Biografías

François Quesnay: biografía, pensamiento, aportes, obras


François Quesnay (1694-1774) fue un reconocido médico francés. A lo largo de su carrera se interesó por el progreso de la nación, razón por la que se centró en el campo económico. Su objetivo fue establecer un tratado mercantil que ayudara a los habitantes a comprender cuál era su rol en la sociedad.

Quesnay expresaba que solo los terratenientes y agricultores contribuían con el desarrollo del país. Su fin era que las clases productoras comprendieran las leyes expuestas por Dios y las aplicaran en la realidad, pues eran las únicas que garantizaban la prosperidad. Por lo tanto, el propósito de este doctor fue elaborar un manual acerca del orden natural que debían seguir las instituciones estatales.

Para redactar su obra sobre economía se enfocó en la estructura del sistema inmunológico. Manifestaba que el Estado funcionaba igual que el organismo humano, ya que si un músculo no trabajaba de manera adecuada afectaría a todos los tejidos. Lo mismo ocurría con las asociaciones del pueblo: si alguna proyectaba una política inapropiada, las demás terminarían contagiándose.

Dicho planteamiento demuestra que este economista intentó unificar dos ámbitos distintos de estudio: la salud y la administración. A pesar de que su teoría no fue considerada ideal, tuvo gran relevancia. Esto fue porque sentó las bases para que surgiera la filosofía sobre el capital liberal de Adam Smith.

Aparte, Karl Marx retomó los conceptos expuestos por Quesnay para criticar el capitalismo y justificar su hipótesis comunista.

Índice del artículo

Biografía

Primeros años

François Quesnay nació el 4 de junio de 1694 en la población de Merey, ubicada en la región de Alta Normandía en Francia. Fue hijo de Nicolás Quesnay, quien poseía los títulos de terrateniente y abogado. Una de las labores de su padre era recibir los impuestos en nombre de la iglesia, oficio que le permitió mantener una elevada posición social.

Desde temprana edad, François se apasionó por ampliar sus conocimientos, motivo por el que recurría a la lectura constantemente. Según los historiadores, uno de sus primeros maestros fue el jardinero de su casa. Gracias a él, conoció los textos de Jean Liébault y Charles Estienne. Autores que le mostrarían las ventajas del mundo agrario y de la anatomía.

En 1711 decidió ser cirujano, por ello partió hacia Ecquevilly con el fin de solicitarle al doctor de ese municipio que lo instruyera. Meses más tarde se mudó a París donde comenzó a estudiar medicina. En 1717 contrajo nupcias con Jeanne Dauphin, de esa relación nacieron dos hijos. En 1718 obtuvo el diploma de maestro cirujano.

Al instante se asentó en Mantes. En ese territorio se dedicó a cuidar a las personas enfermas. A partir de ese momento fue adquiriendo una reputación positiva, tanto que Jeanne Antoinette Poisson le solicitó que fuese su médico. Debido a esa petición, en 1723 fue nombrado cirujano real. Su oficio era atender a los miembros de la monarquía.

Trayectoria

El prestigio de Quesnay aumentó a mediados de 1730; pero su fama se incrementó cuando en 1736 publicó Ensayo físico sobre la economía animal, obra que le llevó en 1737 a que ingresara como secretario en la Academia de Cirugía. En 1744 obtuvo la licenciatura en medicina y le entregaron la designación de doctor particular de Luis XV.

Estar cerca del monarca le permitió adquirir su confianza. Por esta razón, pronto fue promovido a médico consultor y se situó en el Palacio de Versalles. En 1752, el rey lo bautizó escudero de la corte y le obsequió varias tierras con el fin de distinguir su honor. Aparte, se asoció a la Academia de Ciencias. En 1753 fue reconocido como hombre de la Real Sociedad.

Después de recorrer sus territorios, François se preocupó por el proceso de producción. Fue en este período que se renovó su interés por la economía. Con el propósito de intercambiar opiniones y entender los diferentes planteamientos ilustrativos, se vinculó con los intelectuales de la época, tales como Jean le Rond d’Alembert, Denis Diderot, Georges Leclerc y Étienne de Condillac.

Vida intelectual

Compartir con los enciclopedistas fue fundamental para Quesnay ya que amplió su percepción sobre el mundo. Comprobó que la razón era el centro de la realidad, que la monarquía no debía tener la potestad absoluta y menos centrándose en la palabra de Dios. Comprendió que un gobierno imparcial tenía que crear diversos organismos para distribuir el poder.

Así mismo, percibió que las personas estaban elaborando numerosos instrumentos agrícolas, los cuales eran más eficaces y rentables. Siguiendo esos aspectos, François se enfocó en estudiar las manifestaciones socioeconómicas que iban transformando al país. También redactó los artículos Agricultores (1756), Semillas (1757) y Hombres (1757) para la revista Enciclopedia.

