Trofoblasto: qué es, función, capas, enfermedades
¿Qué es el trofoblasto?
El trofoblasto es uno de los tejidos presentes en los embriones de los animales mamíferos; es fundamental para los procesos conocidos como implantación y placentación que tienen lugar, en los seres humanos, durante las primeras semanas de gestación.
El desarrollo embrionario de los mamíferos comienza con la fecundación, es decir, con la formación del cigoto, que ocurre después de la fusión celular y nuclear de un óvulo y un espermatozoide maduros. Estas son las células sexuales o gametos haploides provenientes de un individuo masculino y otro femenino.
Aproximadamente 30 horas después de la fecundación, la nueva célula que se forma comienza a dividirse por mitosis, en un proceso conocido como clivajedel cigoto.
Esto implica un rápido aumento del número de células, conocidas ahora como blastómeros y ocurre a medida que el cigoto se hace camino por las trompas de Falopio hacia el útero y desde el ovario, donde residen los óvulos.
Cuando el cigoto alcanza un estadio de 9 células, los blastómeros sufren una metamorfosis y se alinean ordenadamente formando una bola compacta, donde luego se diferenciarán dos grupos de células, unas internas y otras externas.
Tres días después de la fertilización, momento para el cual el embrión tiene apenas unas 32 células, se forma el estadio conocido como mórula, que es el que ingresa hacia la cavidad uterina. En la mórula comienza a formarse una cavidad llena de un fluido que deriva de la cavidad uterina.
El fluido en la cavidad (llamada cavidad blastocística) separa las células en dos capas bien definidas: una interna, ubicada centralmente, y otra externa que la recubre; este estadio se denomina blastocisto. La capa o masa celular interna se denomina embrioblasto y la capa externa trofoblasto.
Del embrioblasto se formarán después, a medida que progresa el desarrollo embrionario, las estructuras propias del embrión, mientras que del trofoblasto deriva la porción embrionaria de la placenta, que ejerce funciones nutritivas y protectoras para el embrión.
Las células del trofoblasto, durante los primeros 10 días del embarazo en humanos, secretan una proteína conocida como “factor temprano de embarazo”, que entra en la circulación sanguínea de la mujer aproximadamente 48h después de la fertilización y es la base para las pruebas rápidas de embarazo.
Función del trofoblasto
El prefijo “trofo” en el término trofoblasto, hace alusión a la palabra griega empleada para nutrición o alimentación, pues la principal función de este tejido embrionario es la de participar en la formación y el desarrollo de los tejidos que alimentarán al embrión durante su permanencia en la cavidad uterina (la placenta).
Implantación y placentación
La participación del trofoblasto en el embrión es crucial para el éxito del mismo, por decirlo de alguna manera, pues esta delgada capa de células juega un papel fundamental en los procesos conocidos como implantación y placentación.
La implantación se refiere al anclaje o “invasión” del embrión a las paredes uterinas, desde donde posteriormente será alimentado por los tejidos maternos, una vez se forma la placenta que, además, lo protegerá.
La implantación ocurre como consecuencia de una eficiente sincronización temporal, procesos de adhesión y migración celular y una adecuada comunicación entre el embrión y su madre a través de distintos factores moleculares y hormonales, muchos de ellos derivados de las células del trofoblasto.
En este proceso están implicados, entre otros factores, el factor de crecimiento transformador-β, que regula la proliferación e “invasión” de las células del trofoblasto hacia el tejido materno a través de su interacción con una serie de receptores membranales.
La placenta es el tejido que permite el intercambio de información entre el embrión y su madre, así como la nutrición y el soporte del embrión durante su desarrollo; este tejido es esencial para la salud fetal y para la compleción exitosa del embarazo y deriva de tejidos extraembrionarios.
El trofoblasto tiene una función dual en la placentación y la implantación, pues se encarga de, a medida que se implanta el embrión, formar la placenta.
Capas del trofoblasto
El trofoblasto, a medida que el embrión se une al epitelio del endometrio (se implanta), prolifera y se separa en dos capas:
- El sincitiotrofoblasto, la capa más externa, no proliferativa.
- El citotrofoblasto, la capa más interna, proliferativa.
Sincitiotrofoblasto
El sincitiotrofoblasto consiste en una capa formada por un sincitio, es decir, es una capa de células que no tienen divisiones o membranas que las separen unas de otras, lo que resulta en una gran “masa” citoplasmática multinucleada.
Esta capa, que deriva de la fusión de las células presentes en el citotrofoblasto, consigue infiltrarse en el epitelio del endometrio, que es la capa interna del útero, fijando el embrión al tejido materno; esto ocurre gracias a que las células endometriales sufren una muerte celular programada, facilitando la infiltración.
El sincitiotrofoblasto produce una hormona conocida como gonadotropina coriónica humana (conocida como hCG por sus siglas en inglés), que se encarga de mantener la actividad hormonal en los ovarios durante el embarazo.
Citotrofoblasto
El citotrofoblasto, en cambio, es la capa más cercana al embrioblasto y consiste en una serie de células de aspecto ovoide, con un solo núcleo.
A medida que progresa el desarrollo embrionario, en el sincitiotrofoblasto aparecen unos espacios irregulares llamados lagunas, que inicialmente son llenados con fluidos y secreciones uterinas.
Mientras tanto, esta capa del trofoblasto crece aún más hacia la pared uterina y perfora las paredes de los vasos sanguíneos allí presentes, permitiendo que la sangre se dirija hacia las lagunas, con el fin de soportar el desarrollo de las células en el citotrofoblasto.
El citotrofoblasto también prolifera durante la implantación, en la periferia del tejido placentario, hasta que se une a este y permite la formación de vasculatura que comunica al embrión con la madre.
Enfermedades
Una condición patológica muy común que se relaciona con el trofoblasto es la enfermedad trofoblástica gestacional, que tiene que ver con una proliferación del mismo en mujeres encinta, cuya consecuencia más común es el aborto espontáneo o la muerte fetal.
Generalmente se define como un grupo de tumores, es decir, conjuntos de células que se dividen descontroladamente, que derivan del trofoblasto y que rodean o recubren al blastocisto (el embrión en desarrollo), formándose entre los sitios comprendidos por el amnios y el corion.
Los factores de riesgo asociados con estas condiciones son la edad (demasiado joven o pasados los 35 años), la cantidad de hormonas producidas durante el embarazo, la presencia de otros tumores en el útero, la presión arterial elevada, etc.
Aunque estas enfermedades son poco frecuentes, se han descrito dos tipos diferentes:
- El coriocarcinoma, una forma maligna conocida como neoplasia trofoblástica gestacional.
- El embarazo molar, también llamado Mola hidatiforme.
El embarazo molar es el tipo más común y generalmente se relaciona con defectos en la gametogénesis o durante la fecundación. Se refiere a un conjunto de tumores que se observan como bolsas llenas de líquido y que crecen lentamente.
El coriocarcinoma es la forma maligna de esta enfermedad, pues se disemina rápidamente hacia la capa muscular del útero e, incluso, hacia otras regiones del cuerpo.
Referencias
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