-Estaba en mi cama tratando de averiguar por qué algunas veces nos podemos despertar y volvernos a dormir, y otras veces no. –Charlie.

-No hay nada como tomar respiros profundos después de reír así de fuerte. Nada en el mundo se compara con experimentar un dolor de estómago por las razones correctas. –Charlie.

-Me siento feliz y triste al mismo tiempo, y sigo tratando de saber cómo es que esto podía ser. –Charlie.

-Las viejas fotos se ven resistentes y jóvenes, y la gente en las fotografías siempre parece ser mucho más feliz de lo que tú eres. –Charlie.

-No hablamos acerca de nada serio o ligero. Simplemente estábamos ahí juntos. Y eso era suficiente. –Charlie.

-Estar al margen de la vida ofrece una perspectiva única. Pero llega el momento de observar cómo se ve desde la pista de baile. –Stephen Chbosky.

-La gente trata de controlar todo el tiempo situaciones que temen que si no lo hacen, nada funcionará como ellos quieren. –Charlie citando a Mary Elizabeth.

-Tan solo díganme cómo ser diferente de una manera que tenga sentido, para hacer que todo esto se esfume. –Charlie.

-Moriría por ti. Pero no viviré para ti. –Charlie citando El Manantial.

-Nunca antes había ido a una fiesta. –Charlie.

-Cerré mis ojos, y no quería de nada más que de sus brazos. –Charlie.

-Tal vez estos eran mis días de gloria, y ni siquiera me había dado cuenta porque no tienen un balón de por medio. –Charlie.

-Este momento será tan solo otra historia algún día. –Charlie.

-No todo el mundo tiene una triste historia, Charlie, y si la tienen, no es una excusa. –Papá de Charlie.

-Supongo que en ese momento la amaba. Porque no había nada que ganar, y no importaba. –Charlie.

-Pienso de verdad que todos deberían tener acuarelas, poesía magnética y una armónica. –Charlie.

-Para serte sincero, he estado evitando todo. –Charlie.

-Algunas veces es mucho más fácil no saber las cosas. –Charlie.

-Tal vez es bueno poner las cosas en perspectiva, pero a veces, creo que la única perspectiva es realmente estar ahí. –Charlie.