Además, se reunió con Vincent de Gournay y visitó la escuela que este había inaugurado, donde conoció a Anne Robert Turgot, quien se volvería uno de sus discípulos más importantes. A mediados de 1757 se encontró con Victor Riquetti. La amistad con estos investigadores fue esencial porque ayudaron a Quesnay a construir la doctrina fisiocrática.

Últimos años

Luego de fundar su colegio, François se dedicó a escribir para difundir su teoría. En 1763 participó en la creación de la obra Filosofía rural de Riquetti, pues elaboró el séptimo capítulo. En el transcurso de 1760 asumió el rol de tutor y les enseñó análisis administrativo a André Morellet, Nicolás Baudeau y Guillaume Le Trosne.

A principios de 1770 fue homenajeado por Adam Smith, autor que agradeció sus reflexiones científicas. Durante esta etapa, Quesnay se distanció del campo económico y realizó trabajos matemáticos. Falleció el 16 de diciembre de 1774.

Pensamiento económico

El objetivo de Quesnay era oponerse al sistema mercantilista y a las normas estatales que limitaban el derecho de compra y venta. Consideraba que el área industrial y comercial no generaba los ingresos necesarios para el desarrollo de la sociedad. Por ello, la única fuente de riqueza y valor era la tierra.

A través del trabajo agrario, el Estado podía solventar las deudas y reestructurar los espacios públicos. Esto era porque le quedaba un porcentaje de los productos cosechados, que proporcionaban 5.000 millones de francos. 3.000 eran para los agricultores y 2.000 para los propietarios. Cada grupo invertía 1.000 en sus adquisiciones cotidianas.

Así era como los artesanos ganaban 2.000 francos que usaban para pagarles a los terratenientes y productores. Entonces, el propósito era que el producto neto (capital obtenido) fuese mayor que el egreso. De ese modo, era posible reinvertir en nuevas semillas, material de cultivo y bienes personales.

Sin embargo, para que ese proceso económico se llevara a cabo era primordial que la nación suprimiera las leyes de interferencia: liberara el mercado, extendiera el ámbito de oferta y demanda, redujera o eliminara los impuestos y asegurara las propiedades individuales. El pensamiento de François se caracterizaba por ser capitalista y solo lo ejercían las personas de élite.

Otros aportes

La teoría expuesta por Quesnay fue fundamental para los metafísicos, porque estableció que el mundo estaba regido por un conjunto de parámetros que eran perceptibles pero no modificables. Esos códigos eran los que organizaban los elementos físicos y guiaban a los hombres.

Su hipótesis también tuvo suma importancia en el campo del derecho, pues defendió que los bienes debían ser heredados. Los recursos económicos y las propiedades tenían que pasar de generación en generación para que conservaran la estabilidad.

Además, propuso que el salario de los trabajadores fuese más elevado. La finalidad era que aumentara el consumo de los productos agrícolas. Por eso expresaba que las personas eran libres para decidir sobre sus acciones, tema que ha sido esencial para los sociólogos.

En cuanto a su contribución en el área de la medicina, este doctor se centró en fragmentar la visión que tenían los individuos acerca la composición y el funcionamiento del sistema inmunológico. Intentó demostrar que en ciertas ocasiones el organismo podía recuperarse sin la necesidad de medicamentos, los cuales afectaban el equilibrio de los músculos.

Obras

Los escritos de Quesnay sobresalieron por retratar un nuevo método de estudio. Esto fue porque detalló que la economía era una ciencia natural, pues para comprenderla había que analizar varias leyes. Así mismo, describió cuál era la técnica adecuada para cultivar las semillas. Manifestó que un país próspero aseguraba el bienestar de la población.

Por último, anunció que la agricultura era el único medio que haría evolucionar el ámbito industrial y comercial. De algún modo, el fin de este economista fue proclamar la democracia administrativa; pero es conveniente destacar que su tesis se ajustaba al despotismo ilustrado.

Es decir, excluía a los habitantes que no poseían educación ni bienes. De esa forma se percibe en sus obras, que se titulan:

Impuestos (1757).

Interés (1757).

Máximas generales del gobierno económico de un reino agrícola (1758).

Derecho natural (1765).

Comercio (1766).

Despotismo en China (1767).

Cuadro económico (1758)

Este texto mostró cuáles eran los elementos institucionales que limitaban el desarrollo de la nación. Explicó cómo se vinculaban las tres clases sociales (agricultores, terratenientes y comerciantes/artesanos) con los sectores productivos.

La idea principal de este libro fue exhibir la relación entre los factores de progreso y las asociaciones estatales. Expresaba que el crecimiento de la economía dependía del trabajo realizado por los labradores.

Referencias

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