Estrategias discursivas: concepto, tipos y ejemplos
Las estrategias discursivas son las distintas herramientas lingüísticas que utiliza un emisor o hablante para lograr la atención de un público receptor en el contexto en que se transmite el mensaje. En otras palabras, estos recursos del lenguaje son estrategias que se emplean con la finalidad de causar reacción.
Las estrategias discursivas pueden variar de acuerdo a la intención y propósito que tenga el hablante en relación con lo que quiere producir en el receptor. Puede decirse que el uso de estas herramientas del lenguaje es de carácter subjetivo y está sujeto en cierta medida al contenido que lleva el mensaje.
Por otro lado, las estrategias discursivas pueden darse de diferentes tipos: descriptivas, expositivas, narrativas, argumentativas, de definición, para motivar, entre otras. Cada una de ellas cumple con una finalidad específica, siempre orientada a despertar el interés y la reacción de una audiencia específica.
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A continuación se describen las variedades de estrategias discursivas más comunes:
Este tipo de estrategia discursiva cumple con la finalidad de describir o explicar el elemento central que conforma el mensaje. Las descripciones vienen dadas por las características, propiedades o cualidades que tenga una persona, objeto o cosa que es motivo de discusión para el hablante.
La estrategia discursiva expositiva consiste en transmitir una información sobre un tema determinado a un receptor que carece o tiene poco conocimiento del mismo. En otras palabras, el hablante es un especialista en una materia específica y por lo tanto tiene la capacidad de intercambiar mensajes con contenido sólido.
Esta estrategia se trata de narrar o contar los acontecimientos en la forma en que ocurrieron o siguiendo un orden cronológico. El discurso narrativo es usado en textos literarios como novelas y cuentos, pero también es frecuente en el desarrollo de informes, noticias, reportajes y en métodos de enseñanzas.
Este tipo de estrategias discursivas es empleado por el hablante para persuadir, convencer o generar un cambio de opinión y actitud en el receptor. Por otro lado, la estrategia argumentativa persigue la restructuración o modificación de ideas y puede llegar a influir emocionalmente en el público.
El discurso de definición guarda relación con la forma en que una palabra puede ser conceptualizada o precisada. En cierta medida, la estrategia discursiva de definición se emplea como recurso didáctico, porque procura enseñar sobre un tema específico y los componentes que lo integran.
La estrategia de motivación está enfocada en la acción del receptor con respecto a un tema determinado. El hablante busca persuadir o convencer sobre una idea, lo que quiere es que la audiencia actúe en función de lo que piensa o siente. El discurso motivacional es uno de los más utilizados en el ámbito del crecimiento personal.
En palabras simples, la estrategia discursiva de introducción es usada por el hablante para hacerle saber al receptor que el mensaje que va a transmitir es importante.
Con esta herramienta lo que se quiere es despertar el interés del público, por lo tanto los expertos consideran que entre 30 segundos y 3 minutos son tiempo suficiente para atraer a la audiencia.
El discurso de entretenimiento tiene como principal objetivo distraer y producir relajación en el receptor. El hablante puede utilizar chistes, anécdotas personales, dinámicas o juegos para crear un ambiente de recreación y confianza. Esta estrategia discursiva es utilizada por maestros con la finalidad de integrar a los alumnos.
Esta variedad de estrategia discursiva se ve con frecuencia en eventos de premiación y también en ruedas de prensa donde el individuo debe aceptar algún tipo de reconocimiento o por el contrario de culpa ante una situación determinada. Por lo general, en discurso de aceptación está acompañado de una carga emotiva.
La revolución de los 150 años
Cooke y Wheatstone nos dieron el telégrafo en 1829; Meucci nos dio un primer prototipo del teléfono en 1854 y Graham Bell otro definitivo en 1876. Zuse, por su parte, nos cedió el primer computador en 1936 y Tim Berners-Lee con su genial idea del internet lo complementó en 1969 para efectos comunicativos. Poco tiempo después, en 1973, Martin Cooper sacó a la luz el celular. Todo los inventos antes expuestos se dieron en 147 años.
La realidad antes de la comunicación inmediata a distancia
Antes de toda esta lluvia de ideas revolucionarias relacionadas con las comunicaciones, mantenerse informados y conectados a larga distancia solo era posible por medio de cartas y de mensajeros.
Cada población estaba encapsulada en su propia realidad, y se enteraba de lo que acontecía en las comunidades aledañas gracias a la prensa escrita, a los visitantes y al correo, y esto muy esporádicamente.
Sí, estos inventos vinieron a cambiar la realidad global, y la vida como la conocíamos revolucionó de una manera drástica. Toda la realidad humana, en cierta manera, comenzó a engranarse más profundamente.
¿Nos comunicamos efectivamente?
Hoy en día, 191 años después de la aparición del telégrafo, y tomando en cuenta el objetivo principal por el cual fue creado, vale la pena preguntarse: ¿estamos realmente comunicados? Es innegable que la pregunta es un poco capciosa, pero viene al caso…
La era de la desconexión
Muchos son los estudios que demuestran que, a pesar de todos los avances antes expuestos y del deseo principal por el cual fueron creados, en la actualidad vivimos una desconexión increíble.
No solo hablamos del aspecto comunicativo funcional, también se habla del emotivo y empático. Ahora no nos conectamos para escuchar y entender, sino para hablar y ser entendidos.
Quizá lo peor es que las noticias de barbaries ya no afectan casi en nada a las masas, sino que sirven como un entretenimiento, y no llegan a impactar de manera real, a menos que ocurran muy cercanamente.
La adicción a los smartphones y demás dispositivos electrónicos
Se ha visto a millones de usuarios de los llamados smartphones usándolos durante horas sin percatarse de su realidad próxima y olvidándose de sus deberes, así mismo con los usuarios de laptops y demás artilugios. Sí, la tecnología creada para acercarnos, ha aislado a un número considerable de individuos.
La exclusión de los no conectados
Quizá lo más extraño es que quienes procuran usar esos recursos como es debido sin permitir que afecten de manera directa a sus vidas, son vistos con extrañeza.
Toca esperar a ver qué repara el futuro. Lo que sí es cierto es que no se puede hablar de manera global de una comunicación efectiva por medio del uso de la tecnología con la que hoy se cuenta, no de la manera para la que fue pensada.
Primero que nada, gracias al jurado y a los organizadores del Premio Nacional de Periodismo por tomar en cuenta mi labor. Esto, para mí, más que un trabajo, más que un oficio, es mi razón de vida. He hallado en el ejercicio periodístico el refugio y la felicidad que ninguna otra actividad ha podido darme.
Hoy, con 53 años de vida y 35 años de trayectoria, este premio viene a dar un dulzor indescriptible a mi alma. No obstante, no es el fin, para mí es un nuevo comienzo. Tampoco es un trofeo para quedarme mirándolo hasta la muerte, no, es una luz que agradezco y que recordaré mientras continúo el andar de la vida hasta que me toque culminar la carrera que se me ha asignado en el último respiro.
A todos los presentes, gracias por estar. A la población mexicana que tanto ha apoyado mi desempeño en las calles de este hermoso y pujante país, gracias infinitas. Sigo en el camino, como siempre, sirviendo a todos. Tenga un feliz día.
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