Monoblastos: características, morfología, funciones
El monoblasto es una célula inmadura perteneciente al linaje monocitopoyético. Es la primera célula de este linaje que puede identificarse en médula ósea gracias a las características morfológicas que posee. Sin embargo su reconocimiento no es fácil, pues requiere de la experiencia de un personal cualificado.
El monoblasto es el precursor de una célula sanguínea mononuclear sumamente importante, que puede recibir el nombre de monocito o macrófago, dependiendo de si está en estado de reposo en la circulación o activada en los tejidos respectivamente.
Así mismo, el monoblasto después de pasar por un proceso de diferenciación y maduración, se convierte en monocito. El monoblasto junto al promonocito, al monocito y a los diferentes tipos de macrófagos forma parte del gran sistema fagocítico mononuclear.
Esta célula se ubica en la médula ósea, ya que es una célula inmadura; es decir, aún no está preparada para salir a la circulación periférica. La aparición de esta célula en sangre periférica es signo de enfermedad.
Las enfermedades en las que se pueden observar el monoblasto en frotis de sangre periférica junto a otros precursores inmaduros son la leucemia mielomonocítica crónica y juvenil y la leucemia monoblástica aguda.
Índice del artículo
- 1 Características del monoblasto
- 2 Morfología
- 3 Función
- 4 Identificación
- 5 Enfermedades que cursan con monoblastos en sangre periférica
- 6 Referencias
Características del monoblasto
Tamaño
Las células inmaduras suelen ser de gran tamaño, pero de todos los blastos presentes en la médula ósea el monoblasto es el más grande. En este caso la célula mide entre 14-25 µm.
El monoblasto además posee un núcleo prominente, que abarca casi la totalidad de la célula. Por tanto hay una elevada relación núcleo-citoplasma.
A menudo suele confundirse con los mieloblastos, por su gran parecido; pero el monoblasto es un poco más grande.
Ubicación
Se caracteriza por estar únicamente en la médula ósea y su presencia no es muy abundante en ausencia de enfermedad. En condiciones normales la sangre periférica no debe contener células inmaduras. Si estas llegaran a estar presentes en circulación, esto sería un motivo de alarma.
Las enfermedades que cursan con presencia de células inmaduras en la sangre son generalmente de mal pronóstico.
Origen
La fase de monoblasto es tan solo un pequeño paso dentro del gran proceso denominado monocitopoyesis.
El monoblasto proviene de la diferenciación de la célula pluripotencial denominada CFU-monocítica.
Esta célula, al recibir los estímulos de la interleuquina 3 (IL 3), del factor estimulante de colonias granulocíticas y macrofágicas (GM-CSF) y del factor estimulante de colonias de macrófagos (M-CSF), se convierte en monoblasto.
Morfología
La forma del monoblasto es redondeada, y como toda célula precursora posee características propias de su estado de inmadurez.
La forma del núcleo puede presentarse de varias formas: redondeada, y oval con o sin una pequeña muesca o ligera invaginación.
La cromatina es bastante laxa, pudiéndose observar de forma clara y contundente los nucléolos. Estos pueden variar en cantidad, y se les observa desde 2 hasta 6 nucléolos aproximadamente.
El espacio citoplasmático es reducido y se tiñe de azul-grisáceo con los colorantes habituales (Wright y May-Grunwald Giemsa). Por ello, se dice que es moderadamente basófilo. En esta fase no se evidencian granulaciones en el citoplasma.
Función
La función del monoblasto es proseguir en su proceso de maduración hasta convertirse en la célula madura, monocito y/o macrófago. Las células maduras cumplen funciones específicas en la inmunidad innata y adquirida.
El monocito es la célula circulante, normalmente está en reposo y al pasar a los tejidos se convierte en macrófago. Es allí donde se activa.
Los macrófagos se encuentran distribuidos en muchos órganos y tejidos. Estos reciben un nombre específico dependiendo el sitio en el que se encuentren. Por ejemplo, en los pulmones son llamados macrófagos alveolares, en el hígado células de Kupffer, en el SNC células de microglía, y en la piel células de Langerhans, entre otros.
