Fernando de Magallanes: quién fue, biografía y aportes
¿Quién fue Fernando de Magallanes?
Fernando de Magallanes (1480-1521), también llamado en ocasiones Hernando de Magallanes, fue un marino y explorador portugués que capitaneó la primera expedición que circunnavegó el planeta. Su intención era alcanzar las islas Molucas desde occidente y aprovechar las especias que allí abundaban.
A pesar de su origen portugués, Magallanes organizó el viaje para la Corona española. Partió, primero, de Sevilla el 10 de agosto de 1519 y dejó la península por Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 20 de septiembre del mismo año.
Durante su ruta, Magallanes fue el primero en atravesar el estrecho que hoy lleva su nombre y que separa los océanos Atlántico y Pacífico, en el extremo sur de América. Desde allí, logró alcanzar las islas Filipinas, donde resultó muerto en una batalla contra los indígenas.
Tras su fallecimiento, la expedición siguió su camino, llegando a las Molucas y después regresando a España bajo el mando del español Juan Sebastián Elcano.
Además del mencionado Estrecho de Magallanes, el explorador portugués dio nombre a la Tierra de Fuego, al océano Pacífico y fue el descubridor de varias de las islas que se encuentran en esas aguas.
Biografía de Fernando de Magallanes
Nacimiento y primeros años
Fernando de Magallanes nació en 1480 en Sabrosa, Portugal. Provenía de una familia de clase alta. Su padre, Rui de Magalhães, era conde de Faro y señor de Aveiro. De igual forma, ocupó las alcaldías de Estremoz y de Aveiro en distintas épocas, además de haber sido concejal de Oporto.
Las buenas relaciones familiares permitieron que Fernando se trasladara, siendo un niño, a la corte de Lisboa, donde recibió una formación humanística y científica, con especial hincapié en geografía y náutica.
Cuando contaba con 10 años de edad, entró a servir como paje de la reina Leonor, esposa del monarca Juan II de Portugal.
Primeros viajes
El primer viaje de Fernando de Magallanes comenzó en marzo de 1505, cuando tenía veinticinco años. El joven se enroló en la Armada de la India, que tenía la misión de instalar a Almeyda como primer virrey de la India.
Los historiadores señalan que Magallanes pasó allí ocho años. Visitó durante ese periodo varias partes de la India, como Goa, Cochin y Quíloa. Igualmente, entró en combate en algunas ocasiones, siendo herido en la batalla naval de Kerala.
Durante su estancia, también participó en la primera expedición a Malaca. Al mando de la misma se encontraban Lopes de Sequeira y Francisco Serrão.
Al alcanzar su destino, ambos fueron víctimas de una conspiración. Magallanes jugó un papel fundamental avisando al primero y salvando al segundo de una muerte segura.
Regreso a Europa
Una vez Malaca fue conquistada en 1511, los caminos de Serrão y Magallanes se separaron. El segundo, enriquecido con el botín y con su esclavo Enrique de Malaca, volvió a Europa.
Serrão, por su parte, se embarcó en una nueva expedición, esta vez a las llamadas islas de las especias, las Molucas. Las cartas que envió a Magallanes fueron decisivas para el futuro del explorador.
Acusaciones
El siguiente destino de Magallanes fue Marruecos. Allí participó en la batalla de Azamor, al servicio de esa ciudad. Tras esto, fue acusado de comerciar ilegalmente con los locales, algo prohibido en la época.
La acusación provocó que dejara de recibir ofertas de trabajo en 1514. Al año siguiente, por fin, un navío portugués le ofreció formar parte de su tripulación, pero el marino rechazó la oportunidad.
Volvió a Lisboa, donde empezó a estudiar las cartas marítimas más recientes. Junto al cosmógrado Rui Faleiro, buscaba una ruta hacia el Pacífico por el Atlántico sur. Además, la idea de que las Molucas estuviesen en la zona entregada a España en el Tratado de Tordesillas comenzó a germinar en su mente.
El explorador presentó su proyecto al rey de su país, don Manuel de Portugal. Sin embargo, el monarca no le dio el visto bueno y Magallanes decidió dirigirse a España para tratar de recabar apoyos.
En Sevilla
Fernando de Magallanes se estableció en Sevilla en 1517, acompañado por Rui Faleiro. En la ciudad andaluza conocieron a Juan de Aranda, uno de los dirigentes de la Casa de Contratación sevillana.
El español se convirtió en un aliado para el proyecto de Magallanes: llegar a las Molucas por occidente sin atravesar los mares que el Tratado de Tordesillas le había otorgado a Portugal. Con la ayuda de Aranda y del obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca, lograron que el rey Carlos I aprobara el proyecto.