Los macrófagos se ubican estratégicamente en la pared de los sinusoides esplénicos y en los senos medulares de los ganglios linfáticos, en esos sitios logran filtrar y eliminar los agentes extraños que ingresan al organismo.
Las funciones más importantes del macrófago son fagocitar agentes infecciosos, actuar como células presentadoras de antígenos, participar en los procesos de inflamación, y participar en la cicatrización y reparación de tejidos.
Por otra parte, también participa en la homeostasis de la coagulación a través de la liberación o síntesis de sustancias, tales como plasminógeno, factor VII, factor XIII, trombomodulina, entre otros.
Identificación
Como ya se mencionó, el monoblasto y el mieloblasto pueden confundirse por su gran parecido, pero existen algunas diferencias. Al comparar minuciosamente ambas células se puede ver que el monoblasto es de mayor tamaño y presenta más citoplasma que el del mieloblasto.
Otro detalle molecular de importancia es que el monoblasto posee en su membrana un marcador denominado CD14.
La prueba especial para diferenciar el monoblasto del mieloblasto es la tinción citoquímica de esterasas inespecíficas. Para ello se utiliza como reactivo el alfa-naftilacetato. El monoblasto da una reacción fuertemente positiva, mientras que el mieloblasto da negativa.
Con esta tinción el monoblasto se tiñe de rojo. También existe otra variante de la técnica denominada tinción de esterasa combinada en la que el monoblasto se tiñe de marrón.
Enfermedades que cursan con monoblastos en sangre periférica
Leucemia mielomonocítica (LMA-M4)
Existen dos variantes de esta enfermedad, la crónica y la juvenil. La primera es común en pacientes de la tercera edad y la segunda en niños menores de 6 años.
Se caracteriza por la presencia de hasta un 20% de células inmaduras en sangre periférica. Las células inmaduras que suelen estar presentes son monoblastos, mieloblastos y promonocitos.
La leucemia mielomonocítica crónica se caracteriza por presentar síntomas y signos, tales como sangrados y moratones, debilidad, infecciones a repetición, hepatoesplenomegalia (agrandamiento de hígado y bazo) y fatiga.
Mientras que en la leucemia mieloidemonocítica juvenil los síntomas más resaltantes son aparición de palidez, sarpullido y hepatoesplenomegalia.
Leucemia monoblástica aguda (LMA M5a y M5b)
Existen 2 variantes: una poco diferenciada denominada mieloblástica (M5a) y una diferenciada llamada monocítica (M5b). En la primera hay 80% de predominio de monoblastos en médula ósea y se presenta especialmente en la población infantil, con una frecuencia de un 5 a 8%.
En la segunda los monoblastos representan un 10-15% y el mayor predominio es de promonocitos y monocitos. Se presenta principalmente en adultos con una frecuencia de 3 a 6%.
Referencias
- Diccionario médico. Clínica Universidad de Navarra. Disponible en: cun.es
- Información sobre la leucemia mielomonocítica crónica y la leucemia mielomonocítica juvenil. 2016. Leukemia, Lymphoma Society. Disponible en: lls.org
- Rodak B. (2004). Hematología y fundamentos y aplicaciones clínicas. 2da edición, editorial Médica Panamericana, Buenos Aires, Argentina.
- Fernández J, Armario J, Conde T, Pujol R, Rodríguez J. (2007). Linfomas cutáneos. 1era Edición, Servicio de publicaciones de la Universidad de Cadiz. España.
- Manascero A. (2003). Hematología, herramienta para el diagnóstico. Atlas de morfología celular, alteraciones y enfermedades relacionadas. 1era ed. Centro editorial Javeriano. Bogotá. Colombia.
- “Macrófago.” Wikipedia, La enciclopedia libre. 13 feb 2019, 00:48 UTC. 12 jun 2019, 04:37 wikipedia.org