Preparación de la expedición
El rey español nombró a Magallanes y Rui Faleiro capitanes generales en marzo de 1518 y, posteriormente, les concedió el titulo de comendadores de la Orden de Santiago.
Dentro del acuerdo al que llegaron con la corona, Magallanes y su socio obtuvieron la promesa de detentar el monopolio de la ruta que descubrieran durante diez años.
De igual manera, serían nombrados gobernadores de los nuevos territorios que encontraran, obtendrían el 5% de las riquezas que hallaran y serían recompensados con una isla para cada uno.
Los exploradores comenzaron a preparar la expedición. Los inicios no fueron nada alentadores, ya que no tenían suficientes fondos y existía una gran desconfianza hacia Magallanes. Además, el rey portugués, Manuel I, emitió una orden de arresto contra él y sus compatriotas.
La intervención del obispo de Burgos salvó parte de los problemas. Convenció a un mercader para que aportara nuevos fondos, lo que alivió la situación.
Por diversos problemas, Magallanes y Faleiro rompieron la sociedad, quedando el primero al mando de los barcos.
Inicio del viaje
Tras meses de preparativos, el 10 de agosto de 1519 se produjo la salida desde Sevilla de los cinco barcos expedicionarios. La primera etapa fue muy corta: solo recorrer el río Guadalquivir hasta llegar a su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
En esa localidad, las naves acabaron de embarcar alimentos y agua, además de otros pertrechos. Magallanes firmó su testamento el 24 de agosto, dejando sus bienes a su esposa y a sus hijos.
Finalmente, el 20 de septiembre de 1519, la expedición abandonó las costas españolas. El destino final eran las islas de las especias, a la que querían llegar siguiendo la ruta hacia el oeste y sin pasar por mares reservados a los portugueses por el Tratado de Tordesillas.
Cruce del Atlántico
La expedición hizo una breve parada en las islas Canarias antes de poner rumbo hacia América. El primer lugar de ese continente en el que recalaron fue en lo que hoy es Río de Janeiro, el 13 de diciembre de 1519.
Magallanes y los suyos continuaron dirigiéndose al sur, hasta pasar el Río de la Plata, ya en marzo de 1520. En la bahía de San Julián estuvieron buscando un posible paso, sin éxito. La inminente llegada del invierno hizo que decidieran parar allí hasta la primavera.
Rebelión a bordo
Tras seis meses de navegación y sin haber podido encontrar el paso que buscaban, el ambiente comenzó a enrarecerse. Muchos de los hombres deseaban regresar a España y la tensión comenzó a hacerse peligrosa.
Al final, varios de los capitanes al mando de los barcos se conjuraron contra Magallanes. La conspiración resultó un fracaso y uno de los cabecillas fue condenado a muerte. Otro falleció en la lucha que siguió al motín y otros dos fueron abandonados en la bahía por la expedición.
Estrecho de Todos los Santos
Después de varias jornadas de navegación, los barcos llegaron a un lugar que parecía prometedor para buscar el paso. Magallanes envió a las naves Concepción y San Antonio a explorar, aunque el piloto de esta segunda aprovechó la ocasión y puso rumbo de regreso a España.
La Concepción sí siguió las órdenes recibidas y descubrió que, efectivamente, el paso hacia el entonces llamado mar del Sur se encontraba en esa posición. Según las crónicas, pasar el estrecho fue bastante complicado, pero los barcos lograron la hazaña.
Magallanes bautizó a esa ruta como estrecho de Todos los Santos, festividad que se celebraba en esa jornada. Hoy en día, el nombre que recibe es estrecho de Magallanes.
El Pacífico
No sería el del estrecho la única denominación creada por los exploradores. Magallanes y sus compañeros fueron los responsables de llamar Pacífico al océano que navegaban, dado que no encontraron ninguna tempestad.
No obstante, su recorrido no fue sencillo. Las jornadas de navegación se sucedían sin que encontraran tierra, el hambre empezó a aparecer y muchos cayeron enfermos de escorbuto. La situación era tan grave que tuvieron que comer cuero del mástil y cazaron a las ratas que había en la nave.
El 6 de marzo de 1521 pudieron al fin poner pie en tierra, tras encontrar una isla en su camino y, en ella, indígenas muy hospitalarios que les ofrecieron alimentos y agua.
La isla en cuestión se encontraba en el archipiélago de las Marianas. En la época se la conocía como isla de los Ladrones. Actualmente, su nombre es Guam y pertenece a los Estados Unidos.
En Filipinas
Con mejores ánimos, la expedición siguió adelante. Solo diez días más tarde, el 16 de marzo, alcanzaron Samar, en Filipinas. Allí, al igual que en las islas de alrededor, también había una importante presencia indígena. Magallanes entendió que era fundamental crear un ambiente pacífico entre los nativos y su tripulación.
Magallanes buscó establecer una alianza con el líder local. Para ello, le prometió ayuda para derrotar a sus enemigos, una tribu cercana cuyo jefe era Lapulapu.
Antes de proceder a atacar, el portugués intentó parlamentar con Lapulapu para intentar que se rindiera y evitar la batalla. Además, le propuso convertirse al cristianismo y que jurara lealtad a la Corona española.
El jefe indígena no mostró ningún interés por la oferta de Magallanes y el 27 de abril de 1521, comenzó la lucha entre las dos tribus, con 50 expedicionarios apoyando a una de ellas. Entre los europeos que participaron se encontraba el propio Magallanes.
Muerte de Magallanes
De acuerdo con las crónicas, Magallanes se confió demasiado durante la batalla. De hecho, parece que impidió a los otros capitanes de la expedición participar en la lucha.
El cansancio pronto empezó a hacer mella entre los hombres de Magallanes. Las municiones empezaron a agotarse y los seguidores de Lapulapu comenzaron a ganar posiciones.
En medio del enfrentamiento, un indígena alcanzó con su lanza al explorador, hiriéndolo en la pierna y provocando su caída. Allí, en el suelo de la playa de Mactán, atacado por más enemigos, encontró la muerte Fernando de Magallanes el 27 de abril de 1521.
El viaje sin Magallanes
Con el capitán muerto, el resto de la expedición tuvo que decidir qué hacer. Lo primero que hicieron fue quemar la Concepción y distribuir a los hombres en las dos naves que quedaban.
El sustituto de Magallanes fue Gonzalo Gómez de Espinosa, que se quedó en la nao Trinidad. Al frente de la nao Victoria se puso Juan Sebastián Elcano.
Las dos naves lograron llegar a las islas Molucas, objetivo final del viaje. Allí, cargaron los barcos con especias y emprendieron el camino de vuelta hacia España.
Durante la vuelta, la Trinidad pasó por problemas y se quedó en el puerto de Tirode para ser reparada. Elcano se convirtió en el capitán de lo poco que quedaba de la expedición y eligió volver por los mares portugueses. Así, navegó por las costas africanas, por rutas ya conocidas sobradamente.
En septiembre de 1522, la nao Victoria llegó a Sevilla. Solo 18 hombres aguantaron los tres años de viaje, falleciendo 216 durante el mismo. La primera vuelta al mundo había sido completada.
Aportes de Magallanes a la geografía
Aunque no pudo llegar a las Molucas ni completar la vuelta al mundo, Magallanes no fue solo el inspirador de la hazaña. También dejó tras de sí importantes aportes a la geografía, descubriendo nuevos mares y tierras.
Estrecho de Magallanes
El 1 de noviembre de 1520, Día de Todos los Santos, las naves capitaneadas por Magallanes entraron en el estrecho que separa el Atlántico y el Pacífico. El portugués lo bautizó con el nombre de la festividad religiosa que tenía lugar esa jornada.
Se trató, sin duda, del descubrimiento más importante de los realizados por el marino portugués. En la actualidad, el estrecho lleva su nombre.
Nueva ruta al Pacífico
El descubrimiento del estrecho de Magallanes trajo consigo la apertura de una nueva ruta para alcanzar el Pacífico desde Europa. Después de entrar en el paso, el explorador llegó a la conclusión de que debían encontrarse en el extremo sur de América.
Las fogatas que vio en la orilla, encendidas por los indígenas, fue la causa de que bautizara esa zona como Tierra del Fuego. Después de siete días de navegación, los barcos alcanzaron el Pacífico.
Nuevo nombre del océano
El nombre que Núñez de Balboa había dado al océano fue Mar del Sur. En realidad, el descubridor solo pudo ver las aguas que rodeaban al istmo de Panamá.
Magallanes, que entró al océano por el sur, es el responsable de denominarlo Pacífico, ya que los suaves vientos alisios y la falta de tempestades hicieron que su navegación fuera muy tranquila.
Islas
Dos de las islas descubiertas por la expedición de Magallanes fueron las Marianas y Guam. Posteriormente, fue el primer europeo en poner los pies en varias de las islas que forman las Filipinas.
Referencias
- Francisco Contente Domingues Mairin Mitchell. Ferdinand Magellan. Obtenido de britannica.com
- Ferdinand Magellan. Obtenido de newworldencyclopedia.org
- Ferdinand Magellan. Obtenido de exploration.marinersmuseum